Al mes se realizan 10 “desalojos” en el cementerio
La creciente falta de espacio en el Cementerio General de Tarija ha llevado a una estricta política de desalojos, que, según el administrador del camposanto, Ariel Zamora, se realiza a un ritmo de aproximadamente 10 por mes. Esta medida, aunque impopular para algunas familias, busca garantizar una gestión eficiente en un espacio cada vez más limitado.
“Cuando se realiza un entierro, la asignación inicial del nicho es por cinco años. Después de ese tiempo, los familiares deben renovar el espacio anualmente pagando 200 bolivianos para los nichos y 160 bolivianos para terrenos. Si no lo hacen, tras cinco años de mora, notificamos y damos un plazo adicional de tres meses antes de proceder al desalojo”, explicó Zamora.
Los restos desalojados son trasladados a un depósito temporal por seis meses, y si no hay reclamos durante ese período, se derivan a Tierra Sacra, una zona designada para almacenar los restos no reclamados.
Ante esta situación, el Crematorio del Cementerio General ha surgido como una solución para muchas familias. Con un costo de 1.250 bolivianos, representa una opción más económica frente a los costos acumulativos del alquiler de nichos. Según Zamora, la demanda por este servicio ha crecido en los últimos años, reflejando un cambio cultural en las prácticas funerarias en Tarija.
Zamora destacó que, a pesar de los desalojos, la población ha mostrado mayor conciencia respecto al uso responsable de los espacios. “La gente entiende que el espacio es limitado, y eso ha ayudado a reducir la mora este año”, señaló.
Para garantizar un servicio adecuado, especialmente en época de fin de año, el Cementerio General ha establecido un esquema de atención en dos turnos, que cubren desde las 7:00 hasta las 19:00, incluso en feriados y fines de semana.