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CAPITULO VI LAS NUEVAS GENERACIONES.-

CONSIDERACIONES PREVIAS.- Como “todo cambia, menos la ley del cambio” como postulara Heráclito, el efesiano pensador, las nuevas generaciones han venido luchando por la máxima libertad respecto a la técnica del verso. No ha bastado la imposición casi pasajera del versolibrismo,...

Cántaro
  • Ricardo Ávila Castellanos
  • 27/01/2019 00:00
CAPITULO VI LAS NUEVAS GENERACIONES.-
01.06 Oscar Alfaro
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CONSIDERACIONES PREVIAS.- Como “todo cambia, menos la ley del cambio” como postulara Heráclito, el efesiano pensador, las nuevas generaciones han venido luchando por la máxima libertad respecto a la técnica del verso. No ha bastado la imposición casi pasajera del versolibrismo, desterrando la rima y hasta menospreciando el ritmo, para imponer sólo el lenguaje poético, engendrando audaces figuras, con reinado autócrata de la metáfora.


Ya en su época, lejana para las novelas huestes, el célebre tradicionista peruano don Ricardo Palma, en una ingeniosa composición, al contestar cierta consulta sobre condiciones establecidas para versificar, colocándose en la métrica en uso, indicaba: -“formar líneas de medida iguales, - colocándolas juntas y en fila, - poniendo consonantes en las puntas’-. Y ante la ansiosa pregunta:


-¿Y en el medio? -¿En el medio? -¡Ese es el cuento!


-¡Hay que poner talento!...


Años más tarde, en carta dirigida a Moisés Vincenzi, como al representante de la Juventud de Costa Rica (Io de diciembre de 1929), don FRANZ TAMAYO, en la forma incisiva, polemística, con la que atacaba, corroborando un concepto arraigado suyo, le decía:


“Señor Vincenzi: ¿Ha notado Ud. cuán difícil es distinguir en medio de las falanges vanguardistas un filisteo, de un mozo de talento?” Y agregaba: “El nuevo arte es la Jauja de los imbéciles que ya tienen carta libre para confundirse con los que no lo son; y esta IGUALDAD QUE ES EL SUEÑO DE LAS DEMOCRACIAS, RESULTA UNA PLAGA, porque anuncia la mayor invasión de gatos en el mercado de liebres”...


Indudablemente que contemplamos la aparición de poemas compuestos con depurada creatividad por sus autores; con agilidad y gracia, así como oportunidad en la libre expresión, comprobando dejar atrás temas y figuras ya trilladas en el correr de los tiempos, para incorporar nuevos giros y motivos en el lenguaje. Pero también surgen -y en serio- trabajos literarios que parecen ser versos por la alineación formal en columna, que avergüenzan a una discreta y modesta prosa. Esto es más delicado y peligroso, si dichos trabajos son dedicados a la niñez, que aprecia ingeniosas adivinanzas, pero no las que resultan tales por atrevidas y cerebrales figuras costosas de descifrarlas sin ayuda oportuna de los firmantes. Es entonces, cuando de por sí viene la defensa de los requisitos formales, aunque no estemos conformes con la caduca rigurosidad de antaño.


Y labor muy grande y esforzada es pues, la de quienes tienen a su cargo la orientación y consejo, formulados con sagacidad, tino, máxima buena voluntad, pero con firmeza, para los que compongan poesías destinadas especialmente a los niños, indicando mejor camino a los que se encuentren fuera de la pista.


Al estilo del recorrido consagrado en un desfile de modas, ofrecemos con los debidos respetos, consideraciones y aprecio, en raudo paso, figuras representativas que han dedicado su numen a la creación de motivos referentes al niño y al adolescente. Las omisiones no representan subestimación ni menos premeditado olvido. Lo exhaustivo sería objeto de un análisis crítico, cuantitativo y cualitativo; si se quiere, pedagógico, en monografías a cargo de especialistas.


YOLANDA BEDREGAL DE CONITZER.- Proclamada “YOLANDA DE AMERICA” está consagrada portalira paceña, su obra poética está saturada de amor, hondura de sentimiento; Ternura, exquisita delicadeza femenina y sensibilidad social y humana. Nos recuerda lo expresado por el pensador francés Juan María Guyau, quien, apreciando los factores predominantes manifestaba: “El amor lleva consigo la belleza en el arte. La vibración del corazón es como la de la luz: se comunica por todo el contorno”.


