El Barrio “Latino” de San Roque
El tamaño de un lugar no se mide por su territorio, se determina por la riqueza de su gente
El tamaño de un lugar no se mide por su territorio, se determina por la riqueza de su gente, sus tradiciones y principalmente su historia. Así, la magnificencia de un sitio se nutre con las bases de sus leyendas e historias. Este es el ejemplo del barrio de San Roque, un heroico lugar que contribuyó a forjar las bases de la identidad tarijeña. Pero existe mucho más que historia detrás de este bello paraje repleto de rincones mágicos.
El mayor orgullo de cada vecino de San Roque reside en su glorioso pasado. Este pequeño lugar, se erigió como un elemento fundamental para la literatura y la tradición tarijeña. El valor de su gente, su enorme fe católica y el patriotismo del lugar, ayudaron a liberar las fuerzas productivas estabilizando socialmente a la población de bajos recursos.
Hablar del barrio San Roque es hablar del folklore tarijeño; como señalaría Carlos Porcel Zenteno en su libro “Historia del Folclore de Tarija” pág. 189, casi todos los conjuntos que se insertan en este libro nacieron en el barrio de San Roque; es hablar de Simón de los Ríos Paredes, Alberto Valencia Justiniano, Juan Choque Maldonado, Manuel y Pastor de los Ríos, Nilo Soruco Arancibia, Cecilio Mealla Hoyos, José Naval Monzón Cardozo, Pastor Achá Martínez, Abdón Rivera, Vicente Mealla Hoyos, Hugo Monzón Cardozo, Basilia Valencia, y tantos otros; además, de los Embajadores del Guadalquivir y de las Voces del Folklore.
San Roque es literatura, es Alberto Rodo Pantoja, el precursor de la narrativa vernacular de Tarija; es Víctor Varas Reyes, Mauro Molina Balza, las hermanas Nilda y Mery Castrillo Colodro, de Emma y Zoila Espinosa Lora, etc.
San Roque es el Club “Royal Obrero”, el Club “Cochabamba”, el Club “San Lorenzo”; es Hugo Vásquez Campero, el inolvidable “Churra”; es Oscar Ponce; Amado Avilés; es Francisco “Paco” Pulido, Ricardo Paita y otros.
===
San Roque es cuna de las Cooperativas tarijeñas, con la pionera “Madre y Maestra”, fundada por el R.P. Bartolomé Attard y por la Orden de los Carmelitas, que constituiría al poco tiempo, los barrios El Carmen (nominación dada en homenaje a la Virgen del Carmen, patrona de los Carmelitas) y Juan XXIII.
===
San Roque es la calle Cochabamba, con sus añorados locales de chicha y ventas del famoso pescado villamontino, es también la célebre “Pastorita” Vega con su saice; es la “Zarca” Romero con sus costillitas de chancho y los deliciosos chorizos de doña “Elsa”.
San Roque es el origen de las famosas “Chamuyadas” y del “Encierro” del Carnaval; pero también, es “Santa Anita” y la “Fiesta Grande” de Tarija.
Hay lugares que se recuerdan con la mente, pero hay otros que lo llevamos en el corazón, porque fueron las que alimentaron nuestro espíritu y querencia en nuestra vida. El recuerdo de sus sitios, el evocarlos más adelante, hace que nunca le olvidemos, porque lo llevamos guardado en el recuerdo de nuestra alma y de nuestro corazón.
El P. Salvatore Bartolomé Attard Grima
Los valores humanos se agigantan sirviendo a la sociedad a la que pertenecen, dando, haciendo obras. No importa de dónde sean, ni que idioma hablan en su tierra. Nosotros que gozamos de su iniciativa y su dinámica eficiente, no podemos dejar pasar el tiempo sin comentar y hacer resaltar sus obras que significan nuestro progreso.
===
Hoy tenemos que aplaudir y estimular la gran obra de progreso que está haciendo el Padre Bartolomé Attard, venido de la Isla de Malta, de contextura mediana, casi corto de estatura, que como los grandes como Napoleón, Alejandro, Nelson; es de capacidad sobresaliente; con gran espíritu cristiano está haciendo progresar a Tarija. Vino joven, humilde, que lloraba al recordar a su madre. Hoy, es uno de los más grandes dinámicos y mejores servidores de esta tierra. Comenzó formando la Cooperativa “Madre y maestra” y con ello supo ganarse la confianza, el aprecio y el lugar que le corresponde por su responsabilidad y honestidad. Está cimentando la ayuda a los necesitados, a los que no tenían techo, construyéndoles con facilidades de pago y a largo plazo su casita.
