Crónicas de noviembre
Violencia (o cargo de conciencia) a dos años de la renuncia de Evo
El MAS ha respondido con inusitada violencia a los bloqueos y marchas respondiendo a la consigna de "defender el proceso", lo que no sucedió en 2019. El "abuso" da otro enfoque a las movilizaciones



La violencia amenaza con desbordarse en un momento en el que el contexto parecía indicar que era tiempo de trabajar y no de protestar. Y como todo lo que pasa en el país, puede volverse incontrolable, pero no es casual.
Hace dos años, tal día como hoy, el presidente más poderoso de Sudamérica en el siglo XXI renunciaba a la presidencia tras unas elecciones surrealistas. Evo Morales, que había desoído su Constitución y el referéndum convocado para pedir permiso de postular, y que perdió, igualmente había sido candidato y la oposición, en el momento en el que más fácil parecía poder ganarle al MAS, igual se había presentado en media docena de agrupaciones. Lo que fuera que pasó con el corte del sistema de conteo rápido de votos prendió la mecha.
Cuando empezaron las protestas en 2019 pocos creyeron que acabarían en esa renuncia pregrabada que no dejó frases antológicas. Después vinieron las matanzas de Sacaba y Senkata y todo el relato del golpe, pero antes, ellos saben, las organizaciones sociales no salieron "a defender el proceso".
Defender el proceso
Seguramente por eso, dicen algunos analistas sorprendidos por la inusitada violencia desplegada por los afines al MAS convocados todos ellos a "desbloquear", especialmente en Tarija, donde se sumó la rivalidad entre los dos bandos que reclaman ser reconocidos como dirigentes de Cercado y que se expresó precisamente buscando mayores logros violentos. "Mala conciencia" señalan algunos críticos de la deriva del proceso.
Luis Arce lo pidió la semana pasada cuando el paro cívico vino a coincidir con su primer año de victoria electoral y que quedó opacada. Choquehuanca se conjuró con las organizaciones, que esta vez que el paro coincide con el segundo aniversario de Evo Morales, sí han salido.
Hay quien también señala que las fechas elegidas sólo buscan disputar la atención mediática que sin paro se hubiera centrado de nuevo en Morales. Curiosamente Morales, que lamentó que nadie le haya "pedido perdón por el golpe de Estado" no se quedó en Bolivia, y al contrario, viajó precisamente a Argentina a visitar los lugares que le sirvieron de cuartel general durante sus meses de exilio, como los salones del sindicato de los trabajadores de Educación en la céntrica calle Chile de Buenos Aires.
Cambio de eje
Lo que sí ha logrado la desproporcionada violencia con la que han actuado en Tarija, en Santa Cruz y en algunas zonas de Cochabamba y Potosí es cambiar el sentido del paro, que de momento sigue: al principio tenía que ver con algo complejo relacionado a unas leyes que nadie entiende del todo, ahora tiene que ver con el "abuso" simple y llano, lo que es un combustible mucho más digerible para movilizar.
¿Hacia dónde va el MAS con esta actitud mucho más bronca que encarna Luis Arce? En el MAS lo justifican por los intentos de desestabilización y la evidente mayoría que evidenciaron las ánforas. En la oposición se empiezan a identificar pasos más de fondo para borrar la disidencia e instaurar una suerte de partido único con todos los instrumentos al alcance, y es que, mientras en las calles había ruido, en la Asamblea Andrónico Rodríguez, el heredero virtual de Evo, soplaba las velas por su cumpleaños jaleado por los suyos y los siete "conversos" que van acercando al partido azul a los dos tercios.
La tercera vía o el punto de inflexión
A medida que el paro se va radicalizando en algunos departamentos, donde se busca formar una secuencia de escalada similar a la de 2019, unos pocos piensan ya en las vías de salida a un conflicto que tiene pocos elementos de negociación, pero alguno hay.
En 2019 el Gobierno se quedó sin interlocutor en cuanto se anuló al Conade de Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho tomó la posta de la movilización. Ahora algunos alcaldes como Johnny Torres - alcalde de Tarija y presidente de la AMB - le están mostrando una puerta de salida pidiendo una convocatoria de diálogo sobre las leyes en discusión y que pueda abrir incluso otros espacios.