¡Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad!
No deseo más que hacer tu voluntad



No deseo más que hacer tu voluntad
y llevo tu ley en mi corazón
(Salmo 40:9)
¡Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad!
¡Sí Señor!
aquí estoy contigo
para reposar mi vida en la tuya,
a veces lejos de tu Gracia,
empero, perfectible como soy,
regreso a tu inefable amor
y otra vez te sigo.
¿Dónde puedo estar
más segura, sino es,
cerca del mayor de los verbos,
del único corazón
capaz de amar y perdonar,
amado Padre?
¿Cómo no podría entender
que solamente tu voluntad,
-no mis decisiones-
deben prevalecer
sobre mis acciones?
En Ti me abandono,
porque sólo en Ti
está puesta mi confianza,
todo lo acepto, todo lo recibo
y todo lo asumo con la más
serena esperanza.
Ayúdame, Padre
conforme a tus designios
y bajo tu misericordia,
a reconocer tu presencia divina,
necesito tu afable compañía
para seguir mi senda peregrina.
¡Aquí estoy Señor,
para cumplir tus mandatos,
y hacer tu suprema voluntad!
Gracias por este nuevo día,
uno más, que me acerca a Ti.