Campesinos rechazan uso de semillas transgénicas
El ejecutivo de la Federación Sindical Única de Comunidades Campesinas de Tarija (Fsucct), Osvaldo Fernández, indicó que el sector rechaza el permiso que otorgó el Gobierno de transición para el uso de semillas transgénicas y se unió al manifiesto de los grupos ecologistas que expresaron...



El ejecutivo de la Federación Sindical Única de Comunidades Campesinas de Tarija (Fsucct), Osvaldo Fernández, indicó que el sector rechaza el permiso que otorgó el Gobierno de transición para el uso de semillas transgénicas y se unió al manifiesto de los grupos ecologistas que expresaron su negativa al tema.
El dirigente campesino expresó su crítica ante las decisiones del Gobierno de la presidenta Jeanine Áñez y señaló la falta de consenso con los sectores que se dedican al trabajo en las tierras.
“El sector campesino es el más vulnerable ante los cambios que realizan. Sabemos que otros países rechazan el uso de semillas transgénicas por sus efectos en la tierra, en los cultivos”, explicó.
Agregó que con la normativa promulgada el Gobierno pone en riesgo la diversidad biológica nacional de especies altamente importantes para la seguridad alimentaria como el maíz. Además, transgrede la Constitución Política del Estado, que en su artículo 255 determina la “seguridad y soberanía alimentaria para toda la población; prohibición de importación, producción y comercialización de organismos genéticamente modificados y elementos tóxicos que dañen la salud y el medio ambiente”.
Por otro lado, argumentó que la introducción de nuevos eventos de cultivos transgénicos no son informados hacia la ciudadanía y provocará un aumento exponencial del uso de agrotóxicos. La presidenta Áñez aprobó el Decreto Supremo 4232, que da vía libre para que en Bolivia se trabaje con semillas transgénicas de maíz, caña de azúcar, algodón, trigo y soya, que con procesos abreviados aplicará nuevos eventos.
El dirigente campesino expresó su crítica ante las decisiones del Gobierno de la presidenta Jeanine Áñez y señaló la falta de consenso con los sectores que se dedican al trabajo en las tierras.
“El sector campesino es el más vulnerable ante los cambios que realizan. Sabemos que otros países rechazan el uso de semillas transgénicas por sus efectos en la tierra, en los cultivos”, explicó.
Agregó que con la normativa promulgada el Gobierno pone en riesgo la diversidad biológica nacional de especies altamente importantes para la seguridad alimentaria como el maíz. Además, transgrede la Constitución Política del Estado, que en su artículo 255 determina la “seguridad y soberanía alimentaria para toda la población; prohibición de importación, producción y comercialización de organismos genéticamente modificados y elementos tóxicos que dañen la salud y el medio ambiente”.
Por otro lado, argumentó que la introducción de nuevos eventos de cultivos transgénicos no son informados hacia la ciudadanía y provocará un aumento exponencial del uso de agrotóxicos. La presidenta Áñez aprobó el Decreto Supremo 4232, que da vía libre para que en Bolivia se trabaje con semillas transgénicas de maíz, caña de azúcar, algodón, trigo y soya, que con procesos abreviados aplicará nuevos eventos.