Del libro: Recopilación Histórica San Roque, Chaguaya



SAN ROQUE
La fiesta grande de Tarija, no podía quedar como una fiesta más, porque en ella se manifiesta la idiosincrasia y creencias de sus habitantes, que demuestran la grandeza y calidad humana de nuestro pueblo, por eso nuestro deseo de recopilar toda su historia a través de una investigación de aproximadamente 21 años atrás y compartirla a través de nuestras páginas, con el objetivo de rescatar, defender y resaltar su valor cultural, propio de nuestra tierra chapaca que permitió ser declarada como “Patrimonio Histórico Religioso y Cultural” según la ley de la República No. 1895 del 08 de septiembre de 1998, En los últimos tiempos, la fiesta grande de “San Roque”, representa toda la tradición y cultural de nuestro pueblo, también forma parte principal del atractivo turístico regional y nacional. Desde el 16 de agosto hasta el 16 de Septiembre de cada año, toda la población puede disfrutar de un ambiente de fiesta, a través de celebraciones religiosas y procesiones con acompañamiento del Santo y la majestuosidad y el colorido de los danzantes, chunchos promesantes, la dulce melodía de la caña, la caja y la quenilla, en las vísperas de fiesta, juegos recreativos populares, festivales musicales y competencias ciclísticas únicas y propias de nuestra tierra, se puede observar el reencuentro del chapaco con su cultura y familiares, quienes retoman de diferentes partes del departamento, el país y del exterior a cumplir su promesa al Santo.
Asimismo, al finalizar la fiesta oficial en la ciudad, se puede disfrutar de la fiesta de San Roquitos, que abarca cinco domingos seguidos que pasan la fiesta en la comunidad de Lazareto y en distintos barrios de la ciudad, con una particularidad individual, San Roquito, San Roquito Chiquito (Nieto), San Roquito (Bisnieto), San Roquito (Tataranieto), San Roquito (Choznieto) y San Roquito (El Peregrino de Entre Ríos).
También se puede degustar la incomparable aloja de maní que es el deleite de los visitantes. Los pueblos no deben olvidar su historia si quieren lograr el desarrollo.
Sr. Oscar Chávez Ferreira.
BIOGRAFÍA DE SAN ROQUE
EL SANTO DE LOS JÓVENES
Nació en Montpellier hacia el año 1295 y murió en 1327. Pertenecía a una familia noble y rica y su padre era gobernador y señor de aquella ciudad, se llamaba don Juan de la Cruz y su madre doña Liberia, su ascendencia es del linaje de los reyes de Francia; como lo indica la historia de su vida, acontecieron hechos maravillosos, presagio de su futura santidad; es así que a la muerte de sus padres, cuando contaba con veinte años de edad, distribuyó su fortuna a los pobres, encomendando aun tío suyo don Guillermo de la Cruz el gobierno de Montpellier y vestido de peregrino se dirigió a Italia, con el fin de visitar el sepulcro de los Santos Apóstoles en la ciudad de Roma. Al llegar a Acquapendente halló que la peste hacía terribles estragos en sus habitantes y movido por la caridad al prójimo se entregó al servicio de los apestados que, milagrosamente, curaban con la señal de la cruz, visitó Cesamo y otras ciudades y en todas partes el azote de la peste desaparecía ante la presencia del pobre voluntario de Cristo, después de haber visto la ciudad de Roma, motivado por su caridad, fue a Mantua, Modena, Parma y otras ciudades Italianas, sirviendo y curando en todas partes a los apestados. En Placensia contrajo la peste, se retiró a una choza escondida en el Monte Somato, donde la providencia de Dios le envió a un perro que le alimentaba con pan y otros, este perro pertenecía a la familia de otro noble llamado Gotardo Palestrely, quien al notar las ausencias prolongadas de su perro lo siguió por donde se encaminaba y fue a encontrarse con San Roque a quién alimentaba y le lamía sus llagas, es ahí, que el noble Gotardo se hace cargo de curarlo y asistirlo hasta su mejoría; una vez curado, se volvió a Francia y al llegar a su ciudad natal de Montpellier, que en aquella ocasión se hallaba en guerra, fue tomado por espía y encerrado en una prisión por orden del gobernador de la ciudad, su tío Guillermo de la Cruz, donde murió al cabo de cinco años. Descubierto después de su muerte por causa de un documento que hallaron en su poder, fue honrado con grandes y solemnes funerales. Muchos milagros atestiguaron su santidad.
