Aldeas SOS: el abandono y el derecho a vivir en familia
La organización Aldeas Infantiles SOS brinda varios servicios a los niños en situación de abandono y a las familias que corren el riesgo de desintegrarse. Su principal objetivo es que los menores de edad no pierdan el derecho de vivir en familia. Tres testimonios muestran las experiencias que...



La organización Aldeas Infantiles SOS brinda varios servicios a los niños en situación de abandono y a las familias que corren el riesgo de desintegrarse. Su principal objetivo es que los menores de edad no pierdan el derecho de vivir en familia. Tres testimonios muestran las experiencias que viven aquellos a los que brindan ayuda.
Según su gerente Marcelo Vargas se organizan grupos de acogida muy parecidos a los hogares sustitutos, dentro de la infraestructura se les brinda las condiciones adecuadas. La responsabilidad recae en una persona que cumple la función de madre para que se haga cargo del cuidado y atención de varios niños que por diferentes razones han quedado solos, a este núcleo se lo denomina familias Soft.
Cada uno de estos grupos está compuesto por entre cinco a siete menores de edad, la madre se hace cargo del desarrollo y protección de los menores, quienes pueden ser hermanos o provenir de distintos orígenes y culturas. Al momento hay 74 menores distribuidos en unas 15 familias sustitutas.
Otro servicio que brindan es el trabajo con hogares, de las zonas periurbanas de Tarija, que se encuentran en riesgo de desintegrarse. Son 57 las familias que reciben este apoyo y principalmente están ubicadas en los distritos 6, 7 y 8, que componen la mancha de mayor pobreza en el municipio.
Fernanda
Es un lunes al medio día. En una de las casas de Aldeas todos los menores de edad ayudan a servir la comida, los más pequeños no pueden contener la risa cómplice que revela que tienen una sorpresa preparada. Cuando doña Anita, su mamá SOS, se dispone a servir el almuerzo, por la puerta trasera de la casa entra Fernanda con una torta que dice ¡Feliz día mamá!
Todos sus hermanitos repiten a coro la felicitación y corren a abrazarla. Fernanda y ellos habían ahorrado parte de su recreo durante un mes para poder comprar ese presente y así mostrar sus sentimientos de agradecimiento.
Estos menores, antes de su ingreso a la entidad, vivían en una situación de extrema negligencia y abandono por parte de sus padres. Eran muy pequeños cuando los encontraron deambulando por un barrio periférico, Fernanda era la mayor de los niños, pero apenas tenía 12 años y salía a buscar comida para dar a sus hermanos.
Los servicios sociales tomaron conocimiento de la situación y los llevaron a un centro de acogida, pero por sus edades los separaron: la mayor entró a un albergue para niñas, mientras Edwin, Clarita y Emily fueron llevados a otro para niños infantes. La tristeza los inundó por la separación.
Luego de algunos años, Aldeas Infantiles SOS tomó conocimiento del caso y propició su reunificación en una familia SOS. Doña Anita se hizo cargo de ellos. Actualmente, luego de seis años, Fernanda es una joven que fue merecedora de diplomas de excelencia académica, representó a su colegio y al departamento de Tarija en eventos educativos a nivel nacional, participa en cursos de formación de liderazgo, también es una deportista en las disciplinas de salto largo, salto triple y atletismo.
“Lo que a mí me motiva es darle el orgullo y la satisfacción a mi mamá SOS porque sé que ella está pendiente de mí – sostuvo- , apoyándome en todo, quiero demostrarle que ese esfuerzo tiene frutos, que puedo ser una profesional, ingeniera civil o auditora. Uno de mis objetivos es salir profesional y postularme a una beca en una universidad, tengo fe en que lo lograré”, dice Fernanda.
Iván
Hace muchos años, al perder a su madre, Iván y sus hermanos: Javier, Mariana y Paola llegaron a la aldea, prácticamente cuando era apenas un bebe, así integró una familia SOS. Apenas gateaba, pero al poco tiempo aprendió a salir de su corral por sus propios medios y comenzó a dar sus primeros pasos sin ninguna ayuda. Eso conquistó a su madre sustituta, Eliodora.
Creció, y cuando tenía 10 a 11 años, recuerda que se acercó a ver a su hermana mayor, Paola, para ver qué hacía, le atrajeron las piezas de caballos y con curiosidad preguntó qué eran. Ella le explicó que acomodaba su nuevo juego de ajedrez.
