P o e s í a e s…
Una lágrima que cae en la mejilla del tiempo que fue nuestro.



Una lágrima que cae en la mejilla del tiempo que fue nuestro. Hoy el vacío y nada más…
= =
Escuchar el discurrir de las aguas del río a tiempo de rememorar la lejana infancia y candorosamente sentirse niño aún.
= =
El pico de una paloma que regaña a su pareja, extendiendo a la vez su ala protectora.
= =
La noche tachonada de estrellas, una rúbrica naranja en el cielo al ponerse el sol y una cascada de agua que se desliza junto al sauce llorón.
= =
Un par de ojos verdes, en piel morena, que rasgan el alba con la sola mirada.
= =
Es la madre que da de comer en la boca a sus pichones, hasta que puedan volar y valerse por sí mismos.
= =
El sustento espiritual que brindan los libros, de los autores más
dispares, augura auspicioso futuro que un día llegará y colmará el ciclo vital.
= =
La familia reunida en el alero de la casa, implorando a Dios en plegaria de amor a los suyos.
= =
Evadirse de la maraña de problemas del mundo actual, y sumirnos en la evocación íntima de un ser que fuera parte de nuestra vida, al que amamos de modo entrañable, y que, Dios así lo quiso, partió por el Covid hacia la eternidad.
= =
Visitar la costa marítima, arrullarnos en sus agitadas olas, recibir en el cuerpo los dorados rayos solares y renovar en la playa el juramento de jamás renunciar al mar nuestro de cada día.
= =
El silbido de un ave canora, para convocar a su pareja y reunirse en el nido de amor colgado en añoso árbol.
= =
Tender la mano franca y ofrecer ayuda a quien la necesite, sin esperar petición alguna.
= =
Ver crecer a los hijos y, tras un agudo suspiro del tiempo, contemplarlos ya jóvenes.
= =
Viajar y viajar, no importa dónde, pero viaja. Cambia de ambiente y respira aire nuevo, viaja físicamente, no solo en sueños dorados ni con el pensamiento.
= =
y, de pronto, se estanca para decir: ya viviste tu polícroma vida.
= =
Desatar el nudo atorado en la garganta y poder gritar, antes que sea demasiado tarde, por la incierta suerte del país en que nacimos. Libertad y democracia.
= =
Aprender a ser pacientes hasta que nos llegue la hora final. Dios espera y comprende en su grandeza.
= =
La sonrisa que ilumina al astro rey, para dormir cuando la luna salga a prender la luz mortecina de la noche.
= =
Si cansado estás de navegar, busca brisas propicias a tu discurrir por la existencia.
= =
Amar la vida en plenitud, con deslumbramiento, hasta que nos toque abandonar el barco de nuestro destino.
= =
Pintar del mágico blanco las casas multicolores que habitamos de modo sucesivo y escalonado un día de nuestras vidas.
= =
Arrullar en tus brazos por vez primera a tu bebé y percibir que antes de nacer, aún interno en el vientre materno, ya lo amabas entrañablemente.
= =
El gorjeo del gorrión hasta que amaine la tormenta y el sol, alegre y jovial, ilumine espléndidamente la naturaleza.
= =
Disfrutar el tren pasajero que es la vida, para forjar tu destino prometedor y fecundo.
= =
El anhelo de volar sin poseer alas, salvo las de la imaginación que todo lo consigue.
= =
Remontar el estado de “larva” con que el ser nació y empaparnos de estudio, a fin de brillar humildemente, plenos de sabiduría y conocimiento.
= =
El cúmulo de poder de las briosas neuronas que rigen el pensamiento y que, por una sola vez, espantó a los sentimientos del encendido corazón.
= =
La melodiosa serie de arpegios que derrama el viento, en los enmarañados cabellos de la musa que eres tú.
= =
La cadencia de caderas cuando bailamos apretaditos los dos, en celebración del nacimiento del primer nieto. Inolvidable bendición de Nuestro Señor.
= =
El cuenco de tus manos juntas que dejó escurrir el agua del amor, en pos de sosiego e independencia.
= =
La cadena de barrotes que forjó la cárcel del amor pasajero, y que la magia de la libertad, a Dios gracias, hizo añicos.
= =
La noche que avanza sobre las horas del día y lo inunda de sombras, en tanto oscurece mientras duerme el sol; instante en que despierta presurosa la luna para embellecer la noche y borrar las tinieblas.