En 1414 durante el Concilio de Constanza, la peste estalló en la ciudad, los padres del Concilio ordenaron públicas plegarias y procesiones en honor del Santo y cesando inmediatamente la peste. Sus reliquias, según dicen fueron llevadas a Venecia, donde son todavía veneradas: Afirman que perteneció a la Orden Tercera del Padre San Francisco. Urbano VIII aprobó el oficio eclesiástico que se reza en el día de su fiesta, el 16 de agosto; Pablo III, instituyó una confraternidad bajo la advocación del santo; luego, Pablo IV la elevó a Archicofradía con la facultad de agregar otras asociaciones erigidas en honor de San Roque. Varios pontífices concediéronle grandes favores, entre ellos Pío IV, Gregorio VIII y Gregorio XIV.
Se dice que fue el noble Gotardo el primero que pintó el cuadro de San Roque en la Capilla de Santa Ana en Placencia y fue uno de los primeros seguidores de San Roque. Es posible que San Roque hubiera realizado algún curso de enfermero en la famosa Universidad de Medicina de la ciudad de Montpellier, lo que le sirvió para tratar a sus enfermos.
LA FIESTA DE SAN ROQUE EN LA CIUDAD DE TARIJA
La devoción a San Roque llegó a la ciudad de Tarija junto con los primeros pobladores españoles, según los historiadores. Don Tomás O’Connor D’Arlach, Don Federico Ávila, Don Jorge Araoz Campero y datos recopilados de la propia familia Arce, cada uno en sus libros, hacen mención que junto con los primeros españoles y con las primeras congregaciones religiosas que llegaron a Tarija, se difundió la devoción al Santo Patrono San Roque; más propiamente con los padres franciscanos que erigieron por el año 1695 una ermita en la parte alta de la ciudad, terrenos cedidos por Don Luis de Fuentes y Vargas antes que dejara Tarija.
La mencionada devoción se intensificó debido a las curas milagrosas de las enfermedades y epidemias que se presentaban en esos tiempos diezmando a la población, conformada por colonizadores, nativos, esclavos negros y chichas que trajeron los españoles que poseían encomiendas en esta región.
La fiesta del Patrón San Roque fue instituida a partir del año 1844; veinte años más tarde, o sea, en el año 1864, se presentaron los Chunchos por primera vez dirigidos por don Rafael Arce, padre de Don Aurelio Arce y abuelo de Don Humberto Arce. Asimismo, se dice que la danza de los Chunchos es una mezcla de las danzas aborígenes de las tribus del Chaco y de las que trajeron los españoles. La música es melodiosa y rítmica, resultante de la conjunción de diversos compases de diferentes danzas, como ser:
El compás del camba.
La danza del cajón sencillo y doble.
La danza de la estrella.
La danza del peine.
La danza de la pantomima.
La danza del combate.
El actual templo se terminó de construir el año 1900, entre los principales gestores se encuentra Fray Buenaventura Lolly y el Rdo. Padre Columbano María Pucheti.
En el presente año se conmemora los 708 años del nacimiento de San Roque y los 676 años de su muerte, también se hace notar que el 16 de agosto de 2003 se cumple los 161 años desde que la Fiesta de San Roque fue instituida; hace 139 años de la presentación de los Chunchos y los 103 años de la construcción del actual templo.
CONTINUACIÓN RECOPILACIÓN
BIOGRAFÍA DEL PATRÓN SAN ROQUE EN TARIJA
Se dice que cuando llegó don Luis de Fuentes y Vargas con la misión de fundar la ciudad de Tarija en 1574, fue informado que casi todos los años, la Villa se veía afectada por la perniciosa y mortal viruela, enfermedad eruptiva infectocontagiosa, traída de allende los mares por los propios españoles.
