Vida en familia
Mommy Makeover, el as bajo la manga de la mamá moderna
El «Mommy Makeover» contempla tratamientos quirúrgicos individuales o combinados para tratar una o varias de las áreas del cuerpo que quedan más afectadas después del embarazo: pecho, abdomen y piernas



Ser mamá es una experiencia único y gratificante, de esas que dejan huella. Recuperar la silueta después del nacimiento de un hijo es un proceso que requiere sobre todo constancia, tiempo y paciencia. La genética, los kilos adquiridos en la gestación y los cuidados del cuerpo que haya tenido la embarazada durante los nueve meses son factores claves en la recuperación de la figura, pero también repercute de forma clara adoptar una dieta sana y equilibrada tras el parto e incorporar el ejercicio a la rutina diaria.
A pesar de que estos cambios son frecuentes, a veces en algunas mujeres la maternidad parece que no deja huellas. Algunas de estas madres guardan un as bajo la manga. En su término anglosajón se denomina «Mommy Makeover», un procedimiento que la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE) define como la tendencia a someterse a varias técnicas quirúrgicas estéticas «con el objetivo de restablecer la forma, posición y firmeza de ciertas zonas del cuerpo de la mujer especialmente proclives a su transformación durante el proceso compuesto por embarazo más parto».
Naturalidad Según un informe de la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos (ASPS), el 62% de las madres consideraría someterse a una intervención de este tipo
La cirugía plástica después de la gestación, que se incluye hoy en día entre los servicios que prestan numerosas clínicas de estética en nuestro país, es una alternativa cada vez más demandada. Según un informe de la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos (ASPS), el 62% de las madres consideraría someterse a una intervención de este tipo. De hecho, esta sociedad destaca un incremento notable en la última década en algunas de las cirugías que se incluyen en el «Mommy Makeover«, como la abdominoplastia (más del 85%) o la elevación de las mamas (70%).
El «Mommy Makeover» contempla tratamientos quirúrgicos individuales o combinados para tratar una o varias de las áreas del cuerpo que quedan más afectadas después del embarazo: pecho, abdomen y piernas. Según la valoración que el especialista haga de cada paciente, se puede llevar a cabo en varias intervenciones o en una sola; en este último caso, la ventaja es que se acorta el tiempo de recuperación y se produce una única entrada a quirófano. Los servicios más demandados son:
Abdomen. Las huellas del embarazo en esta zona son frecuentes, sobre todo en mujeres que han tenido varios embarazos y en las que la piel y los músculos abdominales se han relajado y no recuperan su tono inicial. La cirugía que se realiza se denomina abdominoplastia, un procedimiento quirúrgico que «reduce el aspecto abombado del abdomen», al retirar el exceso de piel y grasa en la parte inferior del mismo.
Pecho. El pecho puede presentar un aspecto más caído y en muchos casos vacío en la parte superior después del embarazo. Para recuperar la forma de las mamas, se recurre a la mastopexia, una cirugía que eleva y mejora la forma del pecho. Es recomendable recurrir a esta intervención en el caso de que no se tenga intención de tener más hijos, ya que, tal como señala SECPRE, «las mamas pueden volver a descolgarse tras una nueva gestación». Además, hay que tener en cuenta que las cicatrices son «permanentes y visibles».
Piernas y caderas. Las alteraciones en el volumen y el peso durante la gestación pueden dar lugar a celulitis y acúmulos de grasa en estas zonas del cuerpo. Para redefinir el contorno corporal, la cirugía plástica más común es la liposucción. Esta técnica permite aspirar la grasa de las zonas rebeldes y remodelar de ese modo la figura.
Pautas imprescindibles de la cirugía posparto
La Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos aconsejan a las mujeres que estén considerando someterse a una cirugía específica, para recuperar su figura después de haber sido madres, tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
· Esperar al menos un año después de tener el último hijo para hacerse una intervención quirúrgica de este tipo.
· Tener una idea clara y realista de cuáles son los resultados que se quieren obtener para que el cirujano pueda aconsejar los procedimientos más adecuados.
· Si la madre reciente debe perder peso, es conveniente que lo haga antes de someterse a la cirugía; de ese modo los resultados serán más óptimos.
· Recurrir a un profesional capacitado para este tipo de intervenciones. En España, solo los médicos que acreditan estar en posesión del Título de Especialista en Cirugía Plástica, Reparadora y Estética tienen la formación profesional que proporciona a la persona una calidad asistencial estupenda.
· Los pacientes deben informarse con antelación de los posibles riesgos o complicaciones de estas cirugías. Y es que, aunque no son frecuentes, pueden surgir infecciones, trombos venosos, mala cicatrización, cambios de pigmentación o pérdida de sensibilidad.