El Cóndor me saluda
Quién pudiera imaginar no escuchar a los niños reír, saber que los abuelos pronto irían a morir.



Quién pudiera imaginar no escuchar a los niños reír, saber que los abuelos pronto irían a morir.
Bufando el alazánfiero el encierro, sujetao bien de las riendasi runbeao pa’ los cerros.
El agua de los arroyos, el charqui bien salao, aire puro y buen solpa’ andar bien cuidao. No se puede andar libre, me comenta la tijereta, al pasar el alambre la autoridá te arresta.
Vuela, vuela y vuela, mi ñaño el carancho,el pobrecito no puede volver a su rancho.
El condor me saluda ni enterao está de la peste, la maldición que ha cáido matando a la gente. El cumpa el guanaco algo está sospechando, Dionicio Leyva y su hijo no se están asomando.
No todo es pesadumbre, hay cantos pa’ alegrar, cuando cante una copla una calandria se ai’ acercar.
En este montesito donde reina la calma, las alegres mariposas están alegrando mi alma. Bajo este yuchán me quedo sobre los cueros a descansar, contando estrellitas mis ojos se han de cerrar.