Este libro se terminó de imprimir en los talleres gráficos de CODETAR, en 1994.
"Tarija, una fabulosa leyenda” (Primera parte)
El conocimiento y la comprensión de la identidad de un pueblo
PROLOGO
El conocimiento y la comprensión de la identidad de un pueblo, deberán, necesariamente, que buscarse inicialmente en las sacrosantas fuentes de sus raíces históricas.
"TARIJA UNA FABULOSA LEYENDA”, surge de la pluma autorizada de quien fuera protagonista heroico de uno de los fastos más controvertidos de la Historia de Bolivia, la mal denominada Guerra del Chaco, que en realidad tendría que llamarse la guerra de intereses de dos transnacionales que ensangrentaron a dos pueblos latinoamericanos, contienda ésta, de la cual el departamento de Tarija emergió como el más perjudicado territorialmente.
Esta obra tiene la virtud también, de confirmar las nuevas corrientes de estudio del devenir histórico, el que deberá basarse sobre todo -antes que en anécdotas y fantasías- sobre autorizados pilares documentales y vivenciales.
Tarija, pletórica de aparente tranquilidad y sosiego, surge del pasado remoto plena de encuentros casi siempre conflictivos, entre corrientes migratorias procedentes de los Andes, del Copiapó y de las pampas atlánticas; las que al sentar sus reales en esta zona fronteriza tuvieron que enfrentar el asedio continuo de las etnias chiriguanas y, posteriormente también las disensiones de los propios colonos españoles, que a instancias del Virrey Toledo y a la cabeza de Don Luis de Fuentes, vinieron en misión de conformar una “Villa Fortaleza” para contrarrestar el empuje guaraní, que, al presionar sobre las rutas entre el Perú y el Rio de La Plata ponían en grave peligro el dominio hispánico en el área sur-andina.
Parecería entonces, que el hombre tarijeño, desde su génesis primordial, estuvo templado y pergeñado para las luchas del mañana.
Así fue que sangre chapaca, nutrió el árbol de la emancipación desbordando todo límite; no solo edificando su propio libre albedrío a nivel regional y con su propio esfuerzo, sino, que su desprendimiento se extendió hasta más allá de sus propias fronteras: Sipe Sipe, Tucumán, Tumusla, Suipacha y otras lides libertarias así lo atestiguan.
Su propia decisión inquebrantable de ‘pertenecer’ a Bolivia, estuvo surcada de sacrificios cruentos y excesivos, desde los vejámenes más inhumanos que sufriera el prócer Don Eustaquio Méndez de manos de las autoridades de Salta, hasta la ofrenda incondicional de juvenil sangre tarijeña en la favorable batalla de Montenegro, confirmando así, con hechos denodados, lo que el espíritu escrito había manifestado en la proclama de 1826: “TARIJA DURANTE LA REVOLUCIÓN LIBERTARIA HA PERMANECIDO GOBERNADA POR SI PROPIA, HACIENDO ESFUERZO EXTRAORDINARIO SIN MAS AUXILIO QUE LA FIRMEZA Y EL VALOR DE SUS HABITANTES”.
Le amparaba por lo tanto, todo el derecho de decidir por sí misma el devenir de su futuro.
Es la prestancia de Celedonio Ávila que enaltece la presencia de Tarija en el triunfo de Yanacocha al lado del Mariscal Santa Cruz -tal vez en la hora más grande de la Patria- y en la victoria de Ingavi junto a José Ballivián donde la soberanía y la independencia de Bolivia quedaron reafirmadas.
Producida la ocupación foránea de Antofagasta en febrero de 1879, inmediatamente se reúne, en afán de protesta airada, la totalidad del pueblo tarijeño, ofrendando, de resultas, su juventud a la Patria; nuevamente será sangre chapaca la que regará las playas del Pacífico en defensa de la heredad marítima tan vital e importante.
