El Día del Trabajo, una fecha negra en tiempos de pandemia
Hoy se celebra un particular Día del Trabajo, el peor de todos en la historia del país. Pues hasta este punto el Covid-19 ha destruido cientos de nacientes iniciativas empresariales, ha afectado nuevas contrataciones y las esperanzas de conseguir algo para quien no lo tenía, se han esfumado....



Hoy se celebra un particular Día del Trabajo, el peor de todos en la historia del país. Pues hasta este punto el Covid-19 ha destruido cientos de nacientes iniciativas empresariales, ha afectado nuevas contrataciones y las esperanzas de conseguir algo para quien no lo tenía, se han esfumado. Ya en 2019 en nuestro departamento el desempleo se disparó entre 12 y 15%, debido al estancamiento de la economía.
Pero aun así, personas como don Lucho Farfán continuaban en la batalla de buscar algún sustento. Él se graduó de ingeniería forestal hace quince años y desde entonces las oportunidades laborales siempre le fueron reducidas. De tal manera que en el año 2019 ideó crear su propio vivero y vender flores, árboles frutales y algunas plantas ornamentales. Las llevaba al mercado Campesino, pero también a las ferias como las de Villa Fátima.
Hoy con la suspensión de toda actividad de este tipo, y al no ser sus plantas alimentos de primera necesidad, se ha visto golpeado una vez más. Sentado en el patio de su casa se lamenta. “No hay caso, estamos jodidos. En esta vida he hecho de todo, hasta taxear porque nunca he encontrado trabajo en mi profesión. Motivado por algunos familiares he comenzado mi vivero, prestándome plata y se viene esto. Y qué será luego”, afirma con la derrota de quien se ve sumergido en un problema sin salida.
Frente a este testimonio está el de Paulino Gálvez, un albañil de 35 años que cargado de una mochila acudía día tras día a radio Fides para ver “si le caía alguito”. “Aunque no llovía goteaba” cuenta y con la desesperación evidente de un padre, no duda en decirnos que tiene tres “changuitos”, uno de tres, otro de seis y el mayor de diez años.
“Ay veces me ofrecía barato para poder llevar algo de comer a mis hijos. Ahora sin saber cómo sortearme el castigo de Dios he pedido prestado a algunos amigos. Pero poquito, porque tampoco hay plata. Mi esposa se ha dado modos de vender sándwich en el barrio y con esito estamos”, dice mientras se ofrece a una vecina para cortarle el pasto por veinte pesos.
Éstas son situaciones particulares que de cierta manera representan parte de la realidad que se vive en el ámbito laboral, más aún los expertos aseguran que tras la pandemia se vienen tiempos peores.
La crisis latente y la venidera
El presidente de la Federación Departamental de Profesionales de Tarija (FDPT), Richard Rivera, manifestó que si bien antes la situación del desempleo era crítica, la aparición de la pandemia la empeoró. Y aunque el problema no solo afecta a profesionales este sector se ve y se verá muy golpeado.
“Alrededor de 6.500 profesionales del departamento se encuentran trabajando en instituciones públicas y otros 6.500 están desempleados”, afirmó.
Para el economista y docente universitario, Gabriel Gaite, el desempleo se incrementó debido a la recesión y el decrecimiento de la economía en los últimos cuatro años por la dependencia de las entidades subnacionales a la renta petrolera.
El investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), Bruno Rojas, dijo que en Bolivia se tiene más del 50 por ciento de empleo precario e informal, que está más cerca del desempleo.
Añadió que el COVID-19 tendrá grandes efectos en las economías de los países y que Bolivia no será la excepción, ya que generará subempleo y desempleo, y se engrosará la informalidad.
Por su lado, el economista, analista financiero y ex funcionario del banco Central de Bolivia (BCB), Luis Ballivián, manifestó que si bien hay una disposición para evitar despidos, "no se puede asegurar que las empresas, microempresas y pequeñas empresas garanticen la estabilidad de las fuentes laborales".
A decir del experto economista, el desempleo en Bolivia hasta marzo volvió a subir como consecuencia de una menor actividad económica debido a la crisis social, política y económica emergente de las elecciones fallidas de octubre de 2019, sin considerar todavía los efectos del coronavirus.