Desde luego, debemos destacar también que Yolanda Bedregal de Conitzer, además de inspirada poetisa, se ha impuesto como escritora dentro del campo del ensayo, de la novela, teniendo también cuentas con la escultura.


En la faceta que nos interesa ahora como aeda, debemos resaltar sus obras: “POEMAR” (La Paz 1937, 1a edición; La Paz, 1977, 2a edc.), y “ALMADIA” (La Paz, 1952). Señalamos de la primera obra mencionada, en la Sección “Visiones de la Infancia”, la diáfana evocación de su niñez y adolescencia, exquisita de savia popular.


BOLITAS DE TIJCHAR (1)


Suelta la uña aprisionada:


Como un granizó la bola


hace tric el arcoíris


de otra bola de cristal.


Tric, tric, tric tijchando vamos


con los hualaychos del barrio.(2)


Ellos aciertan el tiro.


-Vete, chica, tú no sirves !-


Yo, con las manos vacías


pienso que a mí no me ganan


a tijchar con las estrellas.


(1): TIJCHAR. Voz aymara-quéchua. Golpear con los dedos índice y pulgar de la mano diestra, o arrojar con los mismos, migas, trozos menudos, así como sacudir el polvo, con un capirotazo, p.e. del ala del sombrero. En el juego infantil con bolitas de cristal, significa arrojar la bolita propia en dirección a la del contendor.


(2): HUALAYCHO. Pilluelo popular.


Como maestra vocacional, demostrando plasticidad con los motivos cívicos, en “ALMADIA”, canta así a uno de los símbolos patrios:


BANDERITA DE MI ESCUELA


Banderita de la escuela del pueblo,


hermana mía por sencilla y alegre


tu no me haces pensar en guerras ni fronteras.


Mirándote yo pienso en los aguayos


que tejen nuestras indias con mil y mil colores.


Rojo, amarillo y verde


son el poncho de la Raza


que como un celaje el viento


hincha en la tarde de invierno.


Kantutas, flores de espino,


guindas y crestas de gallo,


rojos techos de mi pueblo,


campanario de la iglesia


roja pollera girando


me hace sentir mi bandera.


Trigo maduro en las pampas,


balsas en el Titicaca,


mariposas de los campos,


oro del sol en la tarde.


Verde aguayo de las chacras


alfalfares, tunas húmedas


y chijipampas de días de Navidad(1)


verde de mis alegrías.


Bandera, mi banderita,


imilla en día de fiesta (2)


alegre como una hermana,


tan india como mi sangre,


sencilla como un celaje.


Yo quisiera que en los ojos


de las llamas se copiara


el rojo, amarillo y verde


para que vaya ondulando


hasta las nieves más altas


mi ingenua bandera indígena.


(1): CH’IJIPATA. Aymara: planicie verde.


(2): IMILLA. Aymara-quechua: Muchacha joven.


Durante la realización del IV Festival de Arte y Cultura en Oruro (febrero de 1980), con masiva e impresionante concentración, en conmovedora ceremonia auspiciada por el Instituto Boliviano de Cultura, la Universidad orureña y el Comité Cívico de la Villa filipense, participando la misma autora, se produjo la entrega del poemario para niños, titulado “EL CANTARO DEL ANGELITO”. Un galardón más para Yolanda de Bolivia.


PAZ NERY NAVA BOHORQUEZ.- Maestra potosina (Uncía), titulada como docente en la Escuela Normal de Sucre y de Asistente Social en la ciudad del Illimani, Paz Nery Nava B., es decidida animadora de la corriente moderna en pro de la literatura infantil-juvenil. Ejerció cargos jerárquicos en el servicio de Educación. Escritora, poetisa, es autora de varias obras y de poemas para niños, como “Silabario de Sueños (Potosí 1957). De su autoría nos llamó la atención sus arabescos en “Mi trompo”, y como ingeniosidad, “El zapato”. En lo que persigue nuestra cosecha, es lógico encontrar poesías de hijos, dedicadas a la madre; de ésta, a los hijos. Pero es muy natural -aunque raro- que la abuela, en mérito de ser poetisa dotada de fina sensibilidad, encuentre recóndito pimpollo de inspiración en el nieto:


EXTIENDO MI SANGRE EN TI


(Para mi nieto Ivan)


Entre todas las ausencias


que pudieran cercarme,


me das con tu sonrisa


una presencia firme


que sube desde mi propia sangre,


desde el alba de tu aliento,


desde el júbilo perenne de mirarte.


