Del libro: RECUERDOS DE MI TIERRA de Tomás O’Connor d’Arlach. 1917
Día sin sol



Día triste, de invierno,
envuelve a la ciudad la niebla densa;
instante indefinible en que no sabe
el alma lo que quiere ni en qué piensa.
—El pico bajo el ala—
dormita el loro; cabizbajo el gallo
está en el gallinero, en el pesebre
también está durmiéndose el caballo.
En postura de esfinge
y en un ángulo oscuro ronca el gato;
levantando una pata, soñoliento,
está a la orilla del estanque el pato.
Triste, oscura la tarde,
la niebla aumenta y es intenso el frío;
los árboles parece que meditan
y silencioso se desliza el río.
Cual almas en derrota,
los sauces de la playa su ramaje
inclinan sobre el agua, mientras gime
melancólico el viento en su follaje.
Calor le da al obrero
el fuego de la fragua en la herrería.
El golpe del martillo se percibe
más claro y fuerte en este triste día.
En esas horas grises
¡cuán grato es pasear por las carreras,
por la colina de San Juan, por todas
de Tarija las fértiles praderas!
¡Oh, días del invierno
de la encantada tierra tarijeña,
a la que el corazón recuerda tanto,
con la que el alma sin descanso sueña!