Entrevista a Jaime Dunn, analista financiero
Dunn: Es imposible subir la rentabilidad de las AFP con la Ley del Mercado de Valores
El analista financiero hace énfasis en la necesidad de modernizar la Ley del Mercado de Valores, ya que, actualmente, Bolivia tiene la normativa más antigua de Latinoamérica. Recalca que, de esa manera, la Gestora Pública podrá mostrar rentabilidad



El analista financiero y escritor Jaime Dunn (JD) arribó a la ciudad de Tarija para brindar una conferencia en la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho. En una entrevista con El País (EP), hizo una valoración sobre la percepción que tiene el gobierno de la economía nacional, sobre las acciones que se han asumido y que las considera un “fracaso”, y sobre las perspectivas que se tienen para el 2024.
Dunn también hace énfasis en la necesidad de permitir la inversión extranjera y que los bolivianos inviertan en el Mercado de la Bolsa de Valores, y, para ello, considera fundamental actualizar la Ley del Mercado de Valores, que data de 1998.
EP: Las agencias de la Bolsa de Valores en Bolivia reportaron pérdidas en julio y su desempeño este año ha ido bajando ¿a qué atribuye esta situación?
JD: En general sí, hay un bajón muy grande en la performancia del mercado de la Bolsa de Valores Boliviano, este mercado ha tenido una crisis muy grande este año, una crisis muy severa.
Y básicamente hay muchos factores que han hecho que eso suceda, pero, principalmente, lo que ha sucedido es que a comienzos del mes de marzo las tasas de interés del Banco Central han subido, las de corto plazo, que estaban alrededor del 0,3% y el gobierno las ha subido hasta el 5 y 6,5%. Entonces esa subida tan grande de la tasa de interés, el Banco Central lo ha hecho para conseguir plata, no nos olvidemos que la tasa de interés es el precio del dinero.
El Banco Central ha salido a decir yo pago 6,5 a un año, o 5,5 a 274 días, y todos los bancos y todos los que prestan plata en vez de prestar dinero a través de los mecanismos de la Bolsa de Valores, en vez de prestar a sus clientes nuevos créditos, prefieren prestar al Banco Central porque tiene una tasa altísima, no nos olvidemos que el crédito productivo en Bolivia es a 10 años y más, y vivienda social también y las tasas tienen un tope de hasta 6% para los bancos, entonces, prefieren darle al Banco Central y han dejado el desnudo al sector privado y eso ha hecho que colapse el mercado de Valores.
También hay una presión en la otorgación de créditos, los banco han dejado de prestar al ritmo de antes, porque hay una competencia muy grande del Banco Central, eso se llama el crowding out, cuando hay una competencia entre el gobierno y los privados por los recursos, quién se los agarra primero. Y el gobierno siempre gana, porque se da el lujo de subir la tasa cuando le da la gana, y eso seca la liquidez del sistema financiero y eso ha ocasionado que haya una complejidad muy grande con el mercado de valores.
Otra cosa que sucede, es que regulatoriamente hay una clara intencionalidad de no aprobar emisiones, o sea, el sector privado se está quedando sin la posibilidad. Grandes exportadores bolivianos llevan más de dos años en sus trámites, antes hacían cada tres meses sus emisiones, ahora el gobierno las para.
El regulador, que es la ASFI, está jugando el papel de perjudicar al sector privado, y su trabajo lo está haciendo muy bien. ¿Por qué hace eso? Para justamente el dinero no vaya a los privados y ese dinero que sobra se vaya al gobierno. Entonces, el regulador es cómplice en esta competencia desleal de recursos para favorecer al gobierno.
EP: ¿Los banco no son los principales accionistas de la Bolsa de Valores?
JD: Los banco tienen, evidentemente.
EP: Entonces son parte del problema también
JD: No, porque la Bolsa de Valores es privada, más bien la Bolsa se está quedando sin negocio, porque se está yendo toda la plata al Tesoro General de la Nación. Entonces, la Bolsa, que es una entidad privada, se está quedando con menos operaciones, por ejemplo, el mercado primario, la cantidad de emisiones registradas en la Bolsa, ha caído considerablemente, y el mercado secundario también.
Entonces, más bien, la misma la misma Bolsa y las agencias, todas están con estas dificultades.
EP: Hay una ley que regula la Bolsa de Valores, que está vigente desde 1998, ¿cree que es necesario cambiarla?
JD: Yo soy coautor de la Ley del Mercado de Valores del 98, he escrito la mayoría de esos artículos, y yo te puedo decir que esa Ley no sirve.