Sonríes y una inmensa dulzura


recorre por la casa.


Un pedacito de madre por lo menos


quiero ser para ti


y por eso bajo mi corazón


hasta mis manos,


gota por gota


en los cristales mañaneros de las telas


que cubren tu cuerpecito,


velero fragancioso del futuro.


Mis manos son obreras silenciosas


que fabrican tu heredad


más allá del instinto.


Yo que voy sembrando


puñados de semillas


sobre mentes y almas


lejanas de mi huerto.


Qué no habré de anhelar


para el fértil surco de tu vida?


Anhelaría transformarme


en un chorro de luz que te ilumine,


mi pequeño jazmín,


tierno rocío de estrella sensitiva.


Y como piezas originales de literatura parvularia se lucen “Las hormigas” y:


EL ZAPATO


Pequeña casa de cuero


donde vive una familia


con cinco hijitos: los dedos


unidos como granos


de una mazorca de besos.


Casita caminadora,


casita que todo lo sabe,


casita que todo lo ve,


que se eleva por los aires


y casita que se oculta


cuando se duerme el pie.


BEATRIZ SCHULTZE ARANA.- Escritora y poetisa potosina, convencida del valor del arte en la cultura de la niñez, Beatriz Schultze Arana tiene publicados varios volúmenes de poemas y de obras en prosa, como “Lejanías’’, “Surcos de luz”, “En el telar de las horas”; “En el dintel de la noche”; “Desvelo de lámpara”; “Pompas de jabón”. Entre otros aciertos, tiene el haber preparado un conjunto para niños de 7 a 11 años de edad y otro para adolescentes de 11 adelante. Doña Gabriela Mistral, Premio Nobel de Poesía, exaltó la obra de nuestra portalira. Vale destacar también que en una Antología Mundial, de poesía en idioma inglés, con el título de “HENRY AND ANTHOLOGIE BY WORLPOETES” (1970) figura esta artista con su poema “Luz en las sombras”, traducida a la lengua de Shakespeare por Nancy Wolf, constituyendo la única representante de la poesía boliviana. Enarbola como grabado en un lábaro, que “Sólo por el arte, por la superación espiritual, es la vida digna de ser vivida”.


Por ser inspirada en un motivo navideño, ofrecemos la poesía suya titulada:


EN FUGA


La Estrella desdibujada...


¿Cómo guiar los pasos


hacia el pesebre de Belén?


En los pequeños villancicos


hay un leve temblor


de escarcha y luz herida,


un jaspe un tanto gris


que desconcierta.


El pino navideño


demora en retoñar


su voz cegante en risas


y lágrimas lumínicas.


El ser adulto


en vano empuja hacia el olvido


sus insomnes saudades


y dispara su esperanza


hacia el azul,


la Estrella no está allí


Los hombres y aún los niños


conducen su pensar,


su sentir


y su actuar


por sinuosos caminos.


¡Los hombres y los niños


la pusieron en fuga!


Manos puras


para rastrear su huella


y llegar hasta el Niño


estrenando un corazón


fresco en lloviznas,


manso en auroras.


El Niño, en su impaciencia


de palpar tal prodigio,


es un pabilo despabilado


un aliento en suspenso,


un suspiro enclavado


en prematura cruz.


Jugueteando con lo que agrada a todos, pero lo propio es que se ponga a la vista, al gusto y en boca de los niños, la eufórica autora enseña en:


ACUARELA FRUTAL


La frutilla es una fresca


carita de niña buena


salpicada de alargados


y atrayentes lunarcitos.


La piña es una ancianita


graciosamente arrugada.


El higo es cofre de ébano


desbordante de minúsculos


y desteñidos rubíes.


La pera es un trompo verde.


La sandia el corazón


del trópico y del verano.


Y la naranja es el sol


que se fugó de los cielos.