Recordemos que el valle tarijeño ya había sido poblado por los conquistadores europeos desde aproximadamente el año 1539, o sea 35 años antes de su oficial fundación. Lo curioso del hecho es que esta maléfica enfermedad, que causaba enormes daños a la escasa población de entonces, se manifestaba con mayor vehemencia en el mes de septiembre, motivo por el cual se lo ha (Del periódico El País del 10/09/2002) venido a llamar “el mes de la viruela”.
Es importante recordar lo siguiente: antes del arribo de las audaces huestes europeas, fueron los belicosos Chiriguanos los que ingresaron al valle tarijeño, al finalizar el siglo XV, con el afán de lograr riquezas y la abundancia de alimentos que la fértil región producía, asolando a la pacífica población valluna, luego, con la llegada de los españoles en el siglo XVI, estos impusieron una tenaz lucha contra los guerreros nativos, quienes organizados en malones efectuaban sorpresivas incursiones, enfrentándose al entonces sofisticado armamento de los peninsulares. En este continuo encuentro de ambas culturas, algunos chiriguanos cautivos y otros domesticados se quedaron asentados en el lugar en pos de mejores condiciones de vida. Y son precisamente estos personajes que, siguiendo sus milenarias costumbres, para alejar y evitar enfermedades, se vestían con atuendos vernaculares, donde destacaban los turbantes adornados con plumas multicolores, los vestidos cortos y los rostros pintados con vivos colores con una pasta preparada con semillas apropiadas para este fin; efectuaban misteriosos bailes espirituales al son de rítmicos tamboriles, evocando sus creencias, muy seguros de conjurar el mal. A estos aborígenes se les denominaba Chúñenos, apelativo utilizado por los españoles de la época para referirse a los indígenas que moraban los bosques apartados de la civilización. En Tarija se trataba de la aguerrida raza chiriguana llegada de las llanuras del Chaco, de la que más adelante se amplía información. Cuenta la tradición que en un lejano septiembre, poco tiempo después de la fundación de Tarija, cuando la peste de la viruela estaba provocando un enorme daño a la población, prodigiosamente se apareció el santo peregrino en la parte alta de la ciudad, lugar donde moraban los pobladores más indigentes y los afectados con mayor crudeza por el mal. La presencia de San Roque realizó el milagro de que la epidemia sucumbiera. Ante el asombroso general, la noticia conmovió a todo el vecindario, movilizando a la población entera, quienes exaltados por la evidente revelación, suplicaron al Capitán y Justicia Mayor Don Luis de Fuentes y Vargas, levantar un santuario dedicado a San Roque para que les protegiera del azote de la peste; la construcción debía realizarse en el mismo sitio de su aparición; zona que actualmente lleva su nombre.
Fuentes, un tenaz católico y religioso sin par, conocedor de la enorme fama y popularidad ganada por el Santo en toda Europa, aceptó la solicitud, escogiendo aquel elevado lugar para construir una ermita y así este noble santo se constituya en una especie de centinela del valle chapaco, consuelo de los necesitados y protector contra pestes y enfermedades, muy comunes en aquella época, como se indicó anteriormente.
De acuerdo con los datos históricos disponibles, el Capitán y Justicia Mayor, conocido por su desprendimiento, proporcionó los terrenos de su propiedad, juntamente con otros donativos para iniciar los trabajos de aquel santuario, los que sumados con los dadivosos obsequios de los vecinos de la Villa de San Bernardo de la Frontera de Tarija, permitieron contar con un pequeño templo donde expresar su agradecimiento al Santo Curandero, cuya devoción crecía de manera extraordinaria.
