Una “movilidad urbana sostenible”, un sueño aún lejano en la ciudad de Tarija
Los profesionales que tomaron el mando de la secretaría de Movilidad Urbana del Gobierno Municipal de Tarija fueron varios desde la gestión 2015, año en que fue creada dicha Secretaría. Sin embargo, el gran reto siempre fue consolidar el reordenamiento de la ciudad, mejorar el servicio y la...



Los profesionales que tomaron el mando de la secretaría de Movilidad Urbana del Gobierno Municipal de Tarija fueron varios desde la gestión 2015, año en que fue creada dicha Secretaría. Sin embargo, el gran reto siempre fue consolidar el reordenamiento de la ciudad, mejorar el servicio y la calidad del transporte público o privado, entre otros.
Para encaminar a la ciudad de Tarija hacia una movilidad urbana sostenible, con una sociedad que logre satisfacer sus necesidades de acceso a diferentes áreas de actividad con total seguridad de manera compatible con la salud de los seres vivos y los ecosistemas, se trabajaron una serie de políticas públicas.
Sin embargo, el camino a una movilidad urbana sostenible es un proceso que puede tomar años e implica cambios en la rutina, hábitos y comportamientos en el ciudadano como también en las autoridades encargadas de brindar orden y seguridad, pero sobre todo implica mano dura en el cumplimiento de las políticas ya promulgadas.
Cantidad de micros bajó en un 50%
El transporte público juega un rol fundamental como principal integrante hacia una movilidad urbana sostenible, pero pocos son los cambios “para bien” que la propia población pudo constatar en el transcurso del tiempo en la ciudad de Tarija. En el caso de los micros diferentes elementos y factores provocaron que con los años, la cifra de personas que trabajaban en este sector baje a más de un 50 por ciento.
El parque automotor que ocupaban los micros en Cercado se encontraba hasta hace unos años en un número de 1.200 motorizados, actualmente este número bajó a 550 micros sumando los cuatro sindicatos que conforman a este sector del transporte.
Las causas principales de la reducción según el secretario General del Sindicato de Micros Luis de Fuentes, Antonio Mariño Ugarte, son diversas. Éstas van desde el mal estado de las calles en los barrios del municipio, hasta la competencia que implica la aparición y consolidación del transporte de minivans o Taxitrufis.
La consolidación del sector de taxitrufis, gremio que posee a la fecha entre 1.200 y 1.300 motorizados entre cuatro sindicatos, no solo generó la reducción de 650 micros, sino también un crecimiento elevado del parque automotor de minivans.
Falta “calidez” en el servicio
En base a un sondeo realizado a usuarios que utilizan el micro como principal herramienta de transporte, este servicio debe “mejorar” sus condiciones, tanto en la atención a los usuarios como en la mejora de los instrumentos de trabajo de este sector.
Faroles rotos, asientos dañados, doble escape para la emisión de gases, ausencia de guiñadores y otros aspectos, son algunas de las constantes quejas de los usuarios, pero también la “calidez” con la que los choferes tratan a la población es otra deficiencia señalada.
La ciudadana María René cuenta que una señora hizo parar el micro en el que ella se trasladaba, correspondiente a la línea “S”. Buscaba transportarse junto a una persona que se encontraba en silla de ruedas, sin embargo, el chofer al detenerse y observar a una niña en esas condiciones decidió no trasladar a ambas en su vehículo y arrancó.
“Creo que todos tenemos derecho al transporte, sin importar cómo seamos y más si son personas que necesitan ayuda, esto merece una sanción. Me dio mucha tristeza, reclamé al chofer y me respondió de mala gana ‘no, mira cómo esta, así no puede subir’. No hay empatía ni solidaridad”, destacó.
En otro caso la señora Claudia, vecina del barrio Los Chapacos, describió que en más de una oportunidad se topó con choferes que decidieron pasarse de largo cuando ella quiso tomar este transporte en la zona del Mercado Campesino, solo por encontrarse con su hija.
Esto debido a las tarifas actuales para el transporte en micros, que establecen que para los estudiantes de primaria el pasaje es de 0.50 bolivianos, mientras que una persona mayor debe cancelar Bs 1.80, lo que en horario diurno y nocturno aumenta a 2.00 bolivianos.
