Tarija vivió el alunizaje el 19 de julio de 1969
Zalles: Volver a la Luna no fue una opción económica
Estados Unidos y la Unión Soviética estuvieron en una constante competencia para explorar el espacio exterior, contó Rodolfo Zalles, cuya formación en el estudio del espacio estelar fue en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS)
Enviar una nave tripulada a la Luna era excesivamente costoso y a la NASA les recortaron el presupuesto argumentado que esos viajes a la Luna tenían más el interés político y propagandístico que el científico. En opinión de algunos científicos norteamericanos el proyecto Apolo fue grandioso, pero poco productivo científicamente, sostuvo el director del Observatorio Astronómico Nacional en Santa Ana, Rodolfo Zalles.
Este 19 de julio se recuerda el alunizaje de una nave tripulada por tres astronautas al astro más cercano al planeta, su propia luna, a la que nunca se volvió alimentando todo tipo de rumores. “Se podría decir que fueron dos motivos el no volver al satélite natural, su alto costo y no había mucho que hacer ahí. Eso sí, se ha seguido con los envíos de sondas robot y con experimentos, incluso ya se tiene una sonda china que llegó al lado oculto, apuntó el astrónomo.
Historia
Estados Unidos y la Unión Soviética estuvieron en una constante competencia para explorar el espacio exterior, contó Zalles, cuya formación en el estudio del espacio estelar fue en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). A esta disputa se la conocería como la carrera espacial una pugna entre ambas potencias con la finalidad de demostrar su superioridad tecnológica.
Todo empezó con el lanzamiento del satélite soviético Sputnik 1 en 1957. Ese mismo año viajó la perra Laica partió a bordo del Sputnik 2 en un tour sin retorno hacia el espacio exterior y en 1961 el ruso Yuri Gagarin se convirtió en el primer hombre en el espacio, dio una vuelta a la Tierra en un vuelo que duró 108 minutos.
Aniversario Este 19 de julio se recuerda el alunizaje de una nave tripulada por tres astronautas al astro más cercano al planeta, su propia luna, a la que nunca se volvió
Con la hazaña de Armstrong, EE.UU asumió que finalmente ganaba una batalla en la carrera espacial que tenía con la entonces Unión Soviética, que ya había puesto antes a una perra y a un tripulante, Gagarin, en el espacio, pero para otros la URSS fue la ganadora.
Después de la caminata de Neil Armstrong y Aldrin, hubo otras cinco misiones, en total fueron 12 astronautas que caminaron sobre Luna con lo que Estados Unidos demostró su ventaja en la carrera espacial, ya no hacía falta continuar.
En los próximos vuelos a la Luna con naves tripuladas con seguridad participarán China y otros países. La NASA ya tuvo un anuncio que en 2024 volverá a la Luna con una misión tripulada llamada Artemisa.
El lanzamiento del Sputnik 1 y la salida Yuri Gagarin al espacio ponía a la Unión Soviética a la cabeza de la carrera espacial, mientras que Estados Unidos competía "sólo espiritualmente", como señalaba Werner von Braun, uno de los científicos más importantes de la agencia espacial estadounidense.
La preocupación norteamericana era marcada: había estado siempre a la zaga de la carrera espacial. Sin embargo, la conquista de la Luna podía cambiar el panorama y se convirtió en una prioridad para Estados Unidos.
Entonces se tomó en serio la carrera espacial, es así que en mayo de 1961, el presidente John F. Kennedy anuncia que Estados Unidos podría llegar al satélite terrestre antes del fin de la década. De esta manera, se iniciaba la empresa más grande de la administración espacial estadounidense con el proyecto Mercury, luego con mejoras tecnológicas, vino el proyecto Géminis y finalmente el proyecto Apolo.
Lo desconocido, una aventura del hombre
Después de ocho años de trabajo en el que participaron miles de personas, el 19 de julio de 1969, Neil Armstrong salió del módulo lunar y dio su histórico primer paso en el “Mar de la Tranquilidad”, relató Rodolfo Zalles.
El astronauta viajó acompañado de Edwin Aldrin Junior, conductor del módulo lunar y Michael Collins piloto del módulo de mando. Fue un viaje temerario a otro mundo. Un salto al vacío en un territorio extraterrestre sin atmósfera.
Una aventura a 380.000 kilómetros de distancia. No había precedentes. Ni manera de predecir lo que iba a ocurrir cuando la nave alunizara, los tripulantes del Apolo 11 sólo sabían con certeza a dónde pretendían llegar, pero tenían muchísimos motivos para preguntarse si volverían a pisar su propio planeta, contó el astrónomo.
No es de extrañar, por lo tanto, que cuando Armstrong pronunció las míticas palabras «Houston, aquí Base Tranquilidad, el Águila ha aterrizado», el controlador en la Tierra confesó que allí estaban «al borde del infarto» y gritó aliviado: «¡Volvemos a respirar!».
Así, gracias al valor, el temple y la inteligencia de aquellos pioneros del Cosmos, la visión de Kennedy se hizo realidad, y como dijo Aldrin, la misión del Apolo 11 fue, y será siempre, «un símbolo de la insaciable curiosidad del hombre para explorar lo desconocido».
La apuesta de la NASA fue arriesgadísima, y múltiples factores podían haber convertido la misión en un trágico fiasco. Aunque al final Armstrong logró dar su «pequeño paso para un hombre, y gigantesco salto para la Humanidad».