A pocos meses del Mundial de Qatar
Hungría profundiza la crisis de Inglaterra con goleada de 4-0
Un doblete de Sallai termina con los 'pross' que fueron absolutamente inofensivos en ataque. La selección británica es colista de grupo con solo 2 puntos y Hungría es la líder
Inglaterra está en una caída sin frenos ni señal de emergencia. Hungría dio el toque de gracia para que la crisis se apoderara de los 'pross', que lo único que tuvieron a su favor es que por lo menos la derrota no fue en Wembley (0-4). El peor resultado como local de los británicos desde la derrota antes Escocia en 1928.
El partido fue malo hasta decir basta. Y la culpa la tuvo el cuadro de Southgate que, plagado de estrellas, es absolutamente incapaz de generar peligro a sus rivales, con una circulación lenta, predecible y que no permite generar espacios en el equipo rival.
Menos todavía si encima este juega a favor de marcador. Ese fue el caso de Hungría, que en su primera jugada de ataque encontró el premio. Sallai la detuvo con el muslo en el área y la clavó superando a Ramsdale, titular por delante de Pickford, que poco pudo hacer (16').
Esa acción fue el preludio de un quiero y no puedo. Primero, por la falta de criterio en la salida de balón, con excesivas conducciones ante una Hungría que se cerró a las mil maravillas. El juego exterior y de desborde brilló por su ausencia y así también las combinaciones que Kane intentó encontrar en alguna ocasión, sin recibir una devolución acertada.
No fue un tema de los que estaban en el campo. Inglaterra mantuvo la misma pobre imagen que en los tres partidos anteriores, dando igual quien estuviera sobre el césped. Esta vez la excusa de Harry Maguire ya no sirvió. Ni tampoco la entrada de Sterling por Bowen al descanso, aunque el del City lo intentara con más empeño que los demás.
Se dio tantas veces de bruces con su propia inoperancia Inglaterra que se desdibujó hasta tal punto que Hungría no necesitó poner ni de su parte para ampliar la ventaja. De nuevo con Sallai, en una jugada muy mal defendida (70'). Se espabiló algo Inglaterra, con más ganas que otra cosa, y Kane rozó el gol rematando de cabeza al larguero poco antes de que Nagy hiciera saltar por los aires la crisis de los 'pross' haciendo el tercero en una contra defendida sin justificación (80').
Eso no fue todo, el ridículo de Inglaterra lo tuvo que hacer empeorar John Stones, que recibió una segunda amarilla algo polémica, dejando colgados a sus compañeros, que encajaron el cuarto en un balón picado por Gazdag (89'). Un reflejo claro de lo que es su equipo, a la que le queda enfrentar a Italia y Alemania sin ninguna opción de lograr la primera plaza y que se llevó una tremenda pitada de su afición.