“Cuando estoy con mi hija o incluso ella en compañía de sus amigas, los micros se pasan de largo, es claro que esto se debe a que los estudiantes pagan menos y a ellos solo les interesa el pasaje más elevado que corresponde a los adultos”, suspiró.
Por otra parte, varios usuarios reclamaron cómo es que a los vehículos del transporte público, al no contar con todas las características y requisitos, les permiten la obtención de la inspección técnica que otorga el Comando Departamental de la Policía a través de la Dirección de Tránsito.
Por estos motivos, la población tiene una mayor inclinación por transportarse en taxitrufis, más aun, éste tiene sus limitaciones, pues estos vehículos no sirven para un transporte masivo. Al menos no es al “que se apunta” para una movilidad urbana sostenible, por lo que esto podría generar un caos vehicular según el secretario de Movilidad Urbana de la Alcaldía, Horacio Calizaya.
La batalla de los choferes de micros
Las personas “solo reclaman y critican”, pero el trabajo diario que debe realizar un chofer de micro es “duro” y con una serie de obstáculos. Así lo cuenta el secretario General del Sindicato de Micros Luis de Fuentes, Antonio Mariño, y esto lo dice no solo por la competencia que ahora significan los Taxi trufis sino también por la falta de atención de la población y las autoridades.
“Nosotros reclamamos y reclamamos, pero no pasa de eso. La verdad es doloroso porque la vez que vamos a reuniones la gente nos ataca, pero tampoco se ponen un poquito en nuestro lugar, después de tantos años de sacrificio, de trabajo para el usuario y la población, prácticamente nos quieren eliminar del servicio”, señaló.
Una de las falencias para el sector de micros se concentra en la ausencia de controles y falta de coordinación entre las autoridades municipales y de tránsito, más aún cuando “no hay tiempo” para atender a este sector.
“Tránsito sale a realizar operativos junto con Movilidad Urbana, pero eso cuando hay tiempo porque a veces también están en reuniones y cursos. Anteriormente llegaba el ex presidente del Estado (Evo Morales) y todos los oficiales estaban ocupados dando seguridad y el servicio, nosotros quedábamos en el olvido con nuestros problemas; ahora ya no hay eso, pero falta coordinación entre estas dos instituciones”, comentó.
La falta de capacitaciones y cursos para los choferes de micros es otro de los muchos elementos que se deben trabajar; Mariño, recuerda la que última vez que formó parte de un taller o capacitación fue al menos hace unos dos años atrás.
“Pero hay otros temas, por ejemplo el trabajar en el Mercado Campesino, personalmente ya no me gusta trabajar ahí con mi micro. Se gasta gasolina y tiempo, nosotros andamos cronometrados por los tiempos y si no cumplimos nos castigan, esta zona es lo peor, los vendedores ocupan hasta las calzadas, las ocupan hasta con piedras”, dijo.
Sobre las quejas referidas a los “malos choferes”, el dirigente pidió a la población que tenga algún reclamo, tomar una fotografía o anotar el número de placa del motorizado y se aplicarán las sanciones que correspondan contra el conductor. Los castigos pueden escalar hasta el retiro del chofer en el servicio de transporte con un micro.
Un estudio que no se implementó
Empero, todo es una cadena para lograr una movilidad urbana sostenible; el transporte público debe mejorar, como también la cultura ciudadana, el cumplimiento de políticas públicas, entre otros.
Así lo explica el profesional en arquitectura, activista y especialista en temáticas de urbanismo, Josip Bacotich, quien señala que pese a que en noviembre del 2018, el Banco de Desarrollo para América Latina (CAF) presentó un “Plan de Acción de Seguridad Vial para Tarija” -con el fin de reducir el número de heridos y fallecidos a causa de siniestros viales en la ciudad- éste no pudo implementarse por falta de recursos económicos.
“No se puso en marcha porque no se consiguió el financiamiento para que el plan salga adelante; respecto a movilidad urbana con el Municipio, pienso que varias de las intervenciones más o menos de urbanismo táctico que ejecutaron, tienen y van a tener buenos resultados. Existen puntos conflictivos en los que se pintaron las calles, se colocaron divisores, una especie de urbanismo táctico, pero puesto al servicio de la ciudad”, señaló.
