Existen escasos controles sobre el ingreso de niños por los pasos fronterizos
Niños inmigrantes en Tarija, entre el peligro y la necesidad económica
La Defensoría de la Niñez y Adolescencia en Tarija colaboró a 7 familias, para que siete menores extranjeros reciban asistencia médica y puedan quedarse en el albergue municipal



Caminar por las principales calles de la ciudad de Tarija y encontrarse con menores de edad inmigrantes durmiendo en las calles, vendiendo golosinas o deambulando de un lado a otro, a veces acompañados y a veces solos, se ha vuelto casi habitual desde al menos un año y medio atrás.
Y es que los niños, hijos de algún ciudadano extranjero, ya sea de nacionalidad venezolana, colombiana o argentina, no tienen dónde quedarse y deben enfrentarse a los peligros de la calle por la necesidad que tienen sus padres de conseguir algunos recursos económicos. Se ha observado escenarios, donde incluso los menores están en la calle mientras sus progenitores consumen bebidas alcohólicas.
En pleno centro se observa llegar a dos ciudadanos venezolanos con sus hijos, reconocibles a simple vista por su deportivo que llevan puesto con los colores de la bandera de su país. El más pequeño se queda en una esquina mientras el adulto continúa caminando y en el trajín saca de un paquete algunos chocolates para ofrecer a las tiendas próximas a su paso.
Su nombre es David y llegó a Tarija hace exactamente un mes, luego de cruzar de forma ilegal por la zona de Desaguadero, en la frontera con Perú, junto a su esposa y sus tres hijos, “una nena de 5 años, un niño de 11 y otra mujercita de 17”. Dice que salió de su país porque su vida, seguridad y libertad estaban en peligro.
Menores Niños extranjeros son vistos, a menudo, durmiendo en las calles, vendiendo golosinas o deambulando en Tarija
“Estamos trabajando en la calle porque no podemos quedarnos en la casa porque tenemos que sobrevivir, estamos en otro país”, menciona David, mientras que a un poco más de dos cuadras de distancia, el pequeño de 11 años, también uniformado y claramente acalorado, se encuentra ofreciendo los chocolates a cuanta persona o conductor de vehículo pase por su lado. Y quien le compra es despedido con una enorme sonrisa que se ve reflejada incluso por debajo del barbijo.
Ante la pregunta realizada al niño sobre si tenía o no miedo de estar solo en la calle, el pequeño señala un rotundo “no”, porque su “papá estaba cerca ofreciendo sus chocolates para poder tener dinero para comer”. David, entre tanto, comenta que como varios los conocen en el lugar y saben que el niño está por ahí y por eso “no cree” que le pase algo a su hijo.
A pocos metros de ellos, otro extranjero, de nacionalidad colombiana con una bebé en brazos, de un poco menos de un año, también ofrece caramelos a quienes pasan por la zona.
Plan de control y protección
Claudia Gonzáles, directora de Atención Social de la Secretaría de la Mujer y Familia, dependiente de la Defensoría de la Niñez, informó que la institución tiene un programa de atención a niños y niñas en situación de calle. Dentro del mismo se encuentra el plan de familias migrantes, con el cual han logrado atender a siete familias que tenían a su cargo a siete menores de edad.
Entre las intervenciones, la Secretaría ha brindado información a los ciudadanos extranjeros sobre el Covid-19 y sobre la situación de riesgo que genera que los menores de edad estén en la calle, ya sea trabajando o pidiendo limosna, prohibido de acuerdo a ley. Además, se efectuó revisiones médicas y se les abrió las puertas de los albergues municipales.
“Atendemos a cualquier llamado de la población que haya visto que (menores) están en las esquinas de las avenidas haciendo algún tipo de trabajo, para evitar que los pongan en riesgo”, dijo Gonzales. Si es que las familias hacen caso omiso a las recomendaciones, grupos interdisciplinarios de la Secretaría, en coordinación con la Defensoría y la fuerza del orden, realizan la intervención con acciones legales como corresponde.
En dos meses llegaron 1.894 extranjeros
Por los puestos de control fronterizo, en el departamento de Tarija, ingresaron, de forma legal, un total de 1.894 ciudadanos extranjeros, de acuerdo a información proporcionada por David Bolívar, director departamental de Migraciones.
Respecto a los datos de cuántos menores ingresaron por los puestos de control de San José de Pocitos-Yacuiba, el Puente Internacional de Bermejo y el puesto Cañada Oruro de Villa Montes, Bolívar explicó es confidencial, sin embargo, toda la información se encuentra en el Sistema de Control de Fronteras (SICOF).