Nosotros Los tarijeños
Carlos Ávila Claure
Abril de 1992.
EL contenido primigenio y tradicional de nuestro espíritu tarijeño se está diluyendo riesgosamente al paso del tiempo y ello va determinando, con una seguridad que desconcierta, la pérdida de nuestra realidad cultural y de las opciones de evolución enmarcadas dentro de su identidad.
Debe interesamos Tarija como sujeto de la historia de la cultura y como correlato vital del hombre, que, por vivir en ella, se llama tarijeño. Nuestro pueblo y espíritu son una experiencia y una tradición amasada por nuestros mayores, son un modo de la realidad interior que hemos madurado lentamente, son un fruto de la vida, del diálogo sencillo y fraterno y de la floración de una intimidad que supo nacer y latir en su largo tiempo de vida aislada.
Durante el largo tiempo de soledad que vivió Tarija consolidó un intuitivo sistema de valores, de actitudes y de conductas que se inspiraron en las plenitudes y dificultades de su medio físico, en sus maneras de vida, en lo que pensaron y sintieron sus ascendientes, concretando así la edificación de una forma de vida y una cultura basadas en hondas convicciones morales y en una trascendente originalidad recreada dentro del contexto de la belleza y plenitud de su naturaleza
Hoy, ojalá estemos equivocados, estamos tratando de vivir no como siempre habíamos sido, sino dentro de todo aquello que nos viene de una realidad convulsionada por toda clase de intereses que no se fundamentan en nuestro espíritu y en la objetividad arrinconada de nuestra región con relación al país. Ello, puede y ya está conllevando rencor destructivo, frustración, simulación, dependencia…
Estamos olvidando que somos un pueblo con una densa historia que grita por sí misma nuestros derechos insoslayables como parte de la Nación, que nuestro espíritu y entorno físico deben ser preservados, que lo que logremos no sea dádiva sino justa concesión, que el encaramiento de nuestras necesidades debe fundarse en la certeza y convicción de lo que debemos hacer primero y aceptar después, y en fin, de que todo lo que podamos lograr sólo podrá ser resultado de la concertación plena y de la acción común de todos los hombres e instituciones de Tarija
El carro de la evolución tarijeña está atado a muchos intereses que subordinan y distorsionan su condición. Entre ellos, lo que más daño nos hace es el choque egoísta de intereses partidarios, electoralistas e individuales que gravitan adversamente en todo intento de reivindicación colectiva de la región y determinan que nuestras calles y nuestras esperanzas sigan rotas y remendadas.
Mientras no consigamos andar los tarijeños por un solo camino liberado de intereses electorales e individuales que hacen perder la dimensión objetiva de una colectividad que busca mejorar su destino común enraizado en las propias vivencias, seguiremos haciendo al andar, cada grupo, institución O persona, nuestros propios y errados caminos, sin la conciencia
El carro de la evolución tarijeña está atado a muchos intereses que subordinan y distorsionan su condición. Entre ellos, lo que más daño nos hace es el choque egoísta de intereses partidarios, electoralistas e individuales que gravitan adversamente en todo intento de reivindicación colectiva de la región y determinan que nuestras calles y nuestras esperanzas sigan rotas y remendadas.
Mientras no consigamos andar los tarijeños por un solo camino liberado de intereses electorales e individuales que hacen perder la dimensión objetiva de una colectividad que busca mejorar su destino común enraizado en las propias vivencias, seguiremos haciendo al andar, cada grupo, institución o persona nuestros propios y errados caminos, sin la conciencia de ese nuestro destino colectivo que debe construirse con el corazón y la nobleza de un pueblo que sabe preservar primero su dignidad y el sentido ético de sus actos y fines.
En relación a las inquietudes expresadas, planteamos tres puntos que quizá pudiesen ser importantes en toda acción que Tarija promueva por su desarrollo y evolución:
1.- Concertación de las voluntades individuales, institucionales y partidarias, afín de lograr una acción cohesionada por Tarija, liberada de intereses subalternos.
2.- Esclarecimiento de las opciones vitales por las que se debe luchar, conformando las prioridades y correlaciones necesarias.
- Preservamiento de la cultura y valores espirituales de nuestra región, dentro de la progresión del desarrollo económico.