El Alto de la alianza, será testigo de su entrega incondicional -al mando del general tarijeño Narciso Campero- lo mismo que Canchas Blancas donde el “Batallón Tarija” participó victoriosamente en el alba del 13 de septiembre de 1879.
Los años de 1932 a 1935 transcurrieron para Bolivia plenos de esperanza y de desasosiego.
De las trincheras del Chaco nacerá una nueva conciencia de Patria basada sobre todo en una necesidad imperiosa de integración territorial y de modernización de sus estructuras sociales.
Actor de infatigable espíritu militar el general Armando Ichazo Urquidi enmarcó con sus desvelos y sacrificios las arenas del Chaco, a él como a otros héroes con nombre y apellido y tantos otros anónimos, les debe la diplomacia boliviana una explicación ecuánime para la elaboración de una historia justiciera.
“TARIJA UNA FABULOSA LEYENDA”, deberá ser leída, sobre todo por los jóvenes, con la mayor inteligencia y respeto, su autor que egresara del colegio militar en 1932 salió directamente destinado a Boquerón.
En la guerra su actuación fue sobresaliente, variados certificados así lo atestiguan.
Fue el único oficial boliviano que, al asalto, rompió el cerco sobre Boquerón. Salvó al ejército boliviano de ser denotado en tres oportunidades: Fortín Arce, Campo Vía y Cañada Strongest, transformado esta última en una enaltecida victoria. Fue declarado EL MEJOR OFICIAL DE LA GUERRA.
En la primera línea de fuego se le adjudicaron todas las condecoraciones militares. Se hizo también acreedor al “Cóndor de Los Andes”.
Héroe en la contraofensiva victoriosa del Parapetí, todavía porta en su fuero más íntimo, el infinito interrogante del por qué los gobernantes y diplomáticos bolivianos de aquel momento, declararon un ‘alto al fuego’, desde todo punto de vista inexplicable para el devenir de la Campaña del Chaco y para el futuro del departamento de Tarija y de Bolivia toda.
Dr. Edmundo Torrejón Jurado
Tarija (San Isidro) 6 de marzo de 1994.
Al recopilar datos para esta breve síntesis, resulté ingresando en el heroico mundo de la Historia Militar de Tarija, de cuyas lecturas nació esta Ayuda Memoria, que con sumo agrado la pongo en manos de todos y cada uno de los tarijeños y residentes en Tarija, esperanzado en que estos cimientos construidos con tanto amor, sacrificio y sangre, signifiquen finalmente, la poderosa unión de los tarijeños, para marchar felices hacia la grandeza de los chapacos.
TARIJA LA MÁRTIR
La gigantesca obra de conquistar los llanos del Valle de Tarija significó el más grande derroche de valor y de sangre de los españoles, tomatas y chicheños, frente al embate, asalto, malones y al saqueo de los feroces chiriguanos, que además eran caníbales.
Buscaban constantemente llevarse a las mujeres, a los jóvenes con miras a convertirlos en Jefes de tribu y se enloquecían por las armas.
La epopeya de las escasas fracciones que ingresaban a ocupar el valle, se veía tan atemorizada, que en su mayoría se regresaban. Los que quedaron siguieron adelante a puro corazón de verdaderos titanes, agarrados a la religión cristiana y a sus plegarias a los santos: A San Juan, San Lorenzo, la virgencita de Chaguaya, y la virgencita de Guadalupe, a la de Santa Ana, a los santos mártires San Plácido y Santa Paulina, que enviaron desde Roma sus bustos con restos de sangre para que puedan proteger y salvar a nuestra gente.
En 1580 los religiosos de Tarija se dirigen al Virrey de Lima para hacerle conocer las continuas hostilidades de los indios chiriguanos.
En 1609, el padre Lozano y otros cronistas llaman a Tarija "La Puerta del Chaco" por ser la llave, muro y defensa de la provincia y como vínculo de unión entre el Alto Perú y el Río de La Plata. Este mismo año, los primeros misioneros que entraron donde los chiriguanos fueron los padres Manuel Ortega y Gerónimo de Vallernao.