Era buena en su momento, pero las leyes se tienen que ir revisando, porque el mercado va evolucionando. Esa era una ley buena para la década de los 90, para ese momento. Es más, en muchas cosas es una buena copia de la ley colombiana. Colombia desde el 98 ya ha cambiado su ley y la ha modificado como cuatro veces, y en Bolivia siguen con la misma.
Bolivia tiene en este momento la Ley de Mercado de Valores más antigua de Latinoamérica, es una pieza de museo, Argentina ya la modificó, Perú ya la modificó, Chile ya la cambió, Brasil también, Colombia, en Centroamérica. En República Dominicana yo soy autor de la nueva ley del Mercado de Valores, y, por ejemplo, los cambios que se han hecho y reglamento han permitido que en dos años República Dominicana logre lo que Bolivia no ha podido hacer en 20 años, porque tiene una ley moderna.
Bolivia tiene en este momento la Ley de Mercado de Valores más antigua de Latinoamérica, es una pieza de museo, Argentina ya la modificó, Perú ya la modificó, Chile ya la cambió, Brasil también, Colombia, en Centroamérica
Entonces, creo que es importante que reconozcamos que esa ley ya no sirve. Y esa Ley más bien es un problema, porque es tan antigua que ha hecho que el propio Mercado de Valores, las agencias de bolsas, todas las participantes de las Bolsas de Valores han quedado en el pasado, porque la Ley les ha obligado a mantenerse en una cosa que es del pasado.
Pero soy optimista, porque hay algo interesante que está pasando en Bolivia, es que los grandes desarrolladores son los inversionistas institucionales. Ahora eso ha caído en la Gestora, porque es la inversionista más de Bolivia.
La Gestora ha abierto una oportunidad, a pesar de que es del gobierno, ha quedado con una responsabilidad inmensa de, por ser el gran comprador, exigir que se cambie la Ley del Mercado de Valores.
Si en Bolivia se cambia la Ley del Mercado de Valores, curiosamente, va a ser porque las AFP pasaron la cartera a la Gestora, y la Gestora necesita mostrar rentabilidad y si mantenemos la misma Ley del Mercado de Valores, la Gestora no va poder subir la rentabilidad.
Eso significa que, por primera vez, es por interés del gobierno que se debe cambiar esa Ley, se tienen que emitir acciones, se tiene que permitir inversión extranjera, se tiene que permitir que los ciudadanos bolivianos puedan invertir en el Mercado de Valores y puedan acceder también a mercados internacionales. Es imposible subir en Bolivia la rentabilidad de las AFP con esta Ley del Mercado de Valores.
Entonces, el propio gobierno se va a dar cuenta que hay que modificar la Ley y hay que modernizarla. Por eso creo que a pesar de todo hay que ser positivos y se puede ver que el Mercado de Valores puede tener un cambio grande, siendo líder del cambio la propia Gestora, porque le interesa mostrar resultados.
Ley del Oro, dólares en Bolivia y crecimiento económico
EP: El Ministro de Economía y Finanzas Públicas recientemente aseguró que el modelo económico boliviano responde con resultados favorables al contexto internacional. ¿Qué opinión le merece esta percepción que el Gobierno tiene sobre la economía en Bolivia? ¿Los datos y cifras acompañan este positivismo?
JD: El modelo económico, social, comunitario y productivo es un modelo basado en gasto público y en mucho consumo. Para crecer, un país necesita cuatro ingredientes, gasto, consumo, pero también inversión, especialmente privada, y exportaciones.
Y resulta que el modelo funciona con gasto y consumo, porque se ha concebido como un mecanismo de capturar excedentes para que el gobierno los redistribuya. ¿Y cómo captura esos excedentes? Pues de lo que llaman empresas estratégicas, todos los ingresos del gas, de la minería.
El modelo conceptualizaba capturar esos excedentes y Gobierno los redistribuiría entre el sector productivo, donde están las empresas públicas principalmente, que han recibido en préstamos más de 5.000 millones de dólares, y en el pago de los bonos, como el Juancito Pinto, el Juana Azurduy, etc.
Crecer más del 4% se está volviendo prácticamente imposible, a menos que haya un cambio muy rotundo. Para crecer hay que consumir, invertir, tiene que haber gasto público y exportación, el gobierno contempla eso porque dice que la inversión pública va a ser sobre los 4.000 millones de dólares, lo cual es totalmente irreal
Esos excedentes han sido fundamentales para que funcione el modelo, porque estaban contemplados para que funcionen toda la vida, y ahí nace el modelo económico, social, comunitario y productivo con una fecha de expiración, ¿y cuándo iba a ser esa fecha de expiración? Cuando se acaben los excedentes.
