Abrahamcito, el guerrero y vencedor del síndrome de Wiskott-Aldrich
A Abrahamcito, como le dicen de cariño, lo desahuciaron en Bolivia, pues a este niño tarijeño le tocó ser ese uno de un de millón que nace con el síndrome de Wiskott-Aldrich, una enfermedad que afecta a la parte inmunológica. Más aún, sus padres nunca se dieron por vencidos, así se...



A Abrahamcito, como le dicen de cariño, lo desahuciaron en Bolivia, pues a este niño tarijeño le tocó ser ese uno de un de millón que nace con el síndrome de Wiskott-Aldrich, una enfermedad que afecta a la parte inmunológica. Más aún, sus padres nunca se dieron por vencidos, así se fueron a Europa con la fe puesta en Dios. En ese continente está uno de los pocos hospitales especializados en el mundo que trata a niños con enfermedades raras.
Hablamos del Hospital San Raffaele de Milán-Italia, el cual pidió 120 mil dólares para el tratamiento, equivalente a unos 90 mil euros. Raquel, su madre, nunca en su vida imaginó conseguir ese monto de dinero, pero con muchísimo esfuerzo y gracias a la ayuda del canal Plustlt logró conseguir lo necesario para comenzar el sueño de salvar a su hijo.
Para conseguir algo de efectivo se deshizo de todo lo que había logrado con el sudor de su frente junto a su esposo en más de 30 años de trabajo, más aún, no fue suficiente. Así, apelaron a la solidaridad de la población y, en total, gracias a las campañas realizadas por PlusTlt lograron recaudar 30 mil dólares.
PlusTlt de manera inédita logró recaudar la suma de 30 mil dólares para ayudar a Abrahamcito, sin este monto el sueño de salvarlo hubiera sido imposible
La historia de Abrahamcito comienza a los cuatro meses de edad, cuando el genetista Álvaro Peñaloza le diagnosticó esa enfermedad de manera clínica en Tarija. Desde ese entonces, saltaron de hospital en hospital en Bolivia y Argentina, hasta que el niño cumplió los dos años, momento en el que sus padres decidieron llevarlo a Italia, aún sin dinero.
La decisión no fue fácil, por un lado estaba Abraham de quien cada vez se complicaba más su salud, y por el otro estaban su hermano de un año de edad y su hermana de 11 años a quienes dejaron de ver desde septiembre de 2018 hasta diciembre de 2019, debido a los constantes viajes.
Sin dinero y sin hablar el idioma, Raquel cuenta que mediante traductores fueron sinceros con los médicos, le dijeron que no tenían el monto que les habían pedido, pero que querían salvar a su hijo. De esta manera, la Fundación Teletón apareció en el momento clave, pues fueron los que se encargaron de buscar auspiciadores para que Abraham reciba el tratamiento.
Lo primero que hizo el equipo médico del doctor Ayuti, a quien Raquel lo ve como enviado por Dios, fue quitar todas las bacterias que tenía el niño en el cuerpo, poseía el pulmón infectado como también la garganta. Sus plaquetas estaban bajas y tenía constantes sangrados.
La operación estaba programada para marzo del 2019, pero como el niño no podía resistir más, la adelantaron para enero del mismo año. “Si ahora no suministramos la terapia génica, Abraham se nos va, hay que hacerlo rápido”, fueron las palabras del médico Ayuti en los pasillos de aquel hospital.
La intervención consistió en sacarle la sangre y modificarla en aparatos especializados. Durante ese tiempo, el niño no podía estar en contacto con varias personas, solo bajo el cuidado de su madre o su padre, pues estaba propenso a cualquier infección.
Cuenta Raquel que un 25 de enero llegaron los médicos y le dijeron que era el momento en el que su hijo tenía que volver a recibir sangre modificada, pero había que esperar que el cuerpo no la rechace. Esa noche se fue al hotel y no pudo dormir, pues, los galenos le dijeron que debía estar preparada para cualquier cosa.