En 1728 sale el clérigo Cristóbal Núñez como evangelizador.
El 16 de mayo de 1735 el padre jesuita Julián Lizardi cuando celebraba la misa en la capilla dedicada a Santa Ana, irrumpe en el templo una horda de chiriguanos, matan a la gente, tomaron al sacerdote, le cortaron la cabeza, las manos y el tronco a la imagen, se llevaron al padre Lizardi a un peñón y lo mataron a flechazos. A los 22 días recién fueron encontrados los restos del padre y fueron trasladados a Tarija, como también el cuerpo mutilado de la imagen.
El 22 de febrero de 1798 los bárbaros cheneses invaden Itau, la misión de Rosario de Salinas, eran enemigos de los chiriguanos, s llevaron cautivos 62 personas entre mujeres y muchachos.
El 13 de marzo de 1882 parte de Tarija el explorador francés Julio Creveaux para explorar el Chaco hasta el Paraguay, va con el astrónomo Luis Billet, el marino Ernesto Huarat, el fotógrafo Augusto Ringel, el ayudante Juan Dumigron, los marinos argentinos Enrique Rodríguez y Carmelo Blanco, los bolivianos Cap. Baldomero Vera, los Ttes. Bernardino Valverde, Julián Romero, Jacinto Gaite, Nemecio Valverde, Miguel Monter, Estanislao Zeballos y a orillas del Pilcomayo, en Teyú, el capitán de los toabas aniquiló a toda la expedición.
Del libro "Calendario Histórico de Tarija" de Octavio O'Connor D'Arlach
DON FRANCISCO Y D. MANUEL URIONDO
El apellido Uriondo es un apellido ilustre de Vizcaya, D. Xavier Pérez de Uriondo fue el padre de Francisco y Manuel, quien se vino de España a San José del Virreinato del Río de la Plata.
Para garantizar los ganados de Ortíz de Zarate y para luchar contra los chiriguanos, D. Xavier se marchó a Tarija y se radicó en Concepción, allí se casó con Doña Concepción Zoto y Tejerina y tenía tierras en Rosillas y en Paredonales. De este hogar nacieron Francisco y Manuel.
Frente a la tiranía española se alzaron los gauchos de Méndez, los chapacos de Mendieta, los hermanos Uriondo en "Partidos" formaban grupos de asaltos. De ese modo es que se suceden las sorpresas y los asaltos de los patriotas, inician la lucha en julio de 1910. Pelean en Cotagaita y Suipacha con los Escuadrones de Caballería, en el combate de Chocloca el 20-1-1812, en que iban llevando ganado a Salta y fueron atacados, sin embargo lograron vencer al enemigo. Allí murió el Cap. español Dolaberri. En la batalla de Tucumán el 24 de septiembre de 1812, los jinetes tarijeños ocupan el ala izquierda y tiñeron de rojo "Campos de las Carreras". Las fuerzas de Belgrano tenían al frente a las unidades enemigas, el "Paura" y el "Fernando VII". Fue allí que se oyó el grito de Francisco Uriondo, "los tarijeños pasamos como rayando la huella para la siembra".
El 5 de septiembre de 1812 en "Lagunillas" en la Argentina, Uriondo que era Capitán junto al Sargento Mayor Pedro Antonio Flores, partieron al frente enemigo, siendo Uriondo herido en el pecho. El Cnl. Lavín entró y Uriondo se replegó. Lavín llevó a los prisioneros atados a la cola de los caballos y trajo las cabezas de los degollados e hizo fusilar a 89 vecinos. Luego vino el combate de Guerrahuaico el 14 de octubre, en que nuevamente vence Lavín. Uriondo tomó Beritu y se incorporó a las fuerzas de Güemes.
