Poemas dedicados al arbol
Pasados muchos años del alejamiento físico de Man Césped (1932)



Pasados muchos años del alejamiento físico de Man Césped (1932), que en alas de una singular prosa poética rindiera pleitesía a los árboles y al reino vegetal, otro poeta llamado Luis René Cortés Rosenblüth, tupiceño de nacimiento e ingeniero geólogo de profesión, exaltó poéticamente a las piedras en sus geopoemas como él los denominó; otro tanto hizo por el árbol en sus atractivas inspiraciones. Veamos algo de ello, en la obra El líquido propicio respecto al tema:
Únicamente el árbol
Sólo el árbol
su fronda, se estira
hasta los cielos
comiéndose el aire.
Sólo las ramas
besan las azules
capas escapadas
sin arrepentirse.
Sólo el vegetal puro
camina sin largas botas
verticalmente
hacia arriba.
El hombre, no puede.
La oratoria de los árboles
Fragmento
Hablará con los cielos despegando hacia arriba, pues el árbol es el único ser que viaja hacia ellos sin despegar los pies del suelo. Sus hojas tocarán sus estrellas calientes entibiando los astros con sus manos de nervaduras suaves y frescos estomas.
Cantará con los siglos cuando corran los días en melodía del tiempo, mientras sus pies de cien dedos no moverán un paso.
Telégrafo verde, transmitirá mil mensajes de su mejor amigo, el viento, cuando este pedalea presuroso para llevarle sus voces y sus lágrimas.
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¿Habrá voz y beso más dulce que el del árbol y la lluvia?
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Será como un libro, pues cada hoja es una página o un papiro donde se escribe la historia del suelo y de la tierra. En la corteza estará el disquete con el curso de los años y las raíces caminando hacia las oscuridades tocando las improntas y los fósiles.
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El árbol vive y habla, pese a las hachas, pese a los fósforos, pero aun siendo leña o cenizas, nos regalará secretos peregrinos sobre el fuego eterno.
Lo postrero
Érase una vez un abuelo que se convirtió en montaña y la abuela, en árbol.
Ese árbol cuida todavía el sueño de la montaña.
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Este poeta boliviano obtuvo numerosas distinciones, habiendo ofrendado su tiempo a escribir poesía, “esa bruja sabia, maga sin rostro que nos quema y al mismo tiempo nos ama”. Vivió muchos años rodeado de la soledad que enriqueció su espíritu. Envejecemos. El calendario de los seres transcurre de modo acelerado, la enfermedad va minando las fuerzas y las reservas orgánicas y, de pronto, sin anuncios previos, sin toque de campanillas llega la Parca y nos lleva a un mundo desconocido. La muerte del poeta ocurrió al final de la primera semana del mes que fenece. Dios lo tenga en su reino.