Las horas transcurrieron y entonces llegó el momento en el que empezaron a introducir la sangre, fue entonces cuando Abraham también empezó a desvanecerse, algo que no tenía que pasar. Los nervios y un sinfín de pensamientos invadieron la cabeza de la madre, mientras los médicos le pedían que haga despertar a su hijo.
Así tomaron la iniciativa de pellizcarlo y de hablarle por su nombre, pero nada. Había que pensar en algo diferente, hasta que en un momento empezó a sonar la canción del Tren Tomas. “Trenino, trenino, trenino- le dijimos en italiano-”, así recuerda Raquel. Ese momento fue cuando Abraham reaccionó y permaneció despierto toda la intervención, misma que duró unas dos horas aproximadamente.
Desde ese instante los médicos estuvieron pendientes las 24 horas siguiendo la evolución del niño, cada cinco minutos le tomaban la presión y los latidos del corazón. Así estuvieron por unos tres días, bajo la misma rutina. Sin embargo, nada había acabado, se debía esperar.
Posteriormente, el niño fue internado en una especie de cámara blindada. Para abrir las puertas Raquel tenía que colocar sus manos sobre ese objeto, de manera que reconozca las huellas dactilares. Solo podía salir de la sala de donde estaba su hijo a traer juguetes esterilizados que estaban en otro ambiente. Abraham estaba bajo cuidados médicos estrictos, eso le significó a la madre no ver la luz del día durante siete meses.
Hoy sentada en el borde de su cama de dos plazas, en un cuarto que alquiló al final de la calle Salamanca del barrio San Bernardo, mira a su hijo Abrahamcito y no puede disimular la felicidad que tiene al verlo sano. Recuerda que, a días de retornar de Italia a Tarija, su hijo tenía 90 mil plaquetas de sangre y revela que cuando fue a ese país, apenas llegaba a las 20 mil como máximo, y en ocasiones bajaba a 7 mil.
“La etapa más difícil ya pasó, pero los cuidados deben continuar por seis meses más”, dice y agrega que su hijo no puede tener contacto con varios niños, con el polvo ni con mascotas. Tiene una crema especial para salir al sol, otra para después de bañarlo y un jarabe para casos de resfrío.
Este mes debe regresar a Italia para su control, será la ocasión donde los especialistas analizarán si Abraham se desarrollará normalmente, debido a que uno de los riesgos es que no pueda crecer. Si eso sucede se le dará medicamentos. Los médicos de ese país le harán seguimiento hasta que sea adulto.
Raquel vuelve a mirar a su hijo y dice que todo fue un milagro, mientras el niño juega en la cama con un rompe cabezas y una Tablet, en la que reproduce la canción del Tren Tomas, la misma que le ayudó a mantenerse despierto y sujeto a esta vida.
Las campañas
Cuando los padres supieron del monto de dinero que necesitaban se desmoronaron, pues en su vida escucharon hablar de semejante cifra. Más aún, el apoyo del canal PlusTlt fue clave en este cometido, pues como nunca en la historia de Tarija, el medio logró tocar el corazón de la población y fue así que se llegó a consumar la suma de 30 mil dólares.
Se trató de una campaña inédita, pues en la historia de Tarija jamás un medio de comunicación había logrado recaudar tal monto para un fin solidario, y esta vez se hizo realidad. Y lo mejor fue que era para ayudar al pequeño Abrahamcito.
La situación del niño Abraham
Doña Raquel
“Yo como madre lo tengo a Abraham, me lo desahuciaron en Bolivia, pero me lo salvaron en Europa. Está sonriendo feliz a mi lado y nadie lo puede creer, es un milagro. La gente nos decía que no lo íbamos a lograr, pero nunca nos dimos por vencidos y lo logramos. No escuchen a esa gente negativa, hay que escuchar el corazón de padres”.
Los hermanitos
Abraham junto a su hermano Salvador que tiene dos años de edad. Él nació en Buenos Aires Argentina, mientras sus padres buscaban oportunidades de salvación para su hijo que padecía del síndrome de Wiskott-Aldrich, una enfermedad que afecta a la parte inmunológica de las personas.