Dice D. Luis Paz: "El que se impuso como jefe de todas estas divisiones y caudillos que comandaban en los distintos partidos de la republiqueta de Tarija, fue el Tcnl. D. Francisco Uriondo, notable caudillo por su inteligencia y valor, que peleó por la independencia desde 1810 en Cotagaita y Suipacha, en un Escuadrón de caballería de tarijeños". El 15 de noviembre de 1816 Uriondo se dirige al jefe de Vanguardia D. Martín Guemes, le avisa que en Toldos va persiguiendo a la División del Cnl. Marquiegui, hacia Padcaya y Concepción, en un documento le dice: "De la División del Bermejo el jefe es el Sargento Mayor D. Miguel Vidal y el Cap. D. Ignacio Mendieta. La de San Lorenzo el comandante de División D. Eustaquio Méndez y el Comandante D. Ramón Cabrera. La de Salinas, el Cap. Comandante de Ejército D. Francisco Subiría y el Cap. de línea D. Martín Espinosa. Los Oficiales: en la División de Bermejo el Cap. Mariano Prodel, id. Matías Guerrero, id. Juan Esteban Soto, id. José Gabriel Ontiberos, id. Juan Esteban Garay, id. Fermín Vaca. Ayudantes: Pedro Raya, Pantaleón García, Tte. Manuel Orgaz, Sbtte. Roque Gómez, id. Juan Aparicio.
División de San Lorenzo: Cap. Pedro Tejada, Tte. Juan José Ballejos, Alferes José Perales. Div. de Salinas: Cap. Juan Ruíz, Tte. Francisco Cueto, Alferes Felipe Parada, ed. Mariano Benevides, id. Juan Vaca. Es copia - fdo. Toribio Tedin Secretario.
El 9 de julio de 1817 Güemes por comunicación del Tcnl. Francisco Uriondo Gobernador de Tarija da parte: El comandante de la partida del centro D. Manuel Uriondo desde Livilivi sorprendió al enemigo en Tupiza obligándolo a abandonar el puesto dejando 30 muertos. Otra acción heroica de los hermanos Uriondo es en la batalla de Santa Ana, en donde el feroz Ramírez mató al 30% de los patriotas. De Salinas avanzan los nuestros y se libra la batalla de Santa Ana, la carnicería fue salvaje, por lo que Uriondo el 10 de junio de 1817 llama urgente al comandante Rojas en auxilio de nuestra infeliz provincia.
La Madrid en diciembre 1817 comunica el ascenso de Uriondo a Tte. Coronel. Ante la imposibilidad de dominar Tarija La Serna buscó de seducir al caudillo
Uriondo en forma amistosa y magnánime: Sr. Francisco Uriondo le dice, de la tranquilidad de estos desgraciados países, dice ser muy humanitario y que el gobierno de Buenos Aires es quimérico. Si no es obcecado preséntese y disfrutará de gracias que le prometo. Saluda al Gral. del Ejército Real del Perú.
Le contesta: Soy el Gobernador de esta provincia. Mis atenciones son escrupulosas y ante un desaforado tirano, por lo que lloré sus desgracias y protesté a la faz del cielo el vengarlo... cuenta VE. que en todo evento en que suerte lisonjera franquee a mi espada un sólo momento de dicha, será para emplearla en la más tirana garganta.
En la batalla de La Tablada, la acción de los hermanos Uriondo fue digna de todo reconocimiento. Se unieron a los efectivos de La Madrid el 14 de abril de 1817 con mil montoneros con Méndez y Rojas. Al retirarse La Madrid, después de la victoria, entregó el mando al Tcnl. Francisco Uriondo.
En la batalla de Sipe Sipe actuó con el guerrillero Camargo, otra gran figura en la guerra de la independencia. Uriondo era hombre de elevada estatura, gallardo y caballeroso, lleno de bondad. D. Manuel era hombre áspero, violento D. Francisco murió en Tarija a los 82 años.
D. JOSÉ MARÍA AVILÉS
Nació en Tarija en Tojo el 7 de abril de 1784. Se incorporó al ejército realista de Olañeta en el Perú, hasta el levantamiento de la Unidad en favor de la causa de la independencia, en el momento en que cayó Olañeta.
