Tarija: Ciudades fronterizas aún no ven reactivación económica
El analista Fernando Romero señala que, aunque hubo avances en normativas y reglamentos, el objetivo final, que era garantizar carburantes y frenar la escasez de dólares, no se ha logrado
La situación económica en Bolivia aún es tema de preocupación, pese a los esfuerzos del Gobierno por implementar medidas para mejorar el panorama. Aunque el presidente Luis Arce ha asumido una serie de acciones para normalizar el circulante de dólares, como el arancel cero en la importación de ciertos productos, incentivos a la inversión y la liberación de las exportaciones, algunos sectores no han sentido aún una reactivación económica esperanzadora. Al menos así lo indican en las zonas fronterizas.
En Yacuiba y Bermejo, por ejemplo, aseguran que el dólar sigue escaso, lo que afecta al comercio. Tenían la esperanza que con el arancel cero a la importación de harina la situación mejore, pero el cambio se hace esperar.
Fredy Rueda, exdirigente gremial, explica que el comercio ha disminuido desde la gestión 2023, y que pese a los anuncios realizados por el Gobierno de mejorar la economía nacional, han podido advertir que la situación continúa igual.
Mencionó que si bien se ha pretendido liberar las tasas de importación, de la harina y el trigo, por ejemplo, no ha visto que haya mayor introducción desde el vecino país, más contrario, son ciudadanos argentinos los que llegan hasta los mercados de Bermejo para poder abastecerse.
Desde Bermejo compran abarrotes, llantas y hasta productos agrícolas, que luego se llevan al vecino país.
Sobre este tema, El País intentó conversar con el dirigente de los bagayeros de Yacuiba, Juan Carlos Llanque, quien evitó pronunciarse al respecto. Pero semanas atrás había expresado su preocupación por el bajo movimiento económico que estaba generando el comercio, tenía la esperanza de que la importación de harina argentina mejore, debido a que es un producto demandado a nivel nacional.
Y aunque el arancel cero fue una decisión llamativa inicialmente, los comerciantes siguen tropezando con la falta de dólares. Así lo indicaron varios de ellos, que, advirtieron, no pueden comprar mercadería.
“Hemos querido traer harina, trigo, productos de limpieza, pero además que todo subió de precio en Argentina, todo te cobran en dólares. Entonces no conviene, comprar caro y con un tipo de cambio en Bolivia que no es estable”, mencionó doña Lucía, una comerciante mayorista que admite tener problemas para abastecer sus almacenes.
Los efectos no son los esperados
En febrero de este año, el Gobierno celebró una reunión con los empresarios privados. Durante ese encuentro, se anunciaron varias medidas con el objetivo de estabilizar la economía, como créditos para emprendedores, programas de incentivos financieros para la producción de biodiesel, fomento al uso de plataformas y pasarelas de pago digitales.
Estas fueron recibidas con cierta expectativa por parte de los privados. Sin embargo, tras pasar los meses, advierten que los resultados no están a la altura de lo que se había proyectado.
El presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, considera que la reunión de febrero fue una muestra de que el Gobierno reconoció la crisis económica y buscó aliarse con el sector empresarial. Fue un reconocimiento de que, por sí solo, el Gobierno no podría enfrentar la crisis estructural que vive el país.
En cuanto a las medidas implementadas, Romero observa varios problemas. Por ejemplo, la liberación de las exportaciones no ha sido plena, limitándose a la agilización de trámites, sin que se vean mayores incentivos fiscales ni una verdadera reducción de la burocracia. Criticó que el Certificado de Devolución Impositiva (CEDEIM), que busca devolver impuestos a los exportadores, no ha sido concretado en su totalidad, generando desconfianza entre los empresarios.
También señaló que la emisión de bonos en dólares, si bien fue exitosa en términos de metas, se logró principalmente gracias a la participación de la Gestora Pública, que compró esos bonos con recursos de los aportantes. Esto, según el economista, fue una manera de financiar el gasto público con recursos privados, algo que dista de ser una solución sostenible.
Otra medida anunciada fue la subasta de diésel, que, según Romero, resultó ser un fracaso. Prueba de ello fue la necesidad de reciclar un Decreto Supremo de 2005 promulgado por el expresidente Eduardo Rodríguez Veltzé, que ya establecía la compra de carburantes para consumo propio.
En cuanto a los esfuerzos por fomentar la inversión privada, Romero indicó que, aunque se aprobaron decretos para la importación de maquinaria e industria, los impactos de estas políticas son a largo plazo, y no han ofrecido una solución inmediata a la crisis.
En relación al sistema financiero, Romero mencionó la imposición de una banda para el cobro de comisiones, que si bien se ha cumplido, ha tenido un impacto negativo. Esta regulación ha limitado las transferencias bancarias, ya que los márgenes de ganancia de los bancos se han visto reducidos al mínimo, debido a la necesidad de adquirir dólares a un precio elevado y transferirlos al tipo de cambio oficial, incurriendo en pérdidas.
Por ello considera que los resultados generales de las medidas económicas no han cumplido con las expectativas. Y aunque se han avanzado normativas y reglamentos, el objetivo final de estas políticas, que era garantizar el suministro de carburantes y frenar la escasez de dólares, no se ha logrado.