Contra toda advertencia, San Roque tuvo su encierro en Tarija
Las iglesias no abrieron sus puertas con el paso de los promesantes, porque el Centro de Operaciones de Emergencia Departamental (COED) no dio la autorización



Contra todo pronóstico y advertencia, los promesantes chunchos, quenilleros, tamborilleros, cañeros y demás devotos, despidieron al patrono San Roque con el tradicional encierro, el segundo en pandemia.
A diferencia del pasado año, al de ayer 14 de septiembre se congregaron cientos y cientos de chunchos, quienes anunciaban su paso al unánime sonido de sus flechas. La procesión del encierro, que es la más importante por ser la última de la Fiesta Grande, no estuvo acompañada por autoridades, ni por los altos representantes de la iglesia católica, ni siquiera por la imagen oficial de la festividad, pues el San Roque que estuvo en la procesión es una réplica. Las iglesias tampoco abrieron sus puertas con el paso de los promesantes, porque el Centro de Operaciones de Emergencia Departamental (COED) no dio la autorización.
Pero ese desaire, como calificaron los chunchos, no detuvo la procesión. ¿Hubo aglomeración?, sí. No solo estaban los promesantes, sino también sus familias que acompañaban, sobre todo de los niños, además de los comerciantes y quienes se acercaron a observar.
La procesión arrancó lágrimas, muchas personas se emocionaron al ver pasar la imagen de San Roque. El miedo también estaba presente. “Ojalá que de aquí no salgamos contagiados (de Covid)”, comentaba una mujer que llevaba en su mano una bolsa con refrescos para sus dos hijos que estaban participando de la procesión.
Contra toda advertencia, San Roque fue despedido por sus devotos: “Hoy me despido llorando, Roque santo peregrino, me voy con tu bendición, adiós glorioso y divino”.
“Será hasta el próximo año, si San Roquito así lo quiere”, decía don Anatolio, un chuncho de unos 50 y tantos años, quien no quiso perderse en el esperado encierro.