HUGO MOLINA VIAÑA.- Profesor orureño, egresado de la Escuela Normal Superior de Sucre, don Hugo Molina Viaña, autor de cinco poemarios y otros fascículos sobre literatura infantil, se ha revelado como el más dinámico pionero en la composición y difusión de poemas y prosas para la infancia, sirviendo su prestigio y sus funciones oficiales en las altas esferas del Ministerio de Educación, de vínculo entre las organizaciones mundiales que fomentan el cultivo de la literatura infantil-juvenil en nuestro país, al que informa periódicamente mediante la prensa, sobre las diversas actividades concernientes.


Su producción es tan difundida como apreciada. Su principio fundamental sostiene que: “Indagar el mundo maravilloso humedecido de amor y paz, es vivir con el corazón cubierto de rocío”. Los motivos que utiliza en sus trabajos, son variadísimos, preparados para ser comprendidos desde los niños más tiernos, hasta por los adolescentes. Además de inspirarse en los animalitos que llaman la atención de pequeños escolares, surgen frutos, paisajes; personajes míticos, al igual que temas tomados del folklore nacional, habiendo llamado la atención, “El duende y la marioneta”, fantástica evocación de los no muy lejanos y suntuosos días del “Castillo de la Glorieta”, de Sucre, que fue en la época suntuaria, señorial mansión y fundo de los Príncipes de Argandoña.


He aquí una muestra “al modo fantástico”:


UN GRANO DE ROCIO


La niña indagaba un nuevo cuento en otra página, preguntando al duendecillo:


- .Quien es la señora con tantas perlas?


-Es la Reina de los Mares, dijo el duende


refiriéndose a Su Majestad del Imperio Británico.


-¡Oh! La Reina de los Mares, repitió el cabrito.


-De los mares, repetía el duende.


-De sus Mares que me regale un grano de rocío,


ahora pedía el cabrito.


- Un grano de rocío?- preguntó el duende,


-Y para qué quieres el grano de rocío?


-insistió el duendecillo cabezón.


-Para regalarle una perla a la niña, contestó el cabrito.


Un grano de rocío de la Reina de los Mares


se engarzará en el sueño de la niña.


Afuera las mariposas, cantaban:


“Soy la Reina de los Mares


y ustedes lo sabrán bien...”.


OSCAR ALFARO.- para quienes creemos en la influencia profunda de la tierra en el hombre, o mejor dicho, que en el hombre, a través de la vida, el solar nativo persiste intacto donde se formó; sigue vigente con huesos, nervios, carne, linfas e intelecto, manifestándose en sus acciones y reacciones, aunque se encuentre lejos del seno de sus mayores, tenemos un caso típico de esa transustanciación en el “Poeta de los Niños”, Oscar Alfaro Ya de maestro, forjador de maestros, como lo fue en la Escuela Normal Rural ‘’Juan M. Saracho” de Canasmoro, o en ejercicio de la docencia en La Paz, con circunstancial y fugaz permanencia en otras zonas bolivianas, el portalira tarijeño (San Lorenzo), tuvo como base y fundamento de su inspiración, hombres, cosas, plantas, frutos, animalitos, costumbres y mitos del suelo natal.


De las doce publicaciones, sobresalen dos, inspiradas en motivos tarijeños: “100 poemas para niños” y “Cancionero vivido”. Los temas del primer libro, que cuenta con cinco ediciones, son recitados por chicos en todo el país boliviano y muy conocidos en el extranjero; la recitación de los del segundo poemario, constituye número preferido en las escuelas urbanas y rurales en los valles del Guadalquivir. También tiene composiciones con diferentes motivos tomados en varias regiones del territorio nacional, contando asimismo con asuntos de corte universal de contenido humano y social, dominando el gracejo y aun haciendo sonreír en ciertos episodios, que de lo serio terminan sorpresivamente en lo festivo, caracterizando así al campesino tarijeño. Mereció el Premio Nacional de Literatura por su obra titulada “Cuentos Chapacos”.


Fuera de poemas y de cuentos para niños, Alfaro cuenta con producción destinada a festivales escolares, con el título de “La Escuela de Fiesta”, aprobada, como “El Circo de Papel” y ”100 Poemas para Niños”, por el Ministerio de Educación, para su uso en establecimientos escolares. Tiene también cuatro libretos para títeres.