Le detalló cada una de las figuras, le enseñó sus movimientos y le mostró su entusiasmo por este deporte que había aprendido en el colegio, pero lo que menos imaginaba era que aquella tarde le estaba mostrando a su hermano el camino que guiaría su futuro.
Cinco años más tarde, y después de esfuerzo, entrenamiento y disciplina, Iván se convirtió en un destacado ajedrecista en Tarija, así logró ganar campeonatos locales, provinciales e incluso nacionales.
“Viajé a muchos lugares, conocí Beni y Santa Cruz gracias a este deporte, pero mi mayor sueño es representar a mi país en un campeonato internacional, no descansaré hasta llevar en alto el nombre de Bolivia en el mundo del ajedrez” dice a tiempo de sentir orgullo por los trofeos, medallas y reconocimientos que adornan la casa en la que vive en la aldea SOS.
Javier, el otro hermano mayor de esta familia, también practica artes marciales mixtas, fue reconocido en la “Noche de Campeones” por el Gobierno Municipal de Cercado como parte de los deportistas más destacados.
Don Óscar
Cuando la mamá de Nicolás, Kevin y Jorge decidió abandonarlos, ellos eran muy pequeños, de hecho este último apenas tiene recuerdos de cuando vivía con ella. Pero aún tenían a su padre, don Óscar.
Oriundo de una comunidad campesina de un departamento vecino, emigró hacia la ciudad de Tarija en la búsqueda de un mejor futuro, las condiciones climáticas cada vez más adversas, impedían que la producción agrícola fuera suficiente para su alimentación propia y menos aún para generar ingresos económicos.
En esta urbe formó una familia con tres pequeños niños junto a una mujer, que luego de un tiempo, decidió abandonarlos sin mayores explicaciones. Éste fue un golpe muy duro para todos, quiso refugiarse en el alcohol, pero su conciencia no lo dejaba tranquilo, sabía que si él no llegaba a casa sus hijos estarían solos y sin comer, esto lo mantuvo entero.
Al verse solo con sus pequeños, no podía salir a trabajar porque no tenía quién los cuide, una comadre le recomendó inscribir a los niños al Centro de Cuidado Diurno de Aldeas Infantiles SOS. Pero la entidad, no solo los registró, sino también activó el servicio de contención y desarrollo familiar para fortalecer las capacidades de don Óscar como padre de familia.
Él mantenía a su familia como talabartero, hacía ojotas de cuero o goma; más aún, la demanda de estas sandalias es temporal, por lo que no era una buena opción para tener un ingreso permanente. Por otro lado salir a trabajar de albañil tampoco era viable porque debía ausentarse incluso los fines de semana y no quería dejar solos a sus hijos.
“Yo los extrañaba mucho y ellos a mí, me acuerdo que me decían papi anda gánate cinco pesitos y vuelves, ahora que son más grandecitos se dan cuenta que ese monto no alcanza para nada. Por eso he hecho un gran esfuerzo para comprar un autito, es viejito pero, antes de la cuarentena, por lo menos podía trabajar taxiando, llevando mercadería, recogiendo pasajeros y como no tenía jefe, podía volver a ver a mis changuitos”, relató.
Cuenta que salía todos los días a las 05.00, cuando ellos todavía dormían, de tal manera volvía a las 07:30 cuando ya estaban despiertos, les preparaba el desayuno, los alistaba para ir al colegio y al centro de cuidado diurno. Luego de llevarlos volvía a trabajar hasta las 11.00 para después dirigirse a su domicilio y cocinar.
Don Oscar mejoró sus capacidades personales trabajando sobre resiliencia y duelo ante el abandono de su esposa, también aprendió sobre pautas positivas de crianza y otras temáticas que lo fortalecieron. Para él sus “changuitos” lo son todo, por lo que todos los planes futuros que hace, siempre los hace pensando en ellos.
Apuntes sobre la temática
El dibujo de Fernanda
Durante la cuarentena, Fernanda, sus hermanitos y su mamá SOS pintaron un arcoíris con flores de su jardín y lo pegaron en la pared de su casa en la aldea, quieren enviar un mensaje de esperanza al resto de las familias tarijeñas
La pintura de Iván
Cinco años más tarde, y después de mucho esfuerzo, entrenamiento y disciplina, Iván se convirtió en un destacado ajedrecista de Tarija, logró ganar campeonatos locales, provinciales e incluso nacionales.
