El Jueves de Comadres, la chura fiesta que se expandió en Bolivia
De acuerdo al escritor René Aguilera Fierro en la década de 1980 revivió la costumbre de compadres y comadres. Así se volcó a los barrios y a las calles, con gran colorido, alegría y simplicidad
Es Jueves de Comadres, una celebración característica de la chura Tarija, pero que ha tomado fuerza en todo el país. Marcia López es paceña y cuenta que este día es muy especial en su ciudad, pues muchas mujeres se reúnen al salir de las oficinas para celebrar, otras lo hacen desde más temprano en casas particulares.
“Mi grupo en específico organiza una cena en la casa de una de las comadres, ahí hay intercambio de canastas según la amistad que se quiera consolidar”, cuenta y agrega que incluso en los últimos años los “boliches” tomaron parte de la celebración ofreciendo programas especiales e incluso artistas internacionales.
“Baile con el grupo Kabbalah —con la mejor música latinoamericana en vivo— y una noche con un suculento puchero carnavalero, más un coctel de bienvenida y cotillón” son las ofertas que a menudo se conocen en la ciudad de La Paz.
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En la misma dirección la cochabambina Carla Cortez dice que en la llajta también Comadres se ha convertido en un festejo tradicional, así recuerda que el pasado año los mercados Calatayud y 25 de Mayo proyectaron el derroche de alegría de las caseras que realizaron diferentes actividades por la fiesta de Comadres. Este año no será la excepción.
“Vamos a bailar todas las compañeras, últimamente nos alegramos más y ya no tenemos que pedir permiso al marido”, dice Alicia Téllez, comerciante del mercado 25 de Mayo. Cuenta que la Virgen de Lourdes es parte central de la fiesta de Comadres, por lo que cada año es decorada con flores, luces y velas.
De la misma manera la tradición también se vive en Santa Cruz, pero la mayor actividad se refleja en boliches y en espacios artísticos y culturales. Sonia Montaño relata que muchas de las fiestas son organizadas por los residentes tarijeños en Santa Cruz.
Recuerda incluso que hace dos años asistió al festejo oficial que se desarrolló en el estadio de Real Santa Cruz desde las 19.00. “Se sirvieron comidas típicas, como el saice y la ranga, además no faltó el vino, la música de Tarija y las hermosas chapacas que ofrecían las canastas de comadres”, recuerda.
Agrega, sin embargo, que ésta no es la única actividad, pues lo más fuerte está en los “boliches”, que tienen programas especiales para celebrar este día. Así socializan promociones que van desde micrófono abierto para las comadres hasta bebidas gratis y canastas de comadres como cortesía.
La tradición en su tierra
Pero aunque el festejo de Comadres se ha consolidado en el resto del país, en Tarija se vive de manera particular y única, la fuerza de la tradición comienza desde tempranas horas de la mañana con el sonar de los cohetillos y las risas de cientos de mujeres que adornan las calles con sus mejores ropas típicas o atuendos para la ocasión.
La ciudad huele a albahaca y rosa pascua, el objetivo es consolidar lazos de amistad y compartir con la comadre elegida. Así tras haber entregado la torta a la cuma, las comadres de a poco van inundando la plaza Luis de Fuentes, epicentro de la tradición hasta caer la tarde, momento en el que toman relieve las fiestas de cada grupo.
Paralelo a ello la Entrada de Comadres en la avenida Integración se alista para hacer su paso y es entonces cuando un sinfín de mujeres hace brillar la noche con alegría y color.
Terminado su paso, quienes participaron de la entrada se dirigen a las fiestas organizadas por sus agrupaciones y así una vez más con su típica alegría y jocosidad el Jueves de Comadres da paso a las actividades centrales del Carnaval Chapaco.
El rescate de la fiesta
Hubo un tiempo en Tarija en que la tradición corría el riesgo de perderse, fue gracias al esfuerzo de varios tarijeños que resurgió.
De acuerdo al escritor tarijeño René Aguilera Fierro en la década de 1980 revivió la costumbre de compadres y comadres con mucho interés. Así se volcó a los barrios y a las calles, con gran colorido, alegría y simplicidad.
Por el carácter histórico, Aguilera resalta que se debe mencionar que hasta el año 2002 se festejó y se realizó la entrada de comadres en la plaza Luis de Fuentes o plaza Principal. Cuenta que allí frente al kiosco de retretas, se armaba una precaria tarima, donde se instalaban las autoridades ediles y el jurado calificador, los pocos grupos de comadres llegaban por la calle General Trigo.
Según el escritor, las más entusiastas fueron las comadres del barrio El Molino y del barrio San Roque, además de otros grupos que se organizaron circunstancialmente, pues las integrantes no tuvieron la visión de organización por lo que rápidamente se disolvían.
La fiesta se iniciaba en la víspera con los preparativos de tortas, las que se vendían en mercados y calles adyacentes, así comenzó a crecer la instalación de puestos de ventas de canastas de caña, tortas, banderillas, mixturas, serpentinas, confites y frutas.
De acuerdo a Aguilera Fierro debe destacarse como pioneras al grupo de comadres del barrio El Molino, quienes se organizaron durante el carnaval de 1983 con el objetivo de festejar en familia. Ellas salían a la plaza Uriondo a expresar su algarabía, siendo ésta la primera manifestación pública de la Fiesta de Comadres. En orden cronológico, le siguen las comadres del barrio San Roque, quienes se organizaron en el año 1986.