Álvaro Peñaloza
“A partir de los cuatro meses Abraham empezó con sangrados por la nariz y diarreas sanguinolentas, debido a que el nivel de plaquetas era muy bajo. Todos estos síntomas son característicos de esa patología. El parámetro de plaquetas en una persona está entre 300.000 y 450.000, pero lo máximo que tuvo el niño fue 40.000”.
Hablamos del Hospital San Raffaele de Milán-Italia, el cual pidió 120 mil dólares para el tratamiento, equivalente a unos 90 mil euros. Raquel, su madre, nunca en su vida imaginó conseguir ese monto de dinero, pero con muchísimo esfuerzo y gracias a la ayuda del canal Plustlt logró conseguir lo necesario para comenzar el sueño de salvar a su hijo.
Para conseguir algo de efectivo se deshizo de todo lo que había logrado con el sudor de su frente junto a su esposo en más de 30 años de trabajo, más aún, no fue suficiente. Así, apelaron a la solidaridad de la población y, en total, gracias a las campañas realizadas por PlusTlt lograron recaudar 30 mil dólares.
PlusTlt de manera inédita logró recaudar la suma de 30 mil dólares para ayudar a Abrahamcito, sin este monto el sueño de salvarlo hubiera sido imposible
La historia de Abrahamcito comienza a los cuatro meses de edad, cuando el genetista Álvaro Peñaloza le diagnosticó esa enfermedad de manera clínica en Tarija. Desde ese entonces, saltaron de hospital en hospital en Bolivia y Argentina, hasta que el niño cumplió los dos años, momento en el que sus padres decidieron llevarlo a Italia, aún sin dinero.
La decisión no fue fácil, por un lado estaba Abraham de quien cada vez se complicaba más su salud, y por el otro estaban su hermano de un año de edad y su hermana de 11 años a quienes dejaron de ver desde septiembre de 2018 hasta diciembre de 2019, debido a los constantes viajes.
Sin dinero y sin hablar el idioma, Raquel cuenta que mediante traductores fueron sinceros con los médicos, le dijeron que no tenían el monto que les habían pedido, pero que querían salvar a su hijo. De esta manera, la Fundación Teletón apareció en el momento clave, pues fueron los que se encargaron de buscar auspiciadores para que Abraham reciba el tratamiento.
Lo primero que hizo el equipo médico del doctor Ayuti, a quien Raquel lo ve como enviado por Dios, fue quitar todas las bacterias que tenía el niño en el cuerpo, poseía el pulmón infectado como también la garganta. Sus plaquetas estaban bajas y tenía constantes sangrados.
La operación estaba programada para marzo del 2019, pero como el niño no podía resistir más, la adelantaron para enero del mismo año. “Si ahora no suministramos la terapia génica, Abraham se nos va, hay que hacerlo rápido”, fueron las palabras del médico Ayuti en los pasillos de aquel hospital.
La intervención consistió en sacarle la sangre y modificarla en aparatos especializados. Durante ese tiempo, el niño no podía estar en contacto con varias personas, solo bajo el cuidado de su madre o su padre, pues estaba propenso a cualquier infección.
Cuenta Raquel que un 25 de enero llegaron los médicos y le dijeron que era el momento en el que su hijo tenía que volver a recibir sangre modificada, pero había que esperar que el cuerpo no la rechace. Esa noche se fue al hotel y no pudo dormir, pues, los galenos le dijeron que debía estar preparada para cualquier cosa.
Las horas transcurrieron y entonces llegó el momento en el que empezaron a introducir la sangre, fue entonces cuando Abraham también empezó a desvanecerse, algo que no tenía que pasar. Los nervios y un sinfín de pensamientos invadieron la cabeza de la madre, mientras los médicos le pedían que haga despertar a su hijo.
