Crónica política de la semana
De la emancipación de Arce al enésimo cisma del MAS Tarija
El discurso del 6 de agosto marcó rupturas en la línea oficial de gobierno, que da por agotado el argumento del “golpismo”; en el MAS Tarija se alistan para una purga que el propio Evo Morales ha rechazado



Se cierra una semana política de esas delicadas en las que a la oposición le urgía cambiar de tema después del discurso del 6 de agosto, que dejó luces y sombras sobre lo que se viene, pero, sobre todo, marcó un cambio de discurso que parece tratar de superar el conflicto polarizante con la oposición – golpe versus no golpe -.
No faltaron temas: la almendra central de Santa Cruz se movilizó exigiendo la realización del censo en 2023 en un paro cívico que parecía diseñado antes incluso de que e aceptara realizarlo en 2022, lo que fue uno de los primeros choques con el gobernador cruceño Luis Fernando Camacho, que sabe que es el principal perjudicado por la postergación del censo, pero que se ha acercado de tal forma a la confrontación que apenas pasa de tema regional.
Además, los cocaleros de los Yungas volvieron a enfrentarse a dinamitazo limpio dejando algunas imágenes para el horror. En juego dicen que está el control del mercado legal de la coca, lo que para algunos analistas resulta ser una especie de campo de pruebas de hasta dónde puede llegar la polarización política para simplificar conflictos y llevarlos hasta las últimas consecuencias.
El MAS Tarija
En Tarija los duelos son mucho más sutiles, aunque también amenazan con dejar docenas de cadáveres políticos en las orillas de las carreteras. En el foco una vez más el MAS Tarija y su coordinador gubernamental, Marcelo Poma, designado por el presidente Luis Arce que juega sus propias cartas en la batalla por el control del partido – parece sumar con Álvaro Ruíz y Carlos Acosta, pero es un misterio dónde se posicionará.
De momento ha perdido su primera gran misión, la de tomar el control de la Asamblea Legislativa Departamental. Primero lo intentó más o menos limpiamente, sumando votos, aunque el hecho de no lograr adherir a los indígenas a su plataforma MAS (13) y Todos (2) provocó la primera tarascada tratando de anular el voto del presidente en ejercicio. Después se jugó la carta de la revocatoria, apurando los plazos en el TDJ y el TED para romper la alianza indígena (3) con Unidos (12), resultó poco ortodoxo, pero se llegó a un acuerdo y a los dos días el presidente electo, Federico Salazar, era revocado.
El plan era colocar a su Vicepresidenta en cuenta de Salazar, pero las formas acabaron por desfondar a Todos, que se retiró del acuerdo con el MAS, por lo que sumó al otro lado y viabilizó la elección de un nuevo presidente y la conformación de comisiones tres meses después. El MAS ha utilizado de nuevo la vía judicial pero el primer recurso de Amparo ha salido improcedente. Eso sí, el TDJ recomienda utilizar la Acción de Nulidad contra la última elección, así que hay partida, ruidosa y poco estética, pero partida.
Su poca efectividad en la consecución de logros pone en cuestión su idoneidad para ocupar el otro cargo para el que el nombre de Marcelo Poma se había barajado: el de presidente departamental del partido.
Es evidente que Evo Morales quiere un partido fuerte que participe del debate y conforme un nuevo horizonte político revolucionario en el país, y para ello, él quiere ser el presidente y necesita departamentales fuertes, pero también leales a su persona. Atrapado en lo orgánico, el miércoles dio inicio a la campaña de afiliación de nuevos miembros, enfatizando mucho estas palabras, pues Morales es consciente del pulso que se vive en el MAS Tarija y que una de las “afuereadas” por lo orgánico es Pilar Lizárraga, una de sus incondicionales y pieza clave en la formación de criterio desde hace décadas.
Acosta, el jefe departamental, sí quiere purga: tiene varias regionales en pie de guerra y teme que no le alcance solo con las matrices, más proclives a apoyar a la “vieja guardia”, para revalidar mandato o colocar a uno de los suyos – que en realidad son los de Álvaro Ruíz, actual viceministro de Autonomías – que les garantice “estabilidad” en las decenas de desconcentradas copadas por su bloque.
El problema de la vieja guardia es que tampoco hay un candidato con nombre para un Congreso que no tiene fecha, pero que no quiere nombrar a un desconocido que vaya aprendiendo la labor de la vocería, como ha pasado con Acosta, con Roger Janko antes y con otros de sus antecesores hasta Eulalio Sánchez, sino alguien con peso político para hacer frente al momento y al gobernador Óscar Montes, que de momento se ha garantizado otro año plácido.
Los alcances del discurso de Arce el 6 de agosto
Los discursos del presidente Luis Arce no levantan pasiones ni son improvisados, por eso cada palabra pronunciada u omitida es reflejo de una medida planificación. El sábado pasado, Arce no quiso hablar de golpe, ni llamar golpista a Jeanine Áñez, sino que se centró más bien en los logros de su gestión y de la de Evo Morales - al que por primera vez aduló en un discurso oficial, como se hace con los políticos jubilados – y en los riesgos internacionales que se avecinan sin crear alarmismo.
La mayoría de los analistas han visto en el mensaje un cambio de discurso que busca quitarles argumentos a la oposición, más complicada en el debate detallado por el modelo de Estado, para el que no tienen alternativa, y más cómodos en la oposición emocional.