Sin embargo, esto debe ser complementado con dos acciones, la primera conseguir un transporte público-privado masivo que aminore la cantidad de vehículos y así se reduzca el parque automotor y la segunda generar un plan de educación ciudadana.
Una de las opciones para fortalecer este último punto de acuerdo con el profesional, se concentra en la modificación del sistema educativo en el país. El objetivo es que los seres humanos, desde pequeños, aprendan sobre las normativas de tránsito, residuos, medio ambiente, cambio climático, entre otros.
“Si es así los chicos escucharán desde pequeños todo sobre educación ciudadana, inclusive sobre el respeto a las leyes, al momento que tengamos graduados contaremos con personas con 12 años de educación en este aspecto, que van a salir a cumplir con las normas, que cuando les digan que existirá un transporte masivo, en vez de salir a las calles y bloquearlas, estarán tranquilo y votarán en un referéndum para que sí exista este transporte”, detalló.
Avances, logros y trabajo que aún falta en Tarija
En el año 2019, el alcalde de Tarija, Rodrigo Paz, posesionó como secretario de Movilidad Urbana al profesional en ingeniería civil Horacio Calizaya, quien fue “criticado” por su edad.
Con un post grado en Movilidad Urbana Sostenible, el funcionario relata que con el tiempo pudo adquirir conocimientos para generar cambios en la ciudad.
Uno de los “logros” en dicha secretaría, es la “democratización” en el acceso al transporte, sobre todo por el constante crecimiento de la ciudad.
“La gente tenía que pagar taxi para salir de estos lugares esto afectaba a su bolsillo, pero también a su estilo de vida. Se hicieron ampliaciones en los recorridos de las líneas para que lleguen a barrios como El Trigal, Laureles, donde no se tenía el servicio de transporte”, dice.
Algunos sectores que se consolidaron en la ciudad, como el de taxitrufis funcionaban “sin ley”, con rutas legítimas pero “ilegales” y sin seguridad para el usuario.
Este sector, el “preferido” por la población, aún tiene falencias, como los ladrillos improvisados u otros objetos a fin de tener más espacios para más usuarios; sin embargo, Calizaya confirma que se trabaja con este sector.
Esta investigación fue realizada en el marco del Fondo de Apoyo Periodístico “La Paz y Tarija a través de nuevas miradas” que impulsa la Fundación Para el Periodismo y el Observatorio La Paz “Cómo Vamos” con el apoyo de ONU Hábitat.
Para encaminar a la ciudad de Tarija hacia una movilidad urbana sostenible, con una sociedad que logre satisfacer sus necesidades de acceso a diferentes áreas de actividad con total seguridad de manera compatible con la salud de los seres vivos y los ecosistemas, se trabajaron una serie de políticas públicas.
Sin embargo, el camino a una movilidad urbana sostenible es un proceso que puede tomar años e implica cambios en la rutina, hábitos y comportamientos en el ciudadano como también en las autoridades encargadas de brindar orden y seguridad, pero sobre todo implica mano dura en el cumplimiento de las políticas ya promulgadas.
Cantidad de micros bajó en un 50%
El transporte público juega un rol fundamental como principal integrante hacia una movilidad urbana sostenible, pero pocos son los cambios “para bien” que la propia población pudo constatar en el transcurso del tiempo en la ciudad de Tarija. En el caso de los micros diferentes elementos y factores provocaron que con los años, la cifra de personas que trabajaban en este sector baje a más de un 50 por ciento.
El parque automotor que ocupaban los micros en Cercado se encontraba hasta hace unos años en un número de 1.200 motorizados, actualmente este número bajó a 550 micros sumando los cuatro sindicatos que conforman a este sector del transporte.
Las causas principales de la reducción según el secretario General del Sindicato de Micros Luis de Fuentes, Antonio Mariño Ugarte, son diversas. Éstas van desde el mal estado de las calles en los barrios del municipio, hasta la competencia que implica la aparición y consolidación del transporte de minivans o Taxitrufis.
La consolidación del sector de taxitrufis, gremio que posee a la fecha entre 1.200 y 1.300 motorizados entre cuatro sindicatos, no solo generó la reducción de 650 micros, sino también un crecimiento elevado del parque automotor de minivans.