Causó explicable y grata sorpresa al aparecer una de las últimas obras póstumas del bardo sanlorenceño, titulada “Caricaturas” (La Paz, 1976). Se trata de una colección de poesías jocosas, seleccionadas por la escritora soviética Tatiana Davidovna Vartañán, quien prologa el volumen, con el que se muestra otra faceta de Alfaro: el humorismo. Indudablemente, es uno de los libros mejor logrados de poesías festivas en estos últimos tiempos.


Alfaro no ha necesitado para sus composiciones, buscar y rebuscar figuras ni artificios de lenguaje con ringorrangos ininteligibles; al contrario, concierta en los versos lo claro con lo espontáneo. Corrientemente salta la sensibilidad social, por la indiferencia con la que se ejercen injusticias respecto a la vida infantil, como en las poesías “Niños esclavos”, “El lustrabotas”, etc., sin llegar a un fondo trágico.


Como destinado por igual a chiquitines, como a los grandes y aun a los mayores, no resisto a la tentación de citar el poema titulado:


LA GATA EN EL ACUARIO


Los peces rosados juegan a la mancha,


En el luminoso globo del acuario,


Que es un embrujado mar en miniatura,


Con algas y rocas y un pequeño barco.


Se acerca al acuario la señora gata


enciende sus ojos lo mismo que faros.


Maúlla diciendo: -Yo soy la sirena,


Tiburones míos, escuchen mi canto,


Y los pececillos le sacan la lengua


y gritan y saltan igual que muchachos.


Pero el más pequeño la invita muy serio;


-Señora sirena, pase al océano.


La gata levanta la tapa del globo,


mientras se relame los bigotes blancos.


En el agua fría mete la cabeza


y sus ojos lanzan terribles relámpagos...


-Pase más adentro, señora sirena...


Y de las orejas la van arrastrando...


Felizmente el amo la alza por la cola


Y la pobrecilla huye dando saltos.


Y los peces siguen, como si tal cosa


Jugando a la mancha dentro del acuario.


Lisa y llanamente se trata aquí de una fábula en verso, sin moraleja explícita y didáctica, sino sobrentendida, -como pide la técnica moderna-: extraerla por el niño o adolescente, en sentido de que no hay enemigo pequeño, cuando se trata de defender a sí mismo o a los suyos. Y aún en contra de la prepotencia del más fuerte.


ALBERTO GUERRA GUTIERREZ.- Lo dicho respecto de Oscar Alfaro con relación a la poderosa influencia telúrica, tendríamos que aplicar al profesor orureño Alberto Guerra Gutiérrez, que se ha distinguido por su labor de escritor, poeta y folklorólogo.


Hasta el momento en que escribimos esta reseña, Guerra Gutiérrez ha publicado cinco obras: tres de poemas suyos: “Gotas de luna”, “Baladas de los niños mineros”; ”Yo y la libertad en exilio”, sumándose “Coplas humorísticas bolivianas”, “El Carnaval de Oruro”; “Estampas de la tradición de una ciudad” y “Guía del investigador de campo en Folklore”.


Nacido en la inexorable altipampa, al desempeñar funciones docentes en los asientos mineros y contemplar de muy cerca la miserable vida infantil llevada en los riscos y al pie de los “socavones de angustia”, el alma sensitiva de Guerra Gutiérrez estalla de indignación, expresada en versos saturados de concentrada protesta, produciendo en el lector, ajeno a la implacable brava puna, una convicción de lo mucho que debe hacer el Estado boliviano para salvar del hambre, del infortunio y del abandono sin esperanza en que se debaten los hijos de los trabajadores del subsuelo, de los de “interior-mina”, conforme resalta en “Baladas de los niños mineros”, que al comentar el mesurado y ecuánime crítico boliviano Carlos Castañón Barrientos, manifiesta que dicha poesía, “no puede estar dirigida precisamente a los niños, a los demás niños de Bolivia” Y agrega algo que ya dijimos, coincidiendo en parte anterior de este trabajo: “Les haría daño, les crearía muy grandes y tempranos dolores y pesadumbres saber que el niño minero padece de tantas desdichas juntas”.