A principios del siglo XVI los Padres Franciscanos, orden a la que perteneció San Roque, llegaron a la Villa, transformando aquella ermita en capilla; en el siglo XIX fue elevada al rango de iglesia, siendo reparada y ampliada continuamente por esta congregación, hasta lograr la atractiva y elegante construcción actual de tres naves, cuya fachada fue ideada y diseñada por el padre Buenaventura Lolli a fines del siglo XIX. Don Federico Ávila, insigne historiador tarijeño, que atesoró gran información histórica del terruño chapaco, al referirse a este tema sostiene: “Y como la peste asolaba, sobre todo, en los barrios altos de la ciudad, donde vivían gentes pobres, numerosos indios Tomatas y cautivos chiriguanos, los españoles terminaron por implorar a Fuentes erigir un templo a San Roque, para que los librara de la peste, así como los indios hacían sus danzas sagradas que conjuraban el mal. Lo que nadie pone en duda es que, el áspero y elevado cerrito de San Roque era el lugar donde señaló Fuentes para que estén siempre de centinela varios soldados previniendo a la población de los ataques chiriguanos, pues allí, según reiteradas tradiciones, se apareció un día en que la viruela hacía estragos, el Santo Viajero acompañado de su can, e hizo el milagro de salvar a muchos niños y pacientes, y desde ese momento, nació el fervoroso culto al santo curandero y Fuentes fue el primero en contribuir a la creación del templo y a las primeras solemnes procesiones, con música chiriguana y danzarines guaraníes que, desde entonces, se celebran durante casi todo el mes de las viruelas en esta Villa”.
Elocuentes palabras de nuestro historiador, mostrándonos que, prácticamente con la fundación de Tarija, nace la devoción al Santo Patrono Roque y el fundamento a la arraigada costumbre de llevarlo por las calles de la ciudad en solemnes procesiones durante el mes de septiembre, “el mes de las viruelas”, época cuando más aflora la peste, siendo en realidad su fiesta oficial, como ya conocemos, el 16 de agosto, fecha en que falleció el Santo Peregrino.
Refiriéndose expresamente a don Luis de Fuentes, respecto de su apoyo, entrega al servicio de Dios y a la expansión de la religión católica, nos relata el mismo Federico Ávila de la manera siguiente: “nos interesa destacar que, este culto data de los días iniciales de la fundación de Tarija y que Fuentes fue el primero, no sólo en dar los terrenos, los materiales de construcción del templo, sino los ornamentos u otras donaciones que hizo de sus peculios para la edificación de la iglesia de San Roque que, años más tarde, gracias a la generosa donación de otros primeros pobladores, comenzó a construirse en toda la ladera del cerro. Años más tarde, los franciscanos se hicieron cargo del templo, lo refaccionaron y ampliaron, hasta dejarlo en el estado floreciente en que ahora se encuentra”. Al revisar el momento histórico de aquella época, es necesario recordad que, por orden de don Francisco de Toledo, la población fundada el 4 de julio de 1574 debía ser bautizada con el nombre de “Villa de San Bernardo de Tarija”, puesto que este ilustre virrey pertenecía y cooperaba con grandes obras a la cofradía de San Bernardo Abad.
Una clara muestra del apego religioso a esta hermandad, cita don Federico Ávila al historiador Levelier, cuando este último dio a conocer un manuscrito inédito de los vecinos de Oropeza, España, refiriéndose al virrey Toledo que, entre otras cosas indica: “Fundó los dos colegios de la Compañía de Jesús y el de San Bernardo de 33 colegios”, además, en ese documento indica que el virrey pidió expresamente: “Ser enterrado con el hábito de San Benito y San Bernardo, por pertenecer a estas cofradías”. De ahí el atractivo de este noble caballero de inmortalizar aquel nombre de San Bernardo.
Don Luis de Fuentes y Vargas, en cumplimiento al mandato de este virrey, para proceder con la nueva fundación, terminada la Misa de Bendición del día 16 de marzo de 1574 en la Iglesia Mayor de la Plata (hoy Sucre) ofrecida para la valiente expedición que partía rumbo a la creación de la ciudad de Tarija, mostrando la imagen de San Bernardo la invocó como: “Protector y Patrono de dicha villa”, haciendo un trascendental juramento de cumplir aquel convenio hecho con el virrey. Fuentes obediente y respetuoso de sus compromisos, grabó en la historia aquel nombre completo con que se conoce a la Villa de San Bernardo de la Frontera de Tarija.