Cuando analizamos el modelo, por el 2011, decíamos que este modelo tiene una fecha de expiración, pero no sabíamos cuándo iba a ser, y justamente se dio el 2014, cuando la renta petrolera de más de 5.200 millones de dólares colapsa por debajo de los 2.000 millones de dólares, entre el 2015 y el 2016. Entonces, el combustible que tenía el modelo, que eran estos excedentes, comienza a bajar y el modelo comienza a entrar en dificultades.
Como los ingresos del gas caen, era importante para el gobierno dar un reimpulso al modelo, y en vez de cambiarlo, lo que hace es remplazar los ingresos del gas con deuda. Ellos mantienen el nivel de gasto, es más, lo suben, y dicen no hay problema, si el gas disminuye agarraremos recursos de deuda, la interna y la externa. Y aceleran el endeudamiento del país.
Y no nos olvidemos que este modelo se lo arma gracias a la aprobación de la Ley 3058, de Hidrocarburos, que fue previo al ascenso de Evo Morales, y el MAS se opuso a esa Ley, pero esa Ley fue la que creó el IDH, entonces el modelo se adapta a esos ingresos. Y no solo eso, el 2003 Bolivia tuvo la condonación de su deuda externa más grande de su historia. Entonces, reciben el país con ingresos y el modelo aprovecha eso, y aprovecha también el hecho de que el país tenía una deuda baja. Y esos componentes también ayudan a que funcione el modelo.
La economía tiene cuatro motores, ahora le falta el motor de la inversión privada y las exportaciones, que el gobierno nunca las enciende, tiene apagados esos motores. Si en realidad hay un cambio al modelo, lo vamos a ver cuando active esos motores adicionales.
EP: ¿A corto plazo, cree que esos cambios podrían dar un giro a la economía nacional?
JD: Totalmente, el problema es que para el gobierno sería un cambio ideológico muy grande, porque significa aceptar lo inaceptable, que el sector privado tiene que ser el protagonista más importante de la economía, algo que ellos niegan.
En realidad, este gobierno ha perdido la noción de la realidad del país, que es el sector privado el que mantiene a Bolivia funcionando, a pesar de los cupos de exportación, de todas las dificultades que tiene el sector privado, las empresas quieren emitir valores en el Mercado de Valores y tienen un regulador que niega todas las operaciones, pone trabas por todo lado, a pesar de todo eso, las empresas siguen funcionando en el país. Las exportaciones, pese a los cupos, de la agroindustria por ejemplo, ya llegaron a superar la exportación de gas. Y el gobierno no reconoce esa realidad.
Imagínese cómo sería si hubiera una relación más amistosa con el sector privado. Bolivia lo que tiene hacer es tener un Estado, un gobierno, que promueva las exportaciones. No tiene ningún sentido que te falten dólares y que por otro lado niegues las exportaciones.
EP: ¿Políticas como la Ley del Oro han tenido el resultado esperado?
JD: La Ley del Oro es otro de los fracasos que tenemos en Bolivia. Lamentablemente el gobierno viene de fracaso en fracaso, no nos olvidemos que antes de la Ley del Oro ya había tomado otras medidas, había creado el bono a la remesa, que ha sido un fracaso, y lo único que le ha funcionado ha sido forzar a las entidades financieras a traer sus dólares a Bolivia, así como a las empresas nacionales, lo demás ha fracasado.
Y el fracaso se refleja en el mismo nombre de la Ley, que se llama “Ley de compra de oro para el fortalecimiento de las Reservas Internacionales”, ¿y cuál ha sido el resultado? No hemos comprado oro, hemos vendido el oro y no se ha reforzado las Reservas, se las ha debilitado.
Antes de esa Ley había casi de 3.400 millones de dólares en Reservas, ahora tenemos menos de 3.000, es más, se estima alrededor de 2.100. ¿Y por qué digo que se estima? Porque la Ley de Oro también ha resultado como una excusa para que legamente las autoridades del Banco Central escondan información, se agarran de un artículo que dice que cada cuatro meses hay que reportar el nivel de Reservas, y ellos han interpretado que se va a reportar la información del Banco Central, y el nivel de Reservas en Oro y las operaciones en Oro, entonces, estamos navegando a ciegas.
Justamente, la anterior semana, cuando ellos reportan qué han hecho con el oro, el resultado es totalmente lo contrario de lo que se esperaba.
EP: ¿Cree que Bolivia ha superado esta crisis de falta de dólares?
