Del libro: Poetas Tarijeños, de Heriberto Trigo Paz. Año 1959
Los Marqueses del Valle de Tojo (Tercera parte)



J. ELECTO DÍAZ
Con un aire de nobleza,
altivamente, solía
sobrellevar la pobreza
en que a menudo vivía.
Supo trocar su tristeza
en fuente de poesía;
y el culto de la Belleza
fue su pan de cada día.
Así pasó por la vida
— fugitivo meteoro —,
troquelando en cada herida
fúlgidos versos de oro.
Tal fue su lira: un tesoro
de amor y melancolía...
Pero Dios calmó su lloro,
y se lo ha llevado hoy día.
LOS ÁNGELES...
Los ángeles se encuentran en el cielo,
porque la tierra no los tiene, no.
La tierra saturada de pasiones
sólo rebosa hiel y sinsabor.
Se van los hijos del hogar. Sus almas
velan, como las nubes, nuestro sol...
¿Dónde las buscaremos? En el templo.
Y ¿dónde hemos de hallarlas? Sólo en Dios
Como un perfume su recuerdo flota
— como el perfume de una extinta flor —
en la desierta casa, en la memoria...
pero queda vacío el corazón