Pese a esta oficial y solemne designación, el pueblo se ha inclinado e impuesto el “patronato” a favor de San Roque, muy querido por los grandes favores en beneficio de los pobres y como terapia de los enfermos en las temibles pestes. Ha sabido ganarse y conquistar, con justicia, el corazón del pueblo con sus manos llenas de obras de caridad, consolando a los más necesitados.
San Roque ha logrado conciliar las dos doctrinas religiosas tan diametralmente opuestas, como lo fueron la europea y la americana. Este sincretismo y las constantes muestras de amparo frente a las enfermedades, realizadas por San Roque Peregrino a toda la población, han sido suficientes para que el pueblo, como justa retribución, lo declare su “Santo Patrono” y a la festividad se la designe como la “Fiesta Grande de Tarija”. Pensamos que en Tarija no existe casa u hogar alguno donde el Santo no haya brindado su misericordia. La crónica oral nos muestra que la enorme devoción al “Santo Curandero” se ha mantenido inalterable siempre, desde tiempos de antaño, debido a sus continuas muestras de humildad sirviendo a los demás.
OTROS DATOS HISTÓRICOS DE LA IGLESIA Y PARROQUIA DE SAN ROQUE
Fray Manuel Mingo de la Concepción, en su “Historia de las Misiones Franciscanas de Tarija entre chiriguanos”, publicada por el padre Bernardino del Pace (1996), indica que el curato tarijeño, en el año 1796, tenía tres capillas. Una de ellas, era la Capilla de San Roque, ubicada en una lomita, cuya fiesta la efectúan voluntariamente sus devotos.
En el libro “Crónicas y Perfiles de mi Tierra”, de Bernardo Trigo (1940), editado en la Imprenta Renacimiento de Tarija, encontramos la siguiente relación histórica en el periódico “El Trabajo” de 4 de julio de 1885. Al comunicar que ha tomado posesión del curato de la Iglesia Matriz, el presbítero José Gabriel Negri, dice: “Los franciscanos casi han concluido la obra de la Iglesia de San Roque”.
Según el cronólogo del convento franciscano Fray Gervasio Costas, en el año 1887, prácticamente se concluyó la parte interior del templo.
Luego, el padre José Ferri abrió los arcos laterales para asegurar las paredes y también para editar, con el tiempo, otras dos naves.
El padre Buenaventura Lolli echó abajo los dos campanarios pequeños y deformes que amenazaban ruina, levantando desde los cimientos una nueva fachada elegante e imponente, que él mismo dibujó.
La fachada de la iglesia se concluyó el año 1900, a cargo del padre Vicente Picinini, con un gasto de siete mil doscientos cuarenta y cinco pesos con seis reales, sin incluir el trabajo de los piadosos que acumularon piedras adobes, maderas, etc.
El año 1907 el padre Columbano María Puccetti, reedificó la iglesia y compró un sitio para la casa parroquial, cuya obra fue concluida en 1908.
El 27 de octubre de 1907 fue creada la parroquia de San Roque por disposición del ilustrísimo Arzobispo de la Plata Fray Sebastián Francisco Pifferi.
También, por su abnegado servicio religioso, son dignos del recuerdo los Franciscanos, Ignacio Copedé y Gabriel Landini. Asimismo, los padres Lino Arnold, Jacinto Ojeda y Javier Venturi, 1954.
INTERESANTE DATO HISTÓRICO
Un hecho histórico digno de destacar, que tiene relación con la Iglesia de San Roque, se refiere a la llegada, en el año 1925, del primer Obispo de Tarija, Monseñor Ramón Font, fue en esta iglesia donde se vistió con los hábitos pontificales, para luego ser conducido bajo palio a la Catedral donde se celebró un solemne Te Deum.