Crónicas de cuarentena: ¡Era feliz y no lo sabía!
“Antes era mejor”, cuántas veces escuché esta frase de la boca de mis abuelos, tías, profesoras y todas las personas mayores. Escuché la frase hasta el cansancio, cuestionándola muchas veces. Hoy, no sé si es la cuarentena, la emergencia médica que vive nuestro país y el mundo, o...



“Antes era mejor”, cuántas veces escuché esta frase de la boca de mis abuelos, tías, profesoras y todas las personas mayores. Escuché la frase hasta el cansancio, cuestionándola muchas veces. Hoy, no sé si es la cuarentena, la emergencia médica que vive nuestro país y el mundo, o simplemente el hecho de que en estas dos semanas mi vida ha cambiado, al igual que la vida de todas y todos.
Con el afán de seguir conectada con el mundo ingreso a Facebook y casi todas las publicaciones son idénticas ¿Cuántos casos confirmados? ¿Cuántos muertos?, los hospitales no tienen la capacidad y lo peor ¡las personas no cumplen con las medidas de prevención!
En medio de noticias trágicas y fatídicas, que hasta al más optimista le bajan la moral; escucho una canción: “Sonriente pasito a paso, mandilito blanco te vi llegar… la plaza, la fuente y las rosas en flor fueron los testigos de nuestro amor”. Se me hizo un nudo en la garganta, la nostalgia y los bellos recuerdos de mi vida en Tarija me abrazaron completamente.
Tenía 17 años, sonaba el timbre, salía del Liceo Tarija e iniciaban las largas conversaciones con mis amigas, mientras caminábamos por las calles de mi chura Tarija, sin prisas, sin miedos, sin amenazas y sin cuarentenas. Solo se trataba de conversar, reir y admirar la plaza, la fuente y las rosas en flor, algo maravilloso e inolvidable.
Cómo extraño esos días y mi rutina, el iniciar el día con el canto de los pajaritos y cumplir con cada uno de mis compromisos, como lo decimos en mi pago “sacándole el jugo al tiempo”, hasta que llega la noche y de cansancio se cierran mis ojos; como seguramente les pasa a muchas de las mujeres que son madres, esposas, hijas, amas de casa y profesionales. Y es que ser mujer es un duro trabajo que nunca termina, porque se trabaja fuera y dentro de la casa, sin descanso y sin quejas; pero de este tema hablaremos otro día.
Los seres humanos somos seres sociales, me enseñaban en la universidad y a eso se añade que soy Comunicadora, ¿se pueden imaginar lo difícil que es estar en cuarentena? Cuando en un día normal hago entrevistas, estoy en reuniones, siempre conversando con muchas personas, amigas y conocidas.
Es justo ahí cuando entendí y cobró valor la frase “Antes era mejor” y yo podría aumentar: “ERA FELIZ Y NO LO SABÍA”. Y es que para ser feliz no se necesita mucho, simplemente tener las ganas de disfrutar la vida y compartir nuestra felicidad con todas las personas que nos rodean, allí mismo, era mi tiempo feliz.
¿Quieres contarnos como lo estás viviendo? Mándanos tu texto o tus fotos a [email protected]
Con el afán de seguir conectada con el mundo ingreso a Facebook y casi todas las publicaciones son idénticas ¿Cuántos casos confirmados? ¿Cuántos muertos?, los hospitales no tienen la capacidad y lo peor ¡las personas no cumplen con las medidas de prevención!
En medio de noticias trágicas y fatídicas, que hasta al más optimista le bajan la moral; escucho una canción: “Sonriente pasito a paso, mandilito blanco te vi llegar… la plaza, la fuente y las rosas en flor fueron los testigos de nuestro amor”. Se me hizo un nudo en la garganta, la nostalgia y los bellos recuerdos de mi vida en Tarija me abrazaron completamente.
Tenía 17 años, sonaba el timbre, salía del Liceo Tarija e iniciaban las largas conversaciones con mis amigas, mientras caminábamos por las calles de mi chura Tarija, sin prisas, sin miedos, sin amenazas y sin cuarentenas. Solo se trataba de conversar, reir y admirar la plaza, la fuente y las rosas en flor, algo maravilloso e inolvidable.
Cómo extraño esos días y mi rutina, el iniciar el día con el canto de los pajaritos y cumplir con cada uno de mis compromisos, como lo decimos en mi pago “sacándole el jugo al tiempo”, hasta que llega la noche y de cansancio se cierran mis ojos; como seguramente les pasa a muchas de las mujeres que son madres, esposas, hijas, amas de casa y profesionales. Y es que ser mujer es un duro trabajo que nunca termina, porque se trabaja fuera y dentro de la casa, sin descanso y sin quejas; pero de este tema hablaremos otro día.
Los seres humanos somos seres sociales, me enseñaban en la universidad y a eso se añade que soy Comunicadora, ¿se pueden imaginar lo difícil que es estar en cuarentena? Cuando en un día normal hago entrevistas, estoy en reuniones, siempre conversando con muchas personas, amigas y conocidas.
Es justo ahí cuando entendí y cobró valor la frase “Antes era mejor” y yo podría aumentar: “ERA FELIZ Y NO LO SABÍA”. Y es que para ser feliz no se necesita mucho, simplemente tener las ganas de disfrutar la vida y compartir nuestra felicidad con todas las personas que nos rodean, allí mismo, era mi tiempo feliz.
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