Crónica política de la semana
De la amortización de Camacho a los cálculos de paz en el MAS
El capital político de Luis Fernando Camacho se va esfumando ante la indiferencia de sus leales. El MAS, mientras tanto, empieza a percibir que la pelea no les beneficia electoralmente



Cuatro años después, Luis Fernando Camacho es prácticamente una figura política amortizada y olvidada. A estas alturas del 2019, su nombre empezaba a despuntar. Se había dado a conocer en el círculo rojo con las protestas que ya antecedieron a las elecciones por el asunto de los incendios en la Chiquitania que tomaron un incuestionable cariz político. Camacho era el presidente del Comité Cívico de Santa Cruz y el objetivo de aquellos cabildos, mucho más allá de lo ambiental, fue establecer una “desobediencia civil” en el caso de que Evo Morales fuera reelecto.
Ni a propósito podía haber salido peor el recuento de votos para facilitar la aplicación práctica de aquel acuerdo, y cabe incidir en eso, pues fue el Tribunal Electoral el que decidió parar el conteo y reponerlo al día siguiente provocando el estallido social ante el aún inexplicado cambio de tendencia con apenas 20% de los votos sin escrutar. Cabe porque aunque los altos mandos militares hayan renunciado a su honor militar para aceptar que conformaron una “asociación delictuosa” en aquellos días, se entiende, para sacar a Morales, todavía está por aclarar si todo fue organizado al milímetro o simplemente se aprovecharon de la coyuntura.
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Carlos Mesa intentó operativizar la resistencia con una Coordinadora clásica, pidiendo la mediación de la OEA y exigiendo, de entrada, la segunda vuelta. Camacho fue mucho más allá. El motín policial fue el desencadenante, pero aún hoy el MAS es incapaz de explicar la cadena de decisiones erróneas que se tomaron aquellos días y que acabaron con Morales rumbo a México en un avión y con Camacho dejando una carta de rodillas en el mismísimo Palacio Quemado.
Sondeos Los sondeos empiezan a advertir que no habrá perdón para quien afecte al país con sus ambiciones personales
Fue su momento de gloria, pero resulta igualmente inexplicable cómo se ha podido dilapidar tanto capital político en tan corto espacio de tiempo: se lanzó a las presidenciales con el único objetivo de tener una bancada camba y después ganó la Gobernación después de despedazar a los Demócratas de Rubén Costas, siempre bajo sospecha de colaboracionismo con el MAS.
Su gestión iba mal y acabó peor: encerrado en Chonchocoro tras agotar la paciencia de sus leales, que solo quieren volver a la normalidad prepandémica de banco Fassil, pelotazos inmobiliarios y carnavales infinitos.
Esta semana estuvo a punto de salir de Chonchocoro para asistir al Consejo de Autonomías al que cuando estaba libre no asistía. Al final Régimen Penitenciario lo impidió amparado en la burocracia y nos privó de lo que hubiera sido uno de los momentos políticos del año. O tal vez de una “fuga espectacular” con la que gusta especular en los foros masistas.

asambleístas y elegir a los
subgobernadores, la propuesta del MAS
Por cierto que el momento se lo hubiera perdido el gobernador Oscar Montes, que tampoco asistió, aunque no se sabe si como protesta política o por asuntos de delegación nada más.
¿La paz en ciernes?
Mientras, en el MAS parecen haber levantado el pie del acelerador tras unas semanas de puro instinto asesino. Los sondeos empiezan a advertir que no habrá perdón para quien afecte al país con sus ambiciones personales. Los de Arce entienden que el paso del tiempo no les beneficia y que las bases volverán a Evo cuando la continuidad del proyecto vuelva a ponerse en discusión. Los de Evo han apostado esta semana por avanzar en la vía judicial y menos en la opinión pública… pero posiblemente solo sea una estrategia. Veremos más tarde en el programa de Evo.
El diseño de la autonomía tarijeña
En medio de la discusión sobre el modelo, Tarija se encamina a un referéndum estatutario relativamente cercano, pues los políticos hablan de modificaciones que así lo requieren: reducir el número de asambleístas y recuperar la condición de electos de los ejecutivos seccionales. Sin duda son cambios a siete – diez años vista, por lo que conviene revisar todo el texto para encontrar otros ajustes.