El populista y soberanista George Simion barre en la primera vuelta de Rumanía
Las elecciones fueron anuladas tras la victoria de Georgescu, acusado de pro-ruso. Ahora gana un candidato similar y que cuenta con su apoyo



Calificado de ultraderechista, trumpista, populista, ultranacionalista, soberanista antieuropeo, y finalmente y por resumir, antisistema, George Simion ganó la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Rumanía. El resultado parcial en favor de Simion es aún más alto de lo que se preveía (nunca se ha podido poner la mano en el fuego por los sondeos). Si los sondeos a pie de urna le daban entre el 30% y el 36%, el escrutinio del 80% de los votos le daba un 40,74%.
Este resultado puede garantizar en segunda vuelta la presidencia para Simion, de 38 años y candidato de la formación ultra Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR, en sus siglas, que también se puede leer como “oro”). El primero de sus dos directos competidores, el candidato oficialista Crin Antonescu, obtenía un 21,32%, y el segundo, Nicusor Dan, un 18,37%.
Antonescu y Dan son los dos candidatos que representaban lo contrario que Simion. Nicusor Dan, de 55 años, matemático, es un independiente y es el alcalde de Bucarest. El suyo responde a un voto propiamente urbano, lo que sobre el papel reducía sus posibilidades pero su candidatura tiene un precedente en la elección de Traian Basescu, el alcalde de la capital que saltó a la presidencia en el 2004 y la ejerció hasta el 2014.
Crin Antonescu representa a la gran coalición gobernante de socialdemócratas (PSD), liberales (PNL) y la minoría húngara (UDMR) y tiene dos problemas. De un lado, que solo ha tenido el respaldo de alrededor de la mitad de los votos de estos partidos; del otro, que su candidatura viene a concentrar precisamente la clase política que es abiertamente rechazada por los partidarios de George Simion... y del hombre que provocó esta situación de repetición de las elecciones, Calin Georgescu.
Hay que recordar que Georgescu, un hombre que pasó años de su vida en el extranjero (Austria, especialmente) y cuya profesión no ha acabado de estar clara, hizo una inesperada campaña electoral a través de la red social Tik Tok (que en Rumanía tiene nueve millones de usuarios, la mitad de la población, según señalaba la agencia Efe), ganando la primera vuelta de las presidenciales el 24 de noviembre del año pasado.
Los servicios de inteligencia y seguridad denunciaron que detrás de esta campaña estaba la mano del Kremlin y las elecciones fueron suspendidas por el Tribunal Constitucional dos días antes de la segunda vuelta, que estaba convocada para el 8 de diciembre. Naturalmente, hubo apelaciones por parte de algunos jueces y movilización popular en Bucarest y otras ciudades.
En uno de esos giros que se dan a veces en la política rumana, los socialdemócratas llegaron incluso a apoyar a George Simion, que también concurría como candidato.
Ahora, el inhabilitado Calin Georgescu (que incluso fue detenido) ha apoyado a Simion. En la campaña de este, ambos no aparecieron juntos, pero ayer sí lo hicieron al acudir al colegio electoral del candidato, dejando claro una vez más que defienden lo mismo, aunque no está muy claro qué es.
Simion, de hecho, se negó a participar en debates televisados. Se supone que aboga por “hacer Rumanía grande de nuevo”, como admirador de Trump que es. Licenciado en administración de empresas, tiene detrás un equipo caracterizado por constructores y empresarios inmobiliarios, es euroescéptico y soberanista al punto de reclamar territorios en la vecina Moldavia (es este un aspecto común en la extrema derecha rumana y húngara, por cierto, en el último caso respecto a Ucrania), y por supuesto es un tradicionalista.
Pero el aspecto más disonante de sus puntos de vista es el que más afecta a la posibilidad de que se alce con la presidencia en segunda vuelta. El presidente rumano tiene potestades en política exterior (como demostró, con su personalidad, Klaus Iohannis, que dimitió el pasado febrero, siendo relevado por el presidente del Senado...), y Simion se opone a continuar apoyando a Ucrania en la guerra con Rusia. Rumanía es miembro de la OTAN, pero además los puertos del Danubio han sido vitales para la exportación de cereal ucraniano, permitiendo eludir los ataques rusos.
Los resultados parciales de esta noche, sobre una participación del 52,3%, no recogen, sin embargo, el voto de la amplia diáspora rumana en Europa, que reunía a unos 700.000 electores que pudieron votar desde el pasado viernes. Si de momento, y de todos modos, todo esto supone una derrota del europeísmo, hay que recordar cómo en el pequeño país vecino, Moldavia, el voto del exterior fue capaz de darle en la segunda ronda, en noviembre del 2024, la vuelta a los resultados de la primera, en la que se constató una fuerte injerencia en la campaña en favor del candidato prorruso, Alexandru Stoianoglo. Maia Sandu pudo conservar la presidencia.