Crónica política de la jornada
Rumbo al 7M (o ya no): entre la suspensión y la necesidad laboral
Los estrategas ven riesgos en la postergación de la fecha electoral tanto para los que gobiernan como para los que aspiran a hacerlo, pero contemplan la suspensión de la fecha como el escenario más probable



La campaña electoral va quedando en segundo plano no tanto por el rebrote del Covid sino por la inminente posibilidad de que la elección del 7 de marzo sea suspendida, una decisión controvertida en la que todos ven pros y contras.
En un contexto de pandemia, los que gobiernan saben que el desgaste es mayor para ellos así se hagan bien las cosas. No hay que ir muy lejos para encontrar un ejemplo: en marzo de 2020 el Gobierno ya candidato de Jeanine Áñez impulsó el aplazamiento de la fecha original del 3 de mayo para, teóricamente, concentrarse en la lucha contra la pandemia. La elección acabó siendo el 18 de octubre y Luis Arce arrasó, mientras que Áñez tuvo que retirarse de la carrera tras una controvertida gestión sanitaria y económica, además de “lo de los respiradores”.
Nadie puede decir qué hubiera pasado de haber realizado los comicios el 3 de mayo, pero por si acaso, nadie de los que gobiernan a cualquier nivel y buscan la reelección quieren oír hablar de postergación, pero los casos van a ir subiendo e igualmente va a haber pedidos de vacunas, pruebas, camas UTI y muchos muertos que se adjudicarán al más cercano.
Dudas El incremento de los casos Covid han puesto en debate ya la posibilidad de postergar las elecciones subnacionales
En Tarija el que más problemas tiene es el gobernador Adrián Oliva, a pesar de que en la primera ola se hizo una buena gestión con las técnicas de rastreo y prueba rápida que permitió tener la tasa de letalidad más baja del país.
Los “aspirantes” sin responsabilidades ejecutivas no tienen tan claro que un aplazamiento les beneficie netamente, principalmente porque los saca del foco – el ejemplo de Carlos Mesa dando consejos de salud por Zoom también ha quedado marcado, para mal, entre los estrategas – y también porque agota la capacidad de movilización, que a estas alturas tiene más que ver con la subsistencia que con lo fascinante de las propuestas políticas.
La necesidad
Cuenta una de las militantes de izquierda que lleva haciendo campañas en Tarija desde que se recuperó la democracia en los 80 que nunca se habían visto tantas casas de campaña coloreadas y tantas banderas. En la avenida de Cerámica Paula hay tres del mismo partido seguiditas; en la Villa Avaroa cuatro distintas en tres cuadras; bajando de Alto Senac lo mismo. La causa, dice, hay que buscarla en la crisis económica: “La mayoría busca un acomodo, una pega para sí o para sus hijos, algo con lo que después poder entrar a la institución pública”.
La expectativa laboral es la más poderosa entre la “militancia” política, pero el factor tiempo también se conjuga. A esto se suma que prácticamente todos los partidos llevan en su programa electoral la propuesta de “recortar gasto corriente”, que se traduce en gastar menos en contrataciones y proveedores, además de una buena voluntad de “institucionalizar” la función pública que nunca falta en los programas, aunque luego se materializa poco.
Ni siquiera el Movimiento Al Socialismo (MAS), que cuenta con el consistente aparato público estatal en Tarija está libre de estas tensiones, arreciadas ahora con la división de sectores respecto a las candidaturas y que no han tardado en convertirse en pulsos estratégicos por determinadas instituciones. El más deseado, el INRA, a cuyo director se le sindica de “pitita”. De nuevo las críticas se vuelven hacia Carlos Acosta, presidente del MAS Tarija, a quien se le acusa de manejar los cargos en las instituciones públicas “a su antojo”.
¿Cómo postergar las elecciones del 7M?
Por el momento no hay una resolución sobre la postergación de las elecciones subnacionales, para lo cual hay dos vías: la de la Asamblea Legislativa Plurinacional o la de la suspensión del calendario por parte del TSE.
En el Senado el presidente Andrónico Rodríguez se ha mostrado favorable a debatir mientras que la oposición también lo ha pedido. Una postergación, a futuro, alejaría más las elecciones nacionales de las subnacionales, favoreciendo la diversidad y especificidad de cada voto.