En los versos reinan el hambre, la desnudez, la mugre y el desamparo de la niñez, cuyo sostén surge del trabajo extractor de sus padres en las profundidades de las entrañas minerales de la tierra. El alma se siente estrujada en un cielo sin sol...


Así tenemos:


Niños de Catavi


niños de San José,


por la luna fría


sé que piden pan.


Una espina es el grito


en sus labios


de cristal;


Juan está en el hospital,


no hay salario,


no hay pan...


Los niños mineros


tras la luna van


y muerden la manzana


de su cielo azul.


Y la canción de cuna, siempre suave, alada y fragante, trasladada para el niño minero se muestra torva y mordaz:


Duérmete mi niño


-pequeño minero-,


duérmete y no llores


que el “tío” se enoja


cuando pides pan.


Cuando viene el hambre


mejor es soñar.


CARLOS ARÓSTEGUI ARCE.- De igual modo como Luis Mendizábal Santa Cruz, al cantar a su noble y dinámico suelo natal, Oruro, lo señala como “Tierra enamorada del gringo y del gitano”, Carlos Aróstegui Arce, conterráneo suyo, poeta, escritor y soldado como el autor de “Llamarada”, en ejercicio de la docencia en la que desempeñó cargos jerárquicos, recorrió varios distritos del país como gitano, publicando al mismo tiempo sus obras, hasta que -¡al fin!- plantó su “carpa” definitiva al parecer, en Tarija, ciudad y región que en el aspecto que citamos, tiene la hospitalidad como su característica. Aquí, como en especial aventura, en vísperas de jubilarse, se tituló de abogado. Por el vagabundeo, la producción poética señalada en los aspectos amatorio, cívico y de literatura para la infancia, es “cosmopolita”, si podría llamarse así. Tiene su “Canto a Tarija”, poema premiado por la Alcaldía de la tierra chapaca y una novela “Valle Florido”, premiada en concurso por la Universidad “Juan Misael Saracho”. Llamó la atención al ofrecer una “Exposición de Poesía Infantil ilustrada”, con el auspicio de la Casa Superior de Estudios citada, de la “Unión de Escritores y Artistas” local y del Banco de Crédito “Oruro”, constituyendo el acervo un ameno fascículo titulado “Arbolitos de Navidad” -con segunda edición mejorada-, que encanta a niños y a mayores, por la acertada elección de los motivos, la sencillez en la expresión y el tino para modelar en los infantes el apego por los versos. Así desfilan temas relativos a la naturaleza, a los árboles; a los campos floridos; al tiempo, a la escuela; al circo. Algo que el tiempo brinda en la época generosa, es la alborada valluna. Por ello el poeta, en boca de los niños canta:


MADRUGAR


Madrugar es cosechar


silencios de amanecer


y proyectar con el sol


paisajes a recorrer.


Es vislumbrar los apriscos


y el panal de las abejas,


como turistas del cielo


casi igual que las estrellas.


Y transmutando las nubes


en joyeles de rocío,


despedirse de la noche


que serpentea en el rio.


Y, qué es el viento? Pues la contestación asoma rápida, diciendo:


EL VIENTO


Un poliglota es el viento


sabe el idioma del sol.


Su teléfono es la luna


para hablar con el amor.


Es poliglota y atleta


cuando va por las montañas,


el viento telegrafista


entre la pampa y el mar.


Ignoto atleta invisible,


campeador del universo.


En la noche es un jinete


galopando en el silencio.


Aróstegui Arce es también autor de la obra titulada “Técnicas para enseñar Literatura”, destinada para alumnos de los ciclos básico, intermedio y medio, como resultado de un “Cursillo” que dictó en la Universidad “Juan M. Saracho” el año 1975. Se trata de una obra importante por el plan, propósitos, desarrollo y múltiple ejemplificación en los diversos temas.