El mejor homenaje, debe ser destacando a los valores humanos, que no solamente nos dan un ejemplo de grandeza cívica, de verdadero amor a su nueva patria, Bolivia, tan querida por nosotros y adoptiva para ellos; sin embargo, el Padre Bartolomé Attard siembra tanto amor cristiano que se hace acreedor a nuestro aplauso y a nuestro reconocimiento. Un honor digno de los grandes… (“La Verdad”. Oscar Mealla. 1976)
Nació el 21 de enero de 1928 en Malta. Sus padres fueron Vincent Attard y María Grima.
De niño era monaguillo de su Parroquia, ya casi adolescente le tocó vivir los estragos de la Segunda Guerra Mundial en un campamento de refugiados. Él compartió con numerosas familias en ese campamento y observó que la solidaridad era lo más importante en esos momentos:
Un día sólo compartimos entre todos, una pequeña ración de nabos hervidos; sin embargo, no decayó nuestra fe y la esperanza que habrían días mejores, cuando venga la ansiada paz, señalaría años después, en Tarija.
La llamada del Señor se hizo sentir al terminar sus estudios primarios, ingresó al postulantado de la Orden Carmelita. Fue un joven de clara inteligencia, sincero, audaz y decidido, de palabra fácil y elocuente; su nombre de pila fue Salvador; para luego tomar con el hábito religioso Carmelita, el de Bartolomé.
Terminando sus estudios de formación sacerdotal se ofreció como voluntario, para trabajar como misionero en América Latina. Fue un visionario que cruzando el océano se avecindó en la tierra chapaca, con su bagaje de ideas, inquietudes y un genio bastante vivo. Tomó las cosas con bastante naturalidad, vivió una vida ejemplar sin arrugas ni tapujos: amó con la ternura propia de él a este pueblo sencillo, y comenzó a edificar cosas reales y positivas. Del discurso de posibilidades pasó con destreza a la construcción de lo que algunos aprensivos denominaron “campamentos urbanos”, pero que a la postre, sirvieron para que muchas familias tengan el ansiado techo propio. Así nacieron bajo el impulso del Sacerdote, el barrio El Carmen para pasar casi de inmediato a la construcción del barrio Juan XXIII.
Entre los logros más importantes del P. Attard, se tiene la erradicación del alcohol en la Fiesta de San Roque, la reducción de la desocupación y de la pobreza. Dio la oportunidad de profesionalizarse o educarse, la solución al problema de la falta de vivienda; la creación de industrias para dar ocupación de mano de obra, mediante la construcción; la promoción del ahorro interno, el trabajo social en apoyo a la salud mediante el servicio social de la farmacia “Cruz de Malta” y el programa de salud integral, dando esto como resultado un alto sentido de espiritualidad religiosa en el barrio de San Roque (Oscar Chávez Ferreira).
Su principal obra en beneficio de la sociedad, fue a través de la Cooperativa “Madre y Maestra”, su alcance fue excepcional, en un periodo bastante difícil en la historia de nuestro país.
El 18 de octubre de 1968, el Presidente René Barrientos Ortuño, le galardona con el “Cóndor de Los Andes”; poco después, el primer mandatario en la ciudad de Yacuiba; le obsequia el Jeep que pertenecía a Ernesto “Che” Guevara.
El Presidente de la República Barrientos Ortuño y Bartolomé Attard. 1968
Consolidada la Cooperativa “Madre y Maestra” con sus importantes obras; el P. Attard se “aparta” de los Carmelitas, se va a vivir a la Capilla de Juan XXIII y luego fija su residencia en un pequeño ambiente situado en la cooperativa (calle Fray Manuel Mingo).
El 15 de abril de 1970, fue elegido Presidente del Comité Cívico de Tarija, cargo que desempeñó hasta 1972. En su gestión como Presidente de la casa cívica, se definió la importancia que iba a tener la Represa de San Jacinto.
Le vino una embolia por lo que tuvo que dejar sus actividades. Viajó a Chile y Estados Unidos a hacerse curar, pero nada… falleció el16 de julio de 1982, justo en la fiesta de los Carmelitas (Sra. Francisca Gutiérrez Maraz).
Sus restos mortales descansan en el Cementerio General de la ciudad de Tarija, en el Mausoleo de los Carmelitas (calle 5 entre A y B).
HONORES DE LA CIUDAD DE TARIJA A BARTOLOMÉ ATTARD
El 26 de abril de 1988, se fundó el Centro de Educación Especial “Bartolomé Attard” CEEBA; así también en esta ciudad está el Instituto Técnico “Bartolomé Attard” que presta enseñanza superior en tecnología y carreras técnicas.
En la plaza de La Mujer del barrio Juan XXIII, se encuentra un monumento de Bartolomé Attard, edificado en la gestión del Alcalde Never Krayasich.
En la otrora Clínica “Attard” (avenida Víctor Paz), se erigió un busto del clérigo.
Un barrio, una plaza y un pasaje de la ciudad llevan su nombre.