Crónicas de octubre
Del domingo popular y político al de los “grandes negocios”
Mientras el presidente dedicó el fin de semana a visitar el sur del país, los políticos de oposición optaron por bajar el perfil y analizar el futuro inmediato. La supuesta compra de San Cristóbal “amenizó” la jornada



Domingo es domingo para todos, pero en política no hay día que perder. Más en estos tiempos de redes sociales. Mientras unos dedicaron la jornada a los eventos masivos, otros lo dedicaron a leer y compartir análisis de prensa. Las dos Bolivias que diría aquel.
El presidente Luis Arce dedicó su fin de semana al sur. Estuvo en Culpina y estuvo en Tarija, habló de urea, de Emapa, de los precios de la harina y de la carne y esas cosas pequeñas que le interesan a la gente, y el sábado no dio más pistas sobre el desenlace del enésimo conflicto en el MAS Cercado, que hasta hoy no tiene una presidenta. O más bien tiene dos.
Ninguna de las dos – ni Pilar Lizárraga ni Esther Baldivieso - estuvo el sábado en el acto nocturno con la Federación de Campesinos. Tampoco en el pacú del mercado de El Dorado donde sí estuvo Álvaro Ruíz, que es el padrino de Baldivieso. A Ruíz no se le vio en el acto campesino, pero tampoco al presidente departamental del MAS, Carlos Acosta, que es el principal señalado por el conflicto, aunque sí al “tercero” en la cadena de mando, que vendría a ser Eider Quiroga, ahora asambleísta por obra y gracia de Ruíz y de Acosta.
El tema es un tema de partido, por lo que probablemente Arce decidió guardar silencio y no publicar ni fotos ni nombres comprometedoras; mientras, Pilar Lizárraga, más próxima al núcleo de Evo Morales, prefirió publicar imágenes con el más duro del núcleo: Juan Ramón Quintana, y guardar silencio ante los numerosos requerimientos de este medio. Evidentemente el asunto no está cerrado.
La oposición calculando
Luis Fernando Camacho guardó relativo silencio el domingo, salvo las felicitaciones varias a los municipios que cumplen años, como San Rafael, y el impulso a la viralización del video que pide a los cruceños cumplir con la vacunación en un momento clave.
Por su parte, Carlos Mesa y los suyos también dedicaron el domingo al descanso salvo algún tuit aislado. El líder de Comunidad Ciudadana aprovechó para felicitar los 76 años de Naciones Unidas, algo que también hizo Luis Arce.
La agenda está compleja y nadie se expuso demasiado en los textos del domingo. La oposición tiene que definir si mantiene la presión y a exigencia para tumbar la Ley 1386, que es la Ley marco de la lucha contra las Ganancias Ilícitas o si da el tema por cerrado. Su problema es que no tiene un control directo (ni indirecto) sobre las organizaciones que se sienten amenazadas y, por tanto, pretender capitalizar la protesta puede ser arriesgado, sobre todo si sale mal.
La noticia, sin embargo, estaba por estallar: la agroindustria y la gran minería nacional anunciaba la compra de la mayor empresa del sector en Potosí, la Minera San Cristóbal, y Sumitomo lo negaba horas después. La telenovela está abierta.
Minera San Cristóbal, la bomba de la semana
El domingo en la mañana una conferencia de prensa protagonizada por el presidente de la corporación cruceña Unagro y actual presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, Luis Fernando Barbery Paz y el empresario minero potosino Orlando Careaga Alurralde, vinculado a la Federación de Empresarios Privados de Potosí dio la noticia económica del año: Un consorcio de hasta 1.500 empresarios bolivianos se compraban la Minera San Cristóbal, la empresa extractora más importante del país propiedad de la poderosa Sumitomo.
La noticia retumbó por todo el país porque no solo implicaba comprar la empresa sino por sus implicaciones políticas: Careaga es amigo personal de Evo Morales, al que colocó como primer senador por Potosí en 2019 y Unagro es uno de los grandes emporios agroindustriales del oriente. Tanto mineros como agroindustriales son dos sectores mimados por el Gobierno, cuya mano se sospecha detrás de la operación con diferentes intereses.
Sin embargo, mediada la tarde Sumitomo negó que se haya vendido o que se vaya a vender la Minera San Cristóbal y pidió serenidad a sus proveedores, dejando en mal lugar a los empresarios bolivianos que, por otro lado, hablaron de un acuerdo discrecional y reservado.