Don Óscar
Así como la de don Óscar, son más de 57 familias que participan de los servicios de Contención y Desarrollo Familiar, Acogimiento en Familia Extendida y el Cuidado Diurno. Los participantes trabajan para superar las crisis y mantenerse unidos frente a las adversidades.
Según su gerente Marcelo Vargas se organizan grupos de acogida muy parecidos a los hogares sustitutos, dentro de la infraestructura se les brinda las condiciones adecuadas. La responsabilidad recae en una persona que cumple la función de madre para que se haga cargo del cuidado y atención de varios niños que por diferentes razones han quedado solos, a este núcleo se lo denomina familias Soft.
Cada uno de estos grupos está compuesto por entre cinco a siete menores de edad, la madre se hace cargo del desarrollo y protección de los menores, quienes pueden ser hermanos o provenir de distintos orígenes y culturas. Al momento hay 74 menores distribuidos en unas 15 familias sustitutas.
Otro servicio que brindan es el trabajo con hogares, de las zonas periurbanas de Tarija, que se encuentran en riesgo de desintegrarse. Son 57 las familias que reciben este apoyo y principalmente están ubicadas en los distritos 6, 7 y 8, que componen la mancha de mayor pobreza en el municipio.
Fernanda
Es un lunes al medio día. En una de las casas de Aldeas todos los menores de edad ayudan a servir la comida, los más pequeños no pueden contener la risa cómplice que revela que tienen una sorpresa preparada. Cuando doña Anita, su mamá SOS, se dispone a servir el almuerzo, por la puerta trasera de la casa entra Fernanda con una torta que dice ¡Feliz día mamá!
Todos sus hermanitos repiten a coro la felicitación y corren a abrazarla. Fernanda y ellos habían ahorrado parte de su recreo durante un mes para poder comprar ese presente y así mostrar sus sentimientos de agradecimiento.
Estos menores, antes de su ingreso a la entidad, vivían en una situación de extrema negligencia y abandono por parte de sus padres. Eran muy pequeños cuando los encontraron deambulando por un barrio periférico, Fernanda era la mayor de los niños, pero apenas tenía 12 años y salía a buscar comida para dar a sus hermanos.
Los servicios sociales tomaron conocimiento de la situación y los llevaron a un centro de acogida, pero por sus edades los separaron: la mayor entró a un albergue para niñas, mientras Edwin, Clarita y Emily fueron llevados a otro para niños infantes. La tristeza los inundó por la separación.
Luego de algunos años, Aldeas Infantiles SOS tomó conocimiento del caso y propició su reunificación en una familia SOS. Doña Anita se hizo cargo de ellos. Actualmente, luego de seis años, Fernanda es una joven que fue merecedora de diplomas de excelencia académica, representó a su colegio y al departamento de Tarija en eventos educativos a nivel nacional, participa en cursos de formación de liderazgo, también es una deportista en las disciplinas de salto largo, salto triple y atletismo.
“Lo que a mí me motiva es darle el orgullo y la satisfacción a mi mamá SOS porque sé que ella está pendiente de mí – sostuvo- , apoyándome en todo, quiero demostrarle que ese esfuerzo tiene frutos, que puedo ser una profesional, ingeniera civil o auditora. Uno de mis objetivos es salir profesional y postularme a una beca en una universidad, tengo fe en que lo lograré”, dice Fernanda.
Iván
Hace muchos años, al perder a su madre, Iván y sus hermanos: Javier, Mariana y Paola llegaron a la aldea, prácticamente cuando era apenas un bebe, así integró una familia SOS. Apenas gateaba, pero al poco tiempo aprendió a salir de su corral por sus propios medios y comenzó a dar sus primeros pasos sin ninguna ayuda. Eso conquistó a su madre sustituta, Eliodora.
Creció, y cuando tenía 10 a 11 años, recuerda que se acercó a ver a su hermana mayor, Paola, para ver qué hacía, le atrajeron las piezas de caballos y con curiosidad preguntó qué eran. Ella le explicó que acomodaba su nuevo juego de ajedrez.
Le detalló cada una de las figuras, le enseñó sus movimientos y le mostró su entusiasmo por este deporte que había aprendido en el colegio, pero lo que menos imaginaba era que aquella tarde le estaba mostrando a su hermano el camino que guiaría su futuro.