Falta “calidez” en el servicio
En base a un sondeo realizado a usuarios que utilizan el micro como principal herramienta de transporte, este servicio debe “mejorar” sus condiciones, tanto en la atención a los usuarios como en la mejora de los instrumentos de trabajo de este sector.
Faroles rotos, asientos dañados, doble escape para la emisión de gases, ausencia de guiñadores y otros aspectos, son algunas de las constantes quejas de los usuarios, pero también la “calidez” con la que los choferes tratan a la población es otra deficiencia señalada.
La ciudadana María René cuenta que una señora hizo parar el micro en el que ella se trasladaba, correspondiente a la línea “S”. Buscaba transportarse junto a una persona que se encontraba en silla de ruedas, sin embargo, el chofer al detenerse y observar a una niña en esas condiciones decidió no trasladar a ambas en su vehículo y arrancó.
“Creo que todos tenemos derecho al transporte, sin importar cómo seamos y más si son personas que necesitan ayuda, esto merece una sanción. Me dio mucha tristeza, reclamé al chofer y me respondió de mala gana ‘no, mira cómo esta, así no puede subir’. No hay empatía ni solidaridad”, destacó.
En otro caso la señora Claudia, vecina del barrio Los Chapacos, describió que en más de una oportunidad se topó con choferes que decidieron pasarse de largo cuando ella quiso tomar este transporte en la zona del Mercado Campesino, solo por encontrarse con su hija.
Esto debido a las tarifas actuales para el transporte en micros, que establecen que para los estudiantes de primaria el pasaje es de 0.50 bolivianos, mientras que una persona mayor debe cancelar Bs 1.80, lo que en horario diurno y nocturno aumenta a 2.00 bolivianos.
“Cuando estoy con mi hija o incluso ella en compañía de sus amigas, los micros se pasan de largo, es claro que esto se debe a que los estudiantes pagan menos y a ellos solo les interesa el pasaje más elevado que corresponde a los adultos”, suspiró.
Por otra parte, varios usuarios reclamaron cómo es que a los vehículos del transporte público, al no contar con todas las características y requisitos, les permiten la obtención de la inspección técnica que otorga el Comando Departamental de la Policía a través de la Dirección de Tránsito.
Por estos motivos, la población tiene una mayor inclinación por transportarse en taxitrufis, más aun, éste tiene sus limitaciones, pues estos vehículos no sirven para un transporte masivo. Al menos no es al “que se apunta” para una movilidad urbana sostenible, por lo que esto podría generar un caos vehicular según el secretario de Movilidad Urbana de la Alcaldía, Horacio Calizaya.
La batalla de los choferes de micros
Las personas “solo reclaman y critican”, pero el trabajo diario que debe realizar un chofer de micro es “duro” y con una serie de obstáculos. Así lo cuenta el secretario General del Sindicato de Micros Luis de Fuentes, Antonio Mariño, y esto lo dice no solo por la competencia que ahora significan los Taxi trufis sino también por la falta de atención de la población y las autoridades.
“Nosotros reclamamos y reclamamos, pero no pasa de eso. La verdad es doloroso porque la vez que vamos a reuniones la gente nos ataca, pero tampoco se ponen un poquito en nuestro lugar, después de tantos años de sacrificio, de trabajo para el usuario y la población, prácticamente nos quieren eliminar del servicio”, señaló.
Una de las falencias para el sector de micros se concentra en la ausencia de controles y falta de coordinación entre las autoridades municipales y de tránsito, más aún cuando “no hay tiempo” para atender a este sector.
“Tránsito sale a realizar operativos junto con Movilidad Urbana, pero eso cuando hay tiempo porque a veces también están en reuniones y cursos. Anteriormente llegaba el ex presidente del Estado (Evo Morales) y todos los oficiales estaban ocupados dando seguridad y el servicio, nosotros quedábamos en el olvido con nuestros problemas; ahora ya no hay eso, pero falta coordinación entre estas dos instituciones”, comentó.
La falta de capacitaciones y cursos para los choferes de micros es otro de los muchos elementos que se deben trabajar; Mariño, recuerda la que última vez que formó parte de un taller o capacitación fue al menos hace unos dos años atrás.