JD: El mejor indicador de cómo están las cosas es el precio de algo, cuando algo falta el precio sube, cuando hay mucho de algo el precio baja, el mercado es el mejor indicador, los precios comunican. Y el tipo de cambio es el precio que tenemos por el dólar en Bolivia, hoy en día no solo tenemos un tipo cambio, tenemos cinco tipos de cambio paralelos, los exportadores tienen un tipo de cambio, el dólar tiene un precio en los bancos, en las calles tiene otro precio, así como en las fronteras, hasta en las criptomonedas el dólar, con el tipo de cambio boliviano, tiene otro tipo de cambio.
Hoy en día no solo tenemos un tipo cambio, tenemos cinco tipos de cambio paralelos, los exportadores tienen un tipo de cambio, el dólar tiene un precio en los bancos, en las calles tiene otro precio, así como en las fronteras, hasta en las criptomonedas tiene otro tipo de cambio.
Y si tu tienen diferentes tipos de cambios, qué mensaje manda eso, que está faltando dólares y donde más falta y donde más demanda hay, el tipo de cambio es más alto. Entonces, aquí no se ha normalizado absolutamente nada.
EP: La falta de dólares es un problema que no solo se dio en Bolivia, también en otros países de la región, como Argentina, y ahí surgió la propuesta de usar el yuan, incluso el Gobierno habló de fomentar las operaciones bancarias con esta moneda extranjera. ¿Es la respuesta el yuan? Como tal vez en su momento se habló de rublo, por ejemplo.
JD: No tiene ningún sentido hablar del yuan. A nivel internacional una cantidad muy pequeña transa con esta moneda. En el Sistema Suit, por ejemplo, casi el 65% es en dólares y el yuan no llega ni al 3%.
Por otro lado, el comercio internacional se sigue manejando en dólares, la cotización de los commodities es en dólares, el precio del oro, del petróleo. Entonces, el yuan está muy lejos.
Además, una cosa que llama mucho la atención, y que mucha gente no sabe, al parecer incluso el gobierno, es que hay dos tipos de yuanes, el yuan onshore, que es el que se transa dentro de la China, ese es el billete físico, y fuera de la China es yuan digital, no existe en billetes.
Entonces, cuando el gobierno dice vamos a remplazar el dólar por el yuan, es mentira, es imposible. Si usted ve a alguien ahora con yuanes físicos en la calle, a los chinos no les va a caer bien eso, porque es ilegal para ellos.
Tenemos 85% de informalidad en el país, el contrabando usa dólares, no usa yuanes, necesitan en físico, entonces, es imposible lo que dice el gobierno. Lo único que se podría hacer se llama swap, que son intercambios de monedas entre bancos centrales, pero ni siquiera tenemos acuerdos para eso con la China.
Yo he investigado el tema y he escrito un artículo sobre realidad del yuan. Se decía que 40 millones habían transado y las empresas que lo trataron de hacer, todas habían fracasado, es más, había una que llevaba cuatro meses tratando de recuperar su plata, y cuando lo logró tuvo que pagar más de 40 mil dólares en tasas de servicios de varios bancos corresponsables que no lograron concretar la operación.
Además, el yuan digital sólo se puede volver yuan onshore en cinco países en el mundo, Hong Kong, Singapur, Fráncfort, Nueva York, y no hay otro lado, mientras que el dólar se puede transar en cualquier parte del mundo.
Y las operaciones de swap son carísimas, sus intereses son altísimos, de 8% si no me equivoco. Entonces, por eso, que se hable de que se va a remplazar el dólar por el yuan, es un cuento chino.
EP: El gobierno insiste en que Bolivia tendrá un crecimiento cercano al 4%, están por concluir los contratos de exportación de gas, las RIN siguen cayendo y no se estabiliza aún el problema de la falta de dólares, ¿es real esta percepción?
JD: No, crecer más del 4% se está volviendo prácticamente imposible, a menos que haya un cambio muy rotundo. Para crecer hay que consumir, invertir, tiene que haber gasto público y exportación, el gobierno contempla en su presupuesto un crecimiento superior al 4% porque dice que la inversión pública va a ser sobre los 4.000 millones de dólares, lo cual es totalmente irreal, no hay la plata para eso. Los niveles de consumo no los tenemos, la inversión pública se ha vuelto el elemento más importante para lograr ese crecimiento, así como el gasto público, donde hay más de 6.500 millones de dólares solo en sueldos y salarios, otro gasto importante son las subvenciones, a los hidrocarburos, que son 1.700 millones, y de servicios públicos. Son 2.000 millones de dólares en subvención y es algo que el gobierno está tratando de disminuir.
Entonces, el gobierno está en una encrucijada, para crecer debe gastar, pero si gasta más no tiene plata. Entonces, por responsabilidad fiscal, va a tener que sacrificar el crecimiento para ahorrar plata, no le queda otra.