“La Colmena”, más que una esperanza para los olvidados
La jornada empieza temprano. A las 6.30 ya deben estar de pie, asearse y alistarse, pues el desayuno se sirve a las 7.00 en punto. Un salón rectangular, pulcro y ordenado, como si se tratase de un cuartel los espera con las tazas y sillas puestas para la primera merienda de la jornada.
Después de esto tienen una reunión en la que se organiza y comunica las actividades del día. Luego cada uno debe ir al área que le toca asear y después los cerca de 70 hombres que habitan en el hogar deben dirigirse a sus puestos de trabajo, debido a que los talleres abren sus puertas a las 9.00. Ahí y hasta el mediodía ellos desarrollan las tareas asignadas; luego almuerzan, retornan a sus oficios a las 14.30 y se quedan a terminar sus misiones del día hasta las 17.00. Lo descrito se trata de una jornada cotidiana que viven los hermanos del hogar “La Colmena Santa Rita”. Un centro de ayuda y rehabilitación ubicado en la comunidad de San Mateo, a 15 minutos de la ciudad, que abrió sus puertas hace doce años para ayudar a los olvidados de la sociedad.
En este lugar, donde sólo se reciben personas del sexo masculino, conviven varones de todas las edades y con todo tipo de problemas, desde aquellos relacionados al alcohol y las drogas, hasta otros más de tipo familiar, social y hasta económicos. Sin embargo, los que más predominan son aquellos con problemas de alcoholismo y drogadicción.
El hogar que es dirigido por el padre Alejandro Fiorina es financiado en parte por la iglesia católica, pero además recibe ayuda de otras personas e instituciones públicas y privadas para poder mantenerse. También una parte de sus ingresos los obtienen de las ventas y trabajos que realizan los hombres del hogar diariamente. “Lo importante es el deseo de querer cambiar, es el requisito primordial, porque aquí no pagas nada y no te piden ninguna otra cosa”, dice Mauricio, uno de los beneficiarios de la ayuda que brinda el hogar y que lleva ya más de dos años viviendo ahí.Una de las estrategias que se utiliza en el hogar para poder rehabilitar a las personas que tienen problemas con el alcohol y las drogas es la terapia ocupacional, que consiste en brindar opciones al paciente para que pueda mantenerse ocupado, distraído, sintiéndose útil y necesario para algo. Para esto, “La Colmena” ofrece distintas áreas de trabajo como ser: carpintería, serigrafía, panadería, huertas, granjas de conejos, granjas de gallinas, grupos de teatro y metalúrgica.
Se trata de algo muy necesario para aplicar lo que se aprende con el programa de Alcohólicos Anónimos (AA). Un método internacional con pasos, tradiciones y conceptos, que es utilizado para recuperar a las personas enfermas. “Con el programa de AA nosotros hacemos un inventario de nosotros mismos, aprendemos a conocernos, a ver las cosas que nos llevaron a la destrucción y después nos sugieren otras cosas. Entonces, este hogar nos da un espacio, un lugar donde podemos poner en práctica todo eso. Aparte, el padre es un guía único que siempre nos está ayudando y corrigiendo”, cuenta Mauricio.
Por todo esto, los lunes, martes y jueves todos aquellos que tienen problemas de alcoholismo y drogadicción se reúnen y asisten a las reuniones de AA, donde relatan sus problemas, avances y luchan para dejar atrás su pasado. Sin embargo, pese a que la presencia en el hogar de “La Colmena” no es obligatoria se tiene establecido que el tiempo mínimo recomendado para vivir en el lugar es de al menos dos años, lo que les garantiza recuperarse. Este periodo se requiere sobre todo para trabajar a profundidad las causas que llevaron a la persona a actuar de esa manera, pero además, para garantizar que se deje el problema atrás. Sobre este punto, Mauricio cuenta que es muy importante cumplir el tiempo de estadía en “La Colmena” (2 años), ya que él estuvo en una primera ocasión cinco meses en el lugar, salió de ahí pensando que lo había superado, pero a la primera oferta recayó. Justamente por este motivo en el hogar está “prohibido” que alguien con menos de un año de estadía pueda salir del mismo. Después de un tiempo aquello ya se permite y se puede salir a ayudar a hacer las compras para el hogar, visitar a la familia y hasta trabajar.
Otros problemas
A las otras personas que no tienen problemas con el alcohol y las drogas se les brinda otro tipo de apoyo, como a los adolescentes y jóvenes que llegaron al hogar por diferentes problemas, como el abandono de hogar, delincuencia y otros. Para ellos se ofrece otro tipo de programas y ayuda, como el que se da a los menores, quienes son enviados al colegio para que puedan terminar sus estudios.“Aquí tenemos el espacio para que ellos puedan desenvolverse en los estudios, tenemos la biblioteca, computadoras, internet”, dice Mauricio al contar que hay cuatro menores de edad, varones, que conviven también en “La Colmena”.Como uno de los objetivos del hogar en San Mateo es ayudar a la gente con problemas para que los deje atrás, Mauricio cuenta que el padre no recibe “a buenas y a primeras” a todos. Dice que si en la primera entrevista él (padre) ve a uno con dudas, le pide que vuelva, por lo que si realmente se quiere cambiar, el interesado lo hará. Así, la vida no es fácil dentro de La Colmena, pues la convivencia entre puros hombres en ocasiones se complica. Revelan que hubo dos oportunidades en las que hubo peleas, pero los protagonistas fueron alejados del lugar, ya que aquello está prohibido.
Los resultados
Llevar las estadísticas de los resultados obtenidos es difícil, pues si bien muchos cumplen los dos años de estadía en el hogar, algunos continúan con las reuniones de AA afuera (pues son de por vida), empero la mayoría recae. No hay un dato exacto de cuántos precisamente se rehabilitaron en “La Colmena”, pero una cifra arrojada a “ojo de buen cubero” por Mauricio, da cuenta que de unas 100 personas que llegaron a vivir ahí, 30 se recuperaron.“Sólo en el tiempo que estoy aquí vi a muchos irse, otros quedarse, otros morir. En los dos años que yo estoy aquí, han pasado más de 500 personas. Por lo que es seguro que al hogar llegaron miles”, finaliza.
OPCIONES Y ALTERNATIVAS QUE OFRECE EL HOGAR
Carpintería La carpintería es el primer sitio al que se envía a un recién llegado. Esto porque es uno de los lugares dentro de “La Colmena” en los que nunca se está sólo y uno puede aprovechar para empezar a congeniar con los residentes más antiguos. Pasado un periodo y dependiendo de las habilidades derivan a la persona a otro de los talleres.
Recuerdos Los hombres que viven en el hogar y que han sido beneficiados con la ayuda que se les brinda, no quieren ser ingratos, por lo que varios de ellos dejan recuerdos y mejoras. Tal es el caso de esta escultura hecha de piedra por una de las personas que pasó por “La Colmena”. La escultura está en el jardín, uno de los lugares de descanso del edificio.
Recreación El hogar ofrece también a sus residentes espacios y oportunidades de distracción o relajamiento. A estas actividades pueden acceder sobre todo en horarios de descanso y después de que terminan sus labores del día. Entre las opciones están: Tenis de mesa, futbolín, sala de tv/video y hasta un pequeño gimnasio.