“Pero hay otros temas, por ejemplo el trabajar en el Mercado Campesino, personalmente ya no me gusta trabajar ahí con mi micro. Se gasta gasolina y tiempo, nosotros andamos cronometrados por los tiempos y si no cumplimos nos castigan, esta zona es lo peor, los vendedores ocupan hasta las calzadas, las ocupan hasta con piedras”, dijo.
Sobre las quejas referidas a los “malos choferes”, el dirigente pidió a la población que tenga algún reclamo, tomar una fotografía o anotar el número de placa del motorizado y se aplicarán las sanciones que correspondan contra el conductor. Los castigos pueden escalar hasta el retiro del chofer en el servicio de transporte con un micro.
Un estudio que no se implementó
Empero, todo es una cadena para lograr una movilidad urbana sostenible; el transporte público debe mejorar, como también la cultura ciudadana, el cumplimiento de políticas públicas, entre otros.
Así lo explica el profesional en arquitectura, activista y especialista en temáticas de urbanismo, Josip Bacotich, quien señala que pese a que en noviembre del 2018, el Banco de Desarrollo para América Latina (CAF) presentó un “Plan de Acción de Seguridad Vial para Tarija” -con el fin de reducir el número de heridos y fallecidos a causa de siniestros viales en la ciudad- éste no pudo implementarse por falta de recursos económicos.
“No se puso en marcha porque no se consiguió el financiamiento para que el plan salga adelante; respecto a movilidad urbana con el Municipio, pienso que varias de las intervenciones más o menos de urbanismo táctico que ejecutaron, tienen y van a tener buenos resultados. Existen puntos conflictivos en los que se pintaron las calles, se colocaron divisores, una especie de urbanismo táctico, pero puesto al servicio de la ciudad”, señaló.
Sin embargo, esto debe ser complementado con dos acciones, la primera conseguir un transporte público-privado masivo que aminore la cantidad de vehículos y así se reduzca el parque automotor y la segunda generar un plan de educación ciudadana.
Una de las opciones para fortalecer este último punto de acuerdo con el profesional, se concentra en la modificación del sistema educativo en el país. El objetivo es que los seres humanos, desde pequeños, aprendan sobre las normativas de tránsito, residuos, medio ambiente, cambio climático, entre otros.
“Si es así los chicos escucharán desde pequeños todo sobre educación ciudadana, inclusive sobre el respeto a las leyes, al momento que tengamos graduados contaremos con personas con 12 años de educación en este aspecto, que van a salir a cumplir con las normas, que cuando les digan que existirá un transporte masivo, en vez de salir a las calles y bloquearlas, estarán tranquilo y votarán en un referéndum para que sí exista este transporte”, detalló.
Avances, logros y trabajo que aún falta en Tarija
En el año 2019, el alcalde de Tarija, Rodrigo Paz, posesionó como secretario de Movilidad Urbana al profesional en ingeniería civil Horacio Calizaya, quien fue “criticado” por su edad.
Con un post grado en Movilidad Urbana Sostenible, el funcionario relata que con el tiempo pudo adquirir conocimientos para generar cambios en la ciudad.
Uno de los “logros” en dicha secretaría, es la “democratización” en el acceso al transporte, sobre todo por el constante crecimiento de la ciudad.
“La gente tenía que pagar taxi para salir de estos lugares esto afectaba a su bolsillo, pero también a su estilo de vida. Se hicieron ampliaciones en los recorridos de las líneas para que lleguen a barrios como El Trigal, Laureles, donde no se tenía el servicio de transporte”, dice.
Algunos sectores que se consolidaron en la ciudad, como el de taxitrufis funcionaban “sin ley”, con rutas legítimas pero “ilegales” y sin seguridad para el usuario.
Este sector, el “preferido” por la población, aún tiene falencias, como los ladrillos improvisados u otros objetos a fin de tener más espacios para más usuarios; sin embargo, Calizaya confirma que se trabaja con este sector.
Esta investigación fue realizada en el marco del Fondo de Apoyo Periodístico “La Paz y Tarija a través de nuevas miradas” que impulsa la Fundación Para el Periodismo y el Observatorio La Paz “Cómo Vamos” con el apoyo de ONU Hábitat.