Crónicas de octubre
Del portazo a la Ley “indepe” de Santa Cruz al de la CIDH a Áñez
No hay consenso en el MAS sobre el cambio de estrategia para enfrentar el desafío de Luis Fernando Camacho, aunque por el momento no se prevé ingresarlo en prisión como a Jeanine Áñez
Último día de movimientos tácticos. El lunes será otra historia. El movimiento cívico y la oposición más dura al Gobierno de Luis Arce, encabezada por el gobernador cruceño Luis Fernando Camacho, ha doblado la apuesta en un último llamado a la desesperada a “acudir a las rotondas”.
Mientras tanto, el Tribunal Constitucional ha tomado una decisión de fondo paralizando a través de un auto la Ley cruceña que pretendía arrogarse competencias para nombrar vocales en los principales órganos del país, algo que el ministro de Justicia, Iván Lima, ya había advertido que era un asunto “grave” y un desafío institucional en tanto trasgredía competencias exclusivas del nivel central del Estado.
La Ley fue impulsada como de tapadillo en la Asamblea Departamental sin que nadie asumiera de verdad su autoría, pero dentro de un paquete de reivindicaciones y propuestas que parece tener como fin implementar una vía Independentista y no simplemente una reivindicación literal de un modelo de Estado más federal.
Santa Cruz tiene abiertos otros frentes de batalla, como el de la tierra, que pide al INRA aceptar la tuición y tutoría de una comisión departamental dedicada específicamente a fiscalizar los repartos de tierras fiscales. Cosas de la Justicia y de la cruceñidad, cada vez más alimentada por las regalías de Incahuasi.
El MAS recibió después un segundo espaldarazo para cerrar una semana horribilis. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que no la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que tienen el mismo acrónimo, pero son cosas diferentes y, a la vez, lo mismo en tanto dependientes de la Organización de Estados Americanos (OEA), determinó que la atención carcelaria a Jeanine Áñez es suficiente y adecuada y que no viola ningún precepto ni su vida corre peligro, es decir, todo lo contrario a lo que la familia viene planteando.
Lo cierto es que Jeanine Áñez tiene la mosca detrás de la oreja y se ha dado cuenta de que si no aparece en los medios y en las redes, está perdida: Los Demócratas prácticamente han desaparecido como institución más allá de lo que Óscar Ortiz o Vladimir Peña van haciendo con sus fundaciones afiliadas al Atlas Network; los camachistas se desentienden de sus primeros días en el Gobierno – Jerjes Justiniano asegura que no hubo decreto de impunidad para los militares – y Comunidad Ciudadana sigue siendo crítico con el papel del Gobierno Transitorio. En cualquier caso, lo más doloroso parece ser el acuerdo que el exministro Arturo Murillo parece estar a punto de alcanzar con la Fiscalía de Estados Unidos – ayer hubo un nuevo aplazamiento de su audiencia y los expertos advierten que Murillo está ya pasando de ser un imputado por delincuencia común y blanqueo a ser un informante de la Fiscalía, obviamente sobre asuntos de Estado, aunque nadie pueda decir esto último.
Así llegamos al final de una primera semana del octubre revolucionario en el que la oposición desató sus grandes estrategias y el MAS cambió la suya, o al menos renunció a la primera del “caiga quien caiga” por algo mucho más ligero que los analistas les habían recomendado desde el mes de marzo y que adoptan ahora, no sin abrir polémicas y grietas dentro de las propias bases masistas. Hasta Evo Morales habla del “paro político” y la necesidad de cuidar la economía a pesar de haber actuado como kamikazes en la primera mitad del año. El giro es brusco y poco creíble y la pelota está ahora en la cancha del “todopoderoso” Camacho, reforzado con los acontecimientos, pero que no puede permitirse errar en la lectura.
Los 300 bolivianos de los Pandora Papers
Por alguna extraña razón, los medios bolivianos asociados a la investigación más importante del mundo sobre paraísos fiscales no están publicando el nombre de las 300 personas que sacaron dinero del país para ocultarlo en empresas offshore sin ningún control. ¿Por qué? Nadie lo entiende verdaderamente. En Bolivia los impuestos sobre el patrimonio, hasta este 2021, ha sido inexistente, por lo que se interpreta que el motivo para la apertura es el origen irregular del dinero.