Hora final - Tiempo de espera
Extraño ser, barro cocido



HORA FINAL
Extraño ser, barro cocido,
espíritu viviente
que despierta cada amanecer
entre niebla de pensamiento
y frío perfil desdibujado de sueños,
agraviado por el volátil andar
de los años que en soledad
escribe la vida irredenta,
apagándose en silencio grisáceo.
Cuándo doblarán las campanas
deja huellas de despedida
que mi pecho henchido presiente,
sin atisbos de angustia ni pesar
por el ciclo mayor que se cierra…?
Nadie lo sabe, a no ser Dios
en su omnipotencia que forjó
un universo grandioso
y un destino pequeño, irrelevante,
nombrado bajo el signo del miedo
y de la callada extinción.
Gracias por la vida que me diste
pletórica de amor familiar,
sembrado de dolores ocasionales,
de partidas inesperadas que trajeron
llanto y no resignación
ni paz en el cambiante camino
próximo a llegar a su previsible final
sin sosiego y la mente afiebrada
por un mundo de recuerdos
cuajado de amor a padres y hermanos,
adelantados en el viaje
inmisericorde y cruel. ¡¡Adiós vida!!
TIEMPO DE ESPERA
Vivir el tiempo de la espera,
no sufrir por lo que vendrá,
tras haber vivido la vida presurosa
de la cual no sabemos hasta cuándo
extenderá sus alas que un día
quebrará la mariposa inconsútil
de la que no tengo memoria ni atisbos.
No desesperes por el tiempo que no llega
ni por el que fue malo ni bien vivido.
Sólo cuenta el rosario de las buenas acciones,
si acaso hubo algunas plasmadas en realidad.
No acaricies los sueños de amor
que forman el pasado insípido
en brazos de la nostalgia pertinaz.