Cinco años más tarde, y después de esfuerzo, entrenamiento y disciplina, Iván se convirtió en un destacado ajedrecista en Tarija, así logró ganar campeonatos locales, provinciales e incluso nacionales.
“Viajé a muchos lugares, conocí Beni y Santa Cruz gracias a este deporte, pero mi mayor sueño es representar a mi país en un campeonato internacional, no descansaré hasta llevar en alto el nombre de Bolivia en el mundo del ajedrez” dice a tiempo de sentir orgullo por los trofeos, medallas y reconocimientos que adornan la casa en la que vive en la aldea SOS.
Javier, el otro hermano mayor de esta familia, también practica artes marciales mixtas, fue reconocido en la “Noche de Campeones” por el Gobierno Municipal de Cercado como parte de los deportistas más destacados.
Don Óscar
Cuando la mamá de Nicolás, Kevin y Jorge decidió abandonarlos, ellos eran muy pequeños, de hecho este último apenas tiene recuerdos de cuando vivía con ella. Pero aún tenían a su padre, don Óscar.
Oriundo de una comunidad campesina de un departamento vecino, emigró hacia la ciudad de Tarija en la búsqueda de un mejor futuro, las condiciones climáticas cada vez más adversas, impedían que la producción agrícola fuera suficiente para su alimentación propia y menos aún para generar ingresos económicos.
En esta urbe formó una familia con tres pequeños niños junto a una mujer, que luego de un tiempo, decidió abandonarlos sin mayores explicaciones. Éste fue un golpe muy duro para todos, quiso refugiarse en el alcohol, pero su conciencia no lo dejaba tranquilo, sabía que si él no llegaba a casa sus hijos estarían solos y sin comer, esto lo mantuvo entero.
Al verse solo con sus pequeños, no podía salir a trabajar porque no tenía quién los cuide, una comadre le recomendó inscribir a los niños al Centro de Cuidado Diurno de Aldeas Infantiles SOS. Pero la entidad, no solo los registró, sino también activó el servicio de contención y desarrollo familiar para fortalecer las capacidades de don Óscar como padre de familia.
Él mantenía a su familia como talabartero, hacía ojotas de cuero o goma; más aún, la demanda de estas sandalias es temporal, por lo que no era una buena opción para tener un ingreso permanente. Por otro lado salir a trabajar de albañil tampoco era viable porque debía ausentarse incluso los fines de semana y no quería dejar solos a sus hijos.
“Yo los extrañaba mucho y ellos a mí, me acuerdo que me decían papi anda gánate cinco pesitos y vuelves, ahora que son más grandecitos se dan cuenta que ese monto no alcanza para nada. Por eso he hecho un gran esfuerzo para comprar un autito, es viejito pero, antes de la cuarentena, por lo menos podía trabajar taxiando, llevando mercadería, recogiendo pasajeros y como no tenía jefe, podía volver a ver a mis changuitos”, relató.
Cuenta que salía todos los días a las 05.00, cuando ellos todavía dormían, de tal manera volvía a las 07:30 cuando ya estaban despiertos, les preparaba el desayuno, los alistaba para ir al colegio y al centro de cuidado diurno. Luego de llevarlos volvía a trabajar hasta las 11.00 para después dirigirse a su domicilio y cocinar.
Don Oscar mejoró sus capacidades personales trabajando sobre resiliencia y duelo ante el abandono de su esposa, también aprendió sobre pautas positivas de crianza y otras temáticas que lo fortalecieron. Para él sus “changuitos” lo son todo, por lo que todos los planes futuros que hace, siempre los hace pensando en ellos.
Apuntes sobre la temática
El dibujo de Fernanda
Durante la cuarentena, Fernanda, sus hermanitos y su mamá SOS pintaron un arcoíris con flores de su jardín y lo pegaron en la pared de su casa en la aldea, quieren enviar un mensaje de esperanza al resto de las familias tarijeñas
La pintura de Iván
Cinco años más tarde, y después de mucho esfuerzo, entrenamiento y disciplina, Iván se convirtió en un destacado ajedrecista de Tarija, logró ganar campeonatos locales, provinciales e incluso nacionales.
Don Óscar
Así como la de don Óscar, son más de 57 familias que participan de los servicios de Contención y Desarrollo Familiar, Acogimiento en Familia Extendida y el Cuidado Diurno. Los participantes trabajan para superar las crisis y mantenerse unidos frente a las adversidades.