La cepa chapaca



Al borde de Sama
Al borde de Sama
Levanta las manos.
Acaricia esa estrella.
Que tu sino impronta.
Al borde Sama:
En la amanecida.
Discurre el camino.
Y mastica la niebla.
Al borde de Sama
Canta una tonada.
De júbilo por tu retorno.
De tristeza por tu partida.
Al borde del valle
Al borde del l valle.
Ya otro valle nace.
Tras la erosión pasada.
Aun tiene llagas abiertas.
Otras ya casi cerradas.
Ya en retazos se forma.
Moteando de viñas el valle.
De ranchos, de cañas y erque.
Regenera… brota… emerge.
Verdes hileras de higueras.
Cintas de vides maduras.
Añejos olores que flotan.
Trasminan… emanan… derivan…
Embriagan de amancaya aaromas.
Sabor de singani y el vino patero.
Saice, aloja y de chicha de uva.
La fiesta
Se tejen al rio y del morro transcurren.
Son “chunchos” en vendas liados
Con San Roque Su Santo Patrón.
Resbalan sonando los erques
Cañas sopladas otrora.
De selva profunda y misterio.
Con labios de lepra y fe ciega.
Retumban el andaluz valle.
Recuerdos
Otro rio ya estéril eres ahora.
Una vez caudaloso corrías.
Ruido de curtido cause.
Cruzarte nadie atrevía.
Apoya largo sus hombros
En la vieja ciudad en damero.
Por allí pasaban antaño
Saltito a saltito, cantando.
Saltanitas del Guadalquivir..
Las mozas más bellas y airosas.
Cantareras de caprina leche.
Polleras bailando, caderas moviendo.
Lamiendo los muslos morenos.
Nocturno
Ya en la nochecita
Plañideros sones
Se cruzan sedientos
Del amor primero.
Las cuerdas se tañen
En las serenatas
Rebotan balcones.
Del valle andaluz.
Flotan en las sombras
El alma de los héroes.
Que todavía velan.
Las noches de plenilunio.