Derrota sin paliativos de Bolivia ante Perú (3-1)
La otrora ordena selección de Villegas, que se llevó algún elogio por la primera parte ante Brasil duró esta vez apenas 28 minutos, lo que tardó el colegiado en señalar un penal que fue transformado con solvencia por el delantero Marcelo Martins. Un 0-1 que lejos de servir para motivar,...



La otrora ordena selección de Villegas, que se llevó algún elogio por la primera parte ante Brasil duró esta vez apenas 28 minutos, lo que tardó el colegiado en señalar un penal que fue transformado con solvencia por el delantero Marcelo Martins. Un 0-1 que lejos de servir para motivar, convirtió el partido en un monólogo peruano.
El equipo peruano es un equipo trabajado, que le ha dado continuidad a su DT y que además cuenta con unas cuantas estrellas de primer nivel (que no surgen por casualidad). Antes del descanso, Paolo Guerrero dio muestras de eso: Una pérdida tonta en el medio del campo, un pase preciso, un regate de altura y 1-1. Unos hundidos al descanso, otros con ganas de volver lo antes posible. Y así exactamente fue.
No hubo más juego boliviano y tampoco hubo Lampe, muy fallón en las salidas. En el 55 Farfán remató de cabeza en el área chica un balón que jamás debió estar ahí, con los dos centrales parados. Un 2-1 que parecía inalcanzable.
Y así fue. Juego plano en el medio, pocas ideas de Villegas para refrescar un equipo o buscar algo nuevo, otra jugada tonta en el 90 que transformó Edison Flores y a dormir.
Es verdad que hay vida. Ganarle a Venezuela y tratar de pasar como uno de los dos mejores terceros de los tres grupos en liza. Pero las sensaciones no son las mejores. Antes, normalmente, nos daban alguna alegría. Un cara a cara con Messi, un golazo a México. Algo. Algo tendrá que pensar Villegas, pues por el momento no alcanza. Y sí, también alguien tendrá que pensar algo más allá, porque en el fútbol no todo es casualidad (ni canchas de pasto sintético)
El equipo peruano es un equipo trabajado, que le ha dado continuidad a su DT y que además cuenta con unas cuantas estrellas de primer nivel (que no surgen por casualidad). Antes del descanso, Paolo Guerrero dio muestras de eso: Una pérdida tonta en el medio del campo, un pase preciso, un regate de altura y 1-1. Unos hundidos al descanso, otros con ganas de volver lo antes posible. Y así exactamente fue.
No hubo más juego boliviano y tampoco hubo Lampe, muy fallón en las salidas. En el 55 Farfán remató de cabeza en el área chica un balón que jamás debió estar ahí, con los dos centrales parados. Un 2-1 que parecía inalcanzable.
Y así fue. Juego plano en el medio, pocas ideas de Villegas para refrescar un equipo o buscar algo nuevo, otra jugada tonta en el 90 que transformó Edison Flores y a dormir.
Es verdad que hay vida. Ganarle a Venezuela y tratar de pasar como uno de los dos mejores terceros de los tres grupos en liza. Pero las sensaciones no son las mejores. Antes, normalmente, nos daban alguna alegría. Un cara a cara con Messi, un golazo a México. Algo. Algo tendrá que pensar Villegas, pues por el momento no alcanza. Y sí, también alguien tendrá que pensar algo más allá, porque en el fútbol no todo es casualidad (ni canchas de pasto sintético)