Del libro: “Origen de la independencia de Tarija” de Luis Pizarro. Tarija –Bolivia. 1955
El pueblo de Tarija nuevamente se libera por sí mismo: Su participación en la Batalla de Tumusla
Tiempos después, el belicoso pueblo cayó nuevamente bajo el yugo español.



Tiempos después, el belicoso pueblo cayó nuevamente bajo el yugo español.
Cuando ya se perdían las esperanzas de recuperar su libertad y se encontraba otra vez en trágica situación de terror y angustia, en la cercana villa de San Lorenzo, se reunió y formó una división de hombres de férrea voluntad dispuestos a sacrificarse, derramar su sangre y dar su vida para salvar de la esclavitud a su amada ciudad, capital. Marchó ese grupo de valientes, aunque mal armados, hacia ella, bajo la dirección estratégica del héroe epónimo Moto Méndez y mandado por el segundo comandante D. José Ma. de Aguirre, y, vibrante de odio y rencor, se lanzó impetuosamente a la carga sobre las tropas opresoras y las derrotó.
Fue una magna y épica acción que cubrió de gloria inmarcesible a esos inmortales guerrilleros. El bronce debe perpetuar su memoria. El pueblo de Tarija mártir, pero invicto y rebelde, fue así nuevamente libertado y emancipado por sus propios hijos para siempre.
La fecha clásica de esa gesta heroica fue el:
8 de marzo de 1825.
He aquí el parte escueto y sucinto del combate de referencia:
“Pueblo libre de Tarija, 9 de marzo de 1825.
Excmo. Sr. Comandante General de Vanguardia, D. José María Pérez de Urdininea,
El día de ayer me resolví a exterminar en esta Provincia completamente el poder de los tiranos enemigos de la libertad. Para ello tomé las medidas más adecuadas y éstas fueron la más pronta y precaucionada leva de una División. Con ella, desde el pueblo de San Lorenzo, mandé al Sargento Mayor y Segundo Comandante D. José María de Aguirre, con orden de posesionarse de la capital. Su resultado, según lo medité, fue el mismo que me propuse. Inmediatamente que entró en ella, este oficial hizo presa la División que la oprimía, al mando de dos oficiales, se desarmaron éstos y se proclamó la dulce voz de la Libertad, con general aplauso y regocijo propio de un Pueblo que siempre ha sido adicto a la causa común”.
“Esta plausible noticia comunico a Ud., con el objeto de que a la brevedad posible proteja la firme resolución que tengo de sostener los derechos de la Libertad, si acaso el pérfido y tenaz Olañeta, o alguno de sus viles secuaces, se dirigieran a perseguirme. Por esto es que con toda seguridad podrá Ud. destacar al punto de Mojo o a esta Provincia las divisiones que le parezca bajo la fiel protesta de que Tarija las auxiliará con toda clase de aportes a saber: gente, víveres, caballos, etc. Lo que yo necesito por ahora son armamentos y municiones, y éstos a la brevedad posible; los que teníamos en gran cantidad fueron ya agotados en las duras y largas campañas sostenidas.
“El pueblo se halla actualmente en toda la plenitud de su libertad
“Suplico a V.E. pase éste al Gobernador Señor Juan Antonio Álvarez de Arenales, insinuándole que por la prisa no le doy por separado un parte más extenso e individual.
“Dios guarde a V. S. muchos años (Fdo.) Eustaquio Méndez”.
Mediante otro oficio dirigido por el mismo Méndez al general Álvarez de Arenales, le dio igualmente parte de este gran acontecimiento histórico, ignorado hasta ahora. Para que se lo conozca, he transcrito dicho patriótico parte inédito aún.
El triunfo de la libertad de ese pueblo fue tan heroico y glorioso, que se trató de atribuirlo al Ejército Libertador, por ser digno de él. Para demostrarlo transcribo a continuación las partes precisas, respectivamente, de dos importantísimos oficios: el primero, que trata a aquel país como una entidad política y soberana, separada e independiente, como se encontraba, de la Argentina y del Alto Perú, es el siguiente; “Cuartel general de Chuquisaca, 30 de mayo de 1825 - Al General D. Juan Antonio Álvarez de Arenales.-
Excmo. Señor: “La Provincia de Tarija ha sido sometida al ejército Libertador no como un país que perteneciera a Potosí o a Salta, sino como un Territorio que dominaban los españoles y era preciso arrancar de sus manos”. (1)
En-fecha 31 del mismo mes, el general Arenales contesta al Mariscal de Ayacucho y le dice: “... Estaba persuadido que el Territorio de Tarija, que sacudió el yugo español por sí mismo, y que destinó importantes fuerzas propias contra el general Olañeta, nunca había sido sometido al Ejército Libertador”. Esa es la verdad. En prueba de ello ahí está el parte oficial de Eustaquio Méndez transcrito más arriba.
Este oficio contiene la rotunda declaración de que Tarija se libertó heroicamente “del yugo español por sí mismo”, por el coraje e intrepidez de sus propios hijos, sin ayuda ni cooperación de nadie. Fue un triunfo neto y puro de este pueblo. Además destaca el hecho glorioso de que él mismo, despachó, sin someterse nunca al Ejército Libertador, “importantes fuerzas propias contra el general Olañeta”.
Se evidencia también por ambas comunicaciones, que ese denodado país colaboró a los ejércitos Libertadores, como un Estado soberano e independiente.
El publicista argentino D. Juan Martín Leguizamón, comenta estos dos oficios en la siguiente forma: “«Queda, pues, perfectamente demostrado y comprobado cómo se libertó Tarija del dominio español: no por el Ejército Libertador, como se lo hicieron decir al General Sucre los nuevos patriotas del Alto Perú; sino por sí misma. Por consiguiente, cuando tuvo lugar el suceso de Tumusla, hacía cerca de un mes que Tarija era ya libre”.
Inmediatamente del magno acontecimiento de su propia liberación, el Cabildo envió tropas a combatir, junto con otras patriotas, al último ejército real que aún existía. Y en Tumusla derribó trágicamente al general Olañeta, enemigo encarnizado y opresor de Tarija, y con él se derrumbó el último baluarte de la Colonia para siempre.
Fue la última batalla que se libró por la independencia y emancipación de América.
Es admirable que Tarija haya sido el primero entre los pueblos de la Colonia en independizarse, rompiendo las cadenas de la esclavitud, en 1807, y después de 19 años de titánica lucha, fue el último en combatir contra el dominio español en Tumusla.
Ello significa heroísmo, estoicismo en el sufrimiento, coraje para afrontarse a un poderoso enemigo en más de cien batallas, reciedumbre de la raza y grandeza espiritual del pueblo.
(1) Los dos oficios que he transcrito más arriba, así como los que inserto en ésta y las anteriores páginas, correspondientes a los años 1813 y 1825, respectivamente, y otros datos pertinentes, me los ha remitido de Buenos Aires el talentoso y brillante escritor Dr. Ernesto Trigo Pizarro, quien los ha tomado del Archivo Nacional de aquella metrópoli. Esos importantísimos documentos, son inéditos y desconocidos en esta ciudad y en el resto del país. Fue un gran hallazgo, después de una prolija investigación de datos históricos referentes a Tarija. Esos servicios prestados, son invalorables, por ser de carácter intelectual. Mediante estas líneas hago honor a su patriotismo y le expreso mi gratitud por su valiosa colaboración a este estudio.