Los sueños del Guadalquivir: La teoría del flujo
FLOW THEORY es el nombre en inglés para un campo de investigación que estudia un estado mental alterado que mejora tus capacidades físicas y mentales, característico de chamanes y atletas de élite
Mi nombre es Daniel y soy adicto al flujo. El flujo es un estado mental alterado que todos los deportistas, artistas, creadores, administradores e intelectuales de alto nivel reportan cuando están en su pico de productividad. Una persona en flujo tiene un rendimiento muy superior en cuanto a fuerza, resistencia, velocidad, aprendizaje, creatividad, intuición, claridad, resolución de problemas complejos y ese tipo de cosas. Se habla de un incremento de hasta un 500%. En otras palabras: el flujo te otorga capacidades sobrehumanas.
Todos tenemos momentos de claridad que nos impulsan para adelante. Cuando estamos en flujo es cuando más vivos nos sentimos. Solo que para algunos suelen ser estados fugaces, mientras que para otros es un estado que pueden despertar a voluntad con algo de práctica. Existe una secuencia para entrar en flujo que explico a continuación.
Primero está la CURIOSIDAD SINCERA. Debe interesarte lo que estás haciendo y maravillarte ante lo desconocido. Es un estado similar a la de un niño que empieza a descubrir el mundo que lo rodea. Si nunca sales de tu zona de confort nunca vas a lograr despertar tu capacidad de flujo. Se dice que la medida perfecta es un poco más arriba de lo que ya puedes. No demasiado ni demasiado poco. Esto significa también que debes tener un nivel mínimo para poder avanzar. No sirve de nada pasar de curso si no has aprendido nada. Un paso te lleva al otro. Entonces, si estas empezando debes tener las orejas abiertas a nuevas cosas; y si eres experto, esforzarte por romper tus fronteras hacia lo desconocido.
Segundo, la CONCENTRACIÓN. Para entrar en flujo debes estar concentrado en la acción a mano. No puedes concentrarte cuando estás rodeado de distracciones, y si no te concentras no llegas a ningún lado. Esto puede ser complicado para un principiante, aunque hay algunos trucos para lograr algún grado de concentración mínima. Para los expertos se convierte en una segunda naturaleza: te concentras en lo que haces, todas las veces que lo requieras y tan largo como sea necesario.
Tercero, la PASIÓN. Es como cuando estás enamorado: todo te parece hermoso, el mundo brilla alrededor de esa persona que amas y nunca puedes tener suficiente de su presencia. Eso mismo debes tener con las cosas que te gustan: la pasión de seguir, de explorar. Decía don Juan Matus: “Los únicos caminos que valen la pena son los caminos con corazón”. La motivación es esencial. Entonces, si eres principiante debes confiar en tus intereses, debes seguir tu pasión; y si eres experto debes asegurarte de que lo que haces lo haces con pasión, de que lo que haces te alimenta y te sustenta en el largo camino de PRODUCIR.
Una persona en flujo tiene un rendimiento muy superior en cuanto a fuerza, resistencia, velocidad, aprendizaje, creatividad, intuición, claridad, resolución de problemas complejos y ese tipo de cosas. Se habla de un incremento de hasta un 500%
Cuarto, la MISIÓN. Llega un momento en el que descubres de que todo lo que haces tiene sentido, que le sirve a alguien, de que el mundo es mejor porque tú haces lo que haces. Descubres tu propósito. No estás perdiendo el tiempo, nunca más. Para los que recién están comenzando: tu propósito no lo buscas, lo encuentras. Para los expertos: el propósito es lo que te mantiene adelante; no lo descuides. La vida cambia, las personas cambian; tu propósito original puede ya no ser lo que era. Si no eres capaz de mantenerte actualizado, puede ser que te encuentres peleando por algo que ya no le hace bien a nadie.
Quinto, AUTONOMÍA. Cuando tienes un objetivo, una pasión y un propósito ya no puedes aguantar que alguien que no comprende lo que estás haciendo te esté dando órdenes. Necesitas que te dejen libre para perseguir tu sueño. Para un principiante esto significa que, llegado cierto momento, debes tener el valor de abandonar todo. Para un experto es proteger tu espacio para no perder tu autonomía de acción.
Y finalmente, la MAESTRÍA. Cuando sabes lo que haces y por qué lo haces, no te queda otra que aprender tu arte hasta el final. Ese camino conduce inevitablemente a la maestría. Para un principiante (que a estas alturas ya no es tan principiante) esto significa: estudiá, estudiá todo lo que puedas. Para un experto esto significa: no te descuides; la maestría que adquiriste hace cinco años ya no es la maestría que necesitas hoy en día. Nunca puedes dejar de crecer, porque eso mismo es lo que es la maestría al final.
Entonces, creo bastante claro de que entrar en un estado de flujo que te libere de tus limitaciones es cuestión de disciplina y pasión. No puedes descuidarte, no puedes ser flojo. Debes dedicarte y llevar tus capacidades a lugares donde nunca habías pensado que alguna vez podrías llegar. Todos podemos hacerlo. El flujo es una capacidad humana universal. Descubrirte flotando en medio del mundo normal en una catarata de claridad, potencial y productividad es una experiencia que solo te la puedo recomendar.