Así tomaron la iniciativa de pellizcarlo y de hablarle por su nombre, pero nada. Había que pensar en algo diferente, hasta que en un momento empezó a sonar la canción del Tren Tomas. “Trenino, trenino, trenino- le dijimos en italiano-”, así recuerda Raquel. Ese momento fue cuando Abraham reaccionó y permaneció despierto toda la intervención, misma que duró unas dos horas aproximadamente.
Desde ese instante los médicos estuvieron pendientes las 24 horas siguiendo la evolución del niño, cada cinco minutos le tomaban la presión y los latidos del corazón. Así estuvieron por unos tres días, bajo la misma rutina. Sin embargo, nada había acabado, se debía esperar.
Posteriormente, el niño fue internado en una especie de cámara blindada. Para abrir las puertas Raquel tenía que colocar sus manos sobre ese objeto, de manera que reconozca las huellas dactilares. Solo podía salir de la sala de donde estaba su hijo a traer juguetes esterilizados que estaban en otro ambiente. Abraham estaba bajo cuidados médicos estrictos, eso le significó a la madre no ver la luz del día durante siete meses.
Hoy sentada en el borde de su cama de dos plazas, en un cuarto que alquiló al final de la calle Salamanca del barrio San Bernardo, mira a su hijo Abrahamcito y no puede disimular la felicidad que tiene al verlo sano. Recuerda que, a días de retornar de Italia a Tarija, su hijo tenía 90 mil plaquetas de sangre y revela que cuando fue a ese país, apenas llegaba a las 20 mil como máximo, y en ocasiones bajaba a 7 mil.
“La etapa más difícil ya pasó, pero los cuidados deben continuar por seis meses más”, dice y agrega que su hijo no puede tener contacto con varios niños, con el polvo ni con mascotas. Tiene una crema especial para salir al sol, otra para después de bañarlo y un jarabe para casos de resfrío.
Este mes debe regresar a Italia para su control, será la ocasión donde los especialistas analizarán si Abraham se desarrollará normalmente, debido a que uno de los riesgos es que no pueda crecer. Si eso sucede se le dará medicamentos. Los médicos de ese país le harán seguimiento hasta que sea adulto.
Raquel vuelve a mirar a su hijo y dice que todo fue un milagro, mientras el niño juega en la cama con un rompe cabezas y una Tablet, en la que reproduce la canción del Tren Tomas, la misma que le ayudó a mantenerse despierto y sujeto a esta vida.
Las campañas
Cuando los padres supieron del monto de dinero que necesitaban se desmoronaron, pues en su vida escucharon hablar de semejante cifra. Más aún, el apoyo del canal PlusTlt fue clave en este cometido, pues como nunca en la historia de Tarija, el medio logró tocar el corazón de la población y fue así que se llegó a consumar la suma de 30 mil dólares.
Se trató de una campaña inédita, pues en la historia de Tarija jamás un medio de comunicación había logrado recaudar tal monto para un fin solidario, y esta vez se hizo realidad. Y lo mejor fue que era para ayudar al pequeño Abrahamcito.
La situación del niño Abraham
Doña Raquel
“Yo como madre lo tengo a Abraham, me lo desahuciaron en Bolivia, pero me lo salvaron en Europa. Está sonriendo feliz a mi lado y nadie lo puede creer, es un milagro. La gente nos decía que no lo íbamos a lograr, pero nunca nos dimos por vencidos y lo logramos. No escuchen a esa gente negativa, hay que escuchar el corazón de padres”.
Los hermanitos
Abraham junto a su hermano Salvador que tiene dos años de edad. Él nació en Buenos Aires Argentina, mientras sus padres buscaban oportunidades de salvación para su hijo que padecía del síndrome de Wiskott-Aldrich, una enfermedad que afecta a la parte inmunológica de las personas.
Álvaro Peñaloza
“A partir de los cuatro meses Abraham empezó con sangrados por la nariz y diarreas sanguinolentas, debido a que el nivel de plaquetas era muy bajo. Todos estos síntomas son característicos de esa patología. El parámetro de plaquetas en una persona está entre 300.000 y 450.000, pero lo máximo que tuvo el niño fue 40.000”.