De acuerdo con Ballivián, los efectos de la pandemia se están comenzando a ver con la crítica situación de los diferentes sectores como el turismo y su cadena hotelera, gastronómica, transporte, agencias de viajes, además de sectores como el de la construcción, el manufacturero, la minería entre otros, que se verán obligados a hacer ajustes para no cerrar.
Pero aun así, personas como don Lucho Farfán continuaban en la batalla de buscar algún sustento. Él se graduó de ingeniería forestal hace quince años y desde entonces las oportunidades laborales siempre le fueron reducidas. De tal manera que en el año 2019 ideó crear su propio vivero y vender flores, árboles frutales y algunas plantas ornamentales. Las llevaba al mercado Campesino, pero también a las ferias como las de Villa Fátima.
Hoy con la suspensión de toda actividad de este tipo, y al no ser sus plantas alimentos de primera necesidad, se ha visto golpeado una vez más. Sentado en el patio de su casa se lamenta. “No hay caso, estamos jodidos. En esta vida he hecho de todo, hasta taxear porque nunca he encontrado trabajo en mi profesión. Motivado por algunos familiares he comenzado mi vivero, prestándome plata y se viene esto. Y qué será luego”, afirma con la derrota de quien se ve sumergido en un problema sin salida.
Frente a este testimonio está el de Paulino Gálvez, un albañil de 35 años que cargado de una mochila acudía día tras día a radio Fides para ver “si le caía alguito”. “Aunque no llovía goteaba” cuenta y con la desesperación evidente de un padre, no duda en decirnos que tiene tres “changuitos”, uno de tres, otro de seis y el mayor de diez años.
“Ay veces me ofrecía barato para poder llevar algo de comer a mis hijos. Ahora sin saber cómo sortearme el castigo de Dios he pedido prestado a algunos amigos. Pero poquito, porque tampoco hay plata. Mi esposa se ha dado modos de vender sándwich en el barrio y con esito estamos”, dice mientras se ofrece a una vecina para cortarle el pasto por veinte pesos.
Éstas son situaciones particulares que de cierta manera representan parte de la realidad que se vive en el ámbito laboral, más aún los expertos aseguran que tras la pandemia se vienen tiempos peores.
La crisis latente y la venidera
El presidente de la Federación Departamental de Profesionales de Tarija (FDPT), Richard Rivera, manifestó que si bien antes la situación del desempleo era crítica, la aparición de la pandemia la empeoró. Y aunque el problema no solo afecta a profesionales este sector se ve y se verá muy golpeado.
“Alrededor de 6.500 profesionales del departamento se encuentran trabajando en instituciones públicas y otros 6.500 están desempleados”, afirmó.
Para el economista y docente universitario, Gabriel Gaite, el desempleo se incrementó debido a la recesión y el decrecimiento de la economía en los últimos cuatro años por la dependencia de las entidades subnacionales a la renta petrolera.
El investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), Bruno Rojas, dijo que en Bolivia se tiene más del 50 por ciento de empleo precario e informal, que está más cerca del desempleo.
Añadió que el COVID-19 tendrá grandes efectos en las economías de los países y que Bolivia no será la excepción, ya que generará subempleo y desempleo, y se engrosará la informalidad.
Por su lado, el economista, analista financiero y ex funcionario del banco Central de Bolivia (BCB), Luis Ballivián, manifestó que si bien hay una disposición para evitar despidos, "no se puede asegurar que las empresas, microempresas y pequeñas empresas garanticen la estabilidad de las fuentes laborales".
A decir del experto economista, el desempleo en Bolivia hasta marzo volvió a subir como consecuencia de una menor actividad económica debido a la crisis social, política y económica emergente de las elecciones fallidas de octubre de 2019, sin considerar todavía los efectos del coronavirus.
De acuerdo con Ballivián, los efectos de la pandemia se están comenzando a ver con la crítica situación de los diferentes sectores como el turismo y su cadena hotelera, gastronómica, transporte, agencias de viajes, además de sectores como el de la construcción, el manufacturero, la minería entre otros, que se verán obligados a hacer ajustes para no cerrar.