Avilés actuó valerosamente en la campaña de la Confederación. En la batalla de Uchumayo actuó como Jefe de División. Forzó el puente y fue herido. Santa Cruz le ascendió a General y llegó a Lima el 9 de noviembre de 1838 donde tuvieron un gran recibimiento.
El 27 de noviembre el General Avilés falleció trágicamente por incidencias de amor, cuando era el candidato a suceder en la Presidencia de la República al General Santa Cruz.
DON EUSTAQUIO MÉNDEZ
Nació en Canasmoro, en Churqui Huaico, era un .auténtico chapaco, de elevada estatura, dotado de gran fuerza y tenía una gran ascendiente entre los paisanos (de Alberto Sánchez Rossel).
El ideal sacrosante de la libertad, rubricado con tanta sangre y sacrificio de los protomártires inflamó los corazones patriotas de uno a otro confín al Alto Perú, en ese medio se distinguió el Moto Méndez y su mayor ascendente era en Carachimayo, Canasmoro, Sella, Tucumilla, Laja, La Vitoria, por donde tenía muchas propiedades. A la cabeza de sus montoneros (que en su mayoría eran sus peones) sostuvo las guerrillas, siendo varias veces herido y peleaba con burdas lanzas, facones y armas que tomaban del enemigo. A sus tropas las tenía divididas por fracciones.
Era un hombre rico y con varias propiedades, en la lucha casi perdió todo, su ganado, sus cosechas, etc., tan solo le quedaron sus propiedades. Tuvo varias batallas en todo el Valle tarijeño e inclusive en el norte argentino así, en la batalla de "Las Piedras", en el Campo de Las Carreras, cerca de Salta, accionaron Uriondo y Méndez con gran eficacia ayudaron al triunfo de Belgrano, esta fue la más gloriosa acción del General Belgrano. Fue allí donde Uriondo les dijo a los españoles: "Los tarijeños pasamos frente al enemigo, como rayando el surco para la siembra".
Siempre refiriéndonos al Moto Méndez señalamos, que venció en "Las Lomas Patrióticas" cerca a Sella, el 17 de septiembre de 1814. Siguiendo sus acciones por Canasmoro y el Río Pilaya, siendo perseguido por el Cnl. Lavín. Cuando se encontraban sitiando a Tarija y se hallaba rodeando al Virrey La Serna, quien al sentirse perdido buscó mediante un parlamentario, garantía y le ofreció el grado de Coronel al Moto Méndez, el caudillo rechazó de plano, entonces le ofreció un talego de oro y, le contestó que él desprecia siempre el dinero. Luego le suplicó que le permita el ingreso de víveres y que se levante el sitio, que él ofrecía en cambio lo que pida. El Moto le contestó que acepta solo si suspenda para siempre las gabelas y tributos que pesaban sobre los chapacos, aquel fue un triunfo para el Moto.
En la batalla de Guerrahuaico el 14 de octubre de 1816, Lavín ocupaba la ciudad de Tarija y era frecuentemente amagado por los escuadrones chapacos. Lavín contaba con los regimientos "San Carlos", el "Blandengues", y el 2o. de Infantería y el "Cazadores", el efectivo era de más de tres mil hombres, los nuestros no tenían más de 500 voluntarios con Uriondo, el Moto Méndez, Rojas, Mendieta y Avilés.
Uriondo desplegó a los nuestros en Guerrahuaico siendo atacados por los numerosos efectivos del enemigo. Nuestras tropas de a pie resistieron valerosamente, mientras que los jinetes de Avilés y del Moto atacaban por los flancos, finalmente venció la gran superioridad numérica de los españoles, por lo que los nuestros se replegaron dejando muchos muertos, heridos y prisioneros. El criminal y sanguinario Lavín entró en Tarija llevando amarrados en la cola de los caballos, las cabezas de los prisioneros, que fueron degollados, como parodiando al salvaje Atila, Rey de los Unos, (de Miguel Ramallo).