EDMUNDO TORREJON CARDOZO.- Tarijeño, autor de dos poemarios “Primera Cosecha” (Potosí 1944) y de “Del Ciprés y de la Rosa” (Tarija, 1952) y otros poemas sueltos con los que supo saborear galardones, después de mucho tiempo de abandono a las musas por sus ocupaciones como abogado y luego por razones de salud, Edmundo Torrejón Cardozo ha lanzado a la publicidad “Seis Poemitas Humanos y el Romance de juancho Condori” (Tarija, 1975). Cuidadoso de la forma, aprovecha el romance para sus pequeños poemas pletóricos de ternura, de suavidad sedeña; de agua cristalina, pero el mismo tiempo, muestra exuberante contenido humano, delicado en su mayoría, pero penetrante como el acero en el motivo final. Así se tiene:


BUSCABA UN PADRE


Con el empeño en las venas


él buscaba sólo un padre,


porque cuando preguntaban


“su otro apellido”, él decía:


-Sólo soy hijo de madre.


Con ese empeño buscó:


en la escuela, el profesor,


en el taller, el maestro


y en el cuartel pensó hallarlo


en el sargento mayor


Pero un día, un caballero


pasó por la misma acera...


¡Y ese rostro!...;,y esos ojos?


¡Cómo puede ser, se dijo


si mi madre es lavandera!...


Ese día regresó


Ya sin tener ningún padre...


Y cuando le preguntaron


“su otro apellido”, como antes,


él, resuelto, respondió:


-¡Yo sólo tengo a mi madre!


Próximamente, Torrejón Cardozo lanzará a la luz pública otro valioso libro de versos con el título de “Romancero Chapaco”.


PEPITA PERALTA SORUCO.- Cruceña, hermana de Asunta, - eximia artista cultivadora del belenismo en nuestro país en la creatividad del Nacimiento bíblico-, Pepita Peralta Soruco, consagrada poetisa y declamadora, al mismo compás que sus versos propios vierten sentimiento íntimo, romántico, emoción humana y social, dan soltura también a la vivencia folklórica.


Por el penetrante alcance de su contenido, destacamos de su poema “Con los brazos abiertos”, como una lección para los adolescentes en el mensaje que clama:


Para el niño sin nombre y la madre soltera


para aquellos ancianos que muerden la aflicción


de su miseria enferma; seamos la tribuna


que defienda el Derecho que la igualdad gritó.


Con los brazos abiertos, seamos para aquellos


que azotan la Injusticia, la Envidia y la Maldad;


esa plácida aurora que sus lágrimas limpie,


brindándoles los rayos de un sol de Humanidad.


Para los escritores, científicos y artistas


y técnicos que anhelan su sapiencia ofrendar;


seamos las estrellas que guíen sus pisadas,


llevándolos al Templo del Bien y la Verdad.


MARTHA REYES ORTIZ.- Poetisa y escritora paceña, profesora de danzas con formación cultural en Buenos Aires, en su primoroso libro “Inquietud” (La Paz, 1950), junto a poemas de molde subjetivo y de sedeña sensibilidad, tiene en la Sección “Las primeras flores”, un cogollo delicado y jugoso, con versos adecuados para la niñez y adolescencia. Encontrando cierta originalidad en buscar para su numen, paradisíaca variedad floral, merece citar:


LA BODA DE LAS FLORES


Una boda se realiza


en el fondo de un jardín


La novia es una Azucena


y el novio un guapo Jazmín.


Guirnaldas de margaritas


engalanan el cortejo


y perlas que son rocío


al cielo sirven de espejo.


Los testigos son tres Dalias,


siete Violetas y un Nardo;


padrinos una Gardenia


y un Heliotropo gallardo.


Llevan los aros un Lirio


y una lozana Amapola;


seis Campanillas azules


arrastran su leve cola.


La unión bendice un Cartucho


vestido de albos ropajes,


y le ayudan dos Geranios


que, a su vez, hacen de pajes.


Y luego con regocijo


pasan todos a una fiesta,


donde murmulla el champaña


y vibra cálida orquesta.


Una blonda Madreselva


baila con dulce tremor,


una polka de otros tiempos,


de los novios en honor.


Un coro de Clavelinas


canta mágicas baladas,


y un Tulipán consentido


cuenta sus luchas osadas.


Una Camelia coqueta


se mira en los claros ojos


de un Narciso que, rendido,


postróse ante ella de hinojos.


Gozan de amables tertulias,


dos Magnolias y un Clavel:


románticas las dos damas


y soñador el doncel.


En tanto, en una barquilla


de ilusiones hecha toda,


con sigilo huyen los novios


en grato viaje de boda.


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