La escuela: Los diez errores de buscar que mi hijo sea un Einstein
Los padres a menudo cometemos muchos errores a la hora de iniciar a nuestros hijos en la escuela, esperamos tanto de ellos que se nos olvidan factores importantes y en vez de ayudarlos los perjudicamos. Esto a menudo impacta en su autoestima y autonomía, tanto que con el tiempo esto se convierte...



Los padres a menudo cometemos muchos errores a la hora de iniciar a nuestros hijos en la escuela, esperamos tanto de ellos que se nos olvidan factores importantes y en vez de ayudarlos los perjudicamos. Esto a menudo impacta en su autoestima y autonomía, tanto que con el tiempo esto se convierte en algo irremediable.
Esta semana en toda Bolivia comenzaron las clases, muchos niños vivieron la experiencia de su primer día de escuela, algunos con emoción y otros con llanto, en fin, pero ya están encarrilados en algo tan importante como es su formación educativa.
Según aseguran los expertos consultados entre los 4 y 6 años de vida se va formando la autoestima del niño por lo que los padres tenemos que tener en claro que las exageraciones en muchas ocasiones pueden ser dañinas.
En estos últimos días se vio a cientos de progenitores haciendo filas en librerías y tiendas de ropa escolar, y es que siempre “queremos lo mejor para nuestros hijos”, así invertimos grandes cantidades de dinero, unido a las emociones que depositamos en que se cumplan nuestros “sueños”.
Pero ¿qué pasa cuando los padres no reciben lo que esperan? Sin duda se sienten desorientados y no reconocen que cometieron varios errores desde el primer día.
De acuerdo a la psicóloga consultada por El País Margot Fuentes, la sobreprotección, la falta de límites, la negatividad y los malos ejemplos influyen de manera negativa en la personalidad y educación de los menores.
Más aún asegura que la desorientación de los padres se concentra en temas como: Ayudarle o no con las tareas, corregir los deberes antes de que éstos sean entregados a la maestra, premiar o no las buenas notas, inscribirlos a dos o más actividades extraescolares o buscar profesores particulares para mejorar su rendimiento.
A continuación les presentamos recomendaciones de expertos sobre los errores más comunes que cometemos como padres. La psicóloga Margot Fuentes y la experta Mayte Rius, quien escribió un artículo sobre el tema, resumen las falencias de los padres en lo siguiente:
1. Adoptar el rol de maestros. A menudo la mayoría de los padres ayudan a sus hijos con las tareas, se las hacen y estudian con ellos. Los expertos aseguran que el querer ser buenos padres y maestros a la vez complica la falta de tiempo, y los niños se vuelven dependientes de los padres para estudiar. Para los expertos el papel de los padres es de auditores, que controlen que el deber esté hecho con pulcritud y de acompañantes de la educación escolar, reforzándola desde lo cotidiano.
Según el pedagogo Joan Domènech compete a los padres compartir con sus hijos situaciones cotidianas en que las operaciones matemáticas deban utilizarse, como ir a la compra, hacer cálculos aproximativos de si tienen bastante dinero para comprar algún artículo, etcétera".
2. Querer Einsteins. Sin duda aquí está uno de los peores errores, pues a menudo los padres sobreestimulamos a nuestros niños desde bebés para que desarrollen rápidamente sus capacidades, pero esto según Fuentes provoca una sobreestimulación que lejos de lograr una evolución cognitiva más rápida y talentos por encima de lo normal, suele tener efectos contraproducentes.
Esto se traduce en forma de problemas de atención, de falta de concentración y de hiperactividad. Las altas aspiraciones de los padres pueden provocar baja autoestima en los hijos al no poder alcanzar lo que esperan.
3. Focalizar todo en los estudios. Eso de que importe solo las notas sucede a muchos, de esta manera los padres ocupan la mayoría del tiempo de los niños en tareas y actividades escolares. Así se olvidan de actividades lúdicas, culturales e incluso planes familiares. Esto según Fuentes frena su desarrollo social y familiar.
4. Premiar las notas. Cuando nuestra hija o hijo da un buen examen le compramos algo, y aunque el niño se pone feliz, para los expertos esto es contraproducente. Pues los niños no deberían utilizar estímulos externos para disfrutar del aprendizaje. Según Rius los educadores consideran que las buenas notas se han de elogiar, aplaudir e incluso celebrar, pero nunca comprar, porque se convierte al niño en esclavo del estímulo material y, si a pesar de la recompensa prometida no triunfa, su sensación de fracaso y su malestar es mayor.
5. Disfrazar la falta de esfuerzo de trastorno. Otra conducta recurrente y negativa entre los progenitores es, según los expertos, buscar siempre trastornos neurológicos detrás de los fracasos escolares de sus hijos. De acuerdo a Fuentes el fracaso escolar en la mayoría de los casos no se concentra en un trastorno sino en una simple flojera o falta de autonomía. A la larga, de acuerdo a Rius, estos niños son incapaces de arrinconar su habitación, prepararse el desayuno, entre otros.
6. No respetar la línea de la escuela. Algunos padres, movidos por la impaciencia, intentan enseñar a sus hijos a leer o a calcular por sus propios métodos, o les ponen tareas de refuerzo en casa, sin tener en cuenta que quizá están interfiriendo en el ritmo o el método pedagógico que sigue la escuela. Esto lo único que provoca es una sobrecarga y cansancio al estudiante.
8. Proyectarse en los hijos. Éste es un error de siempre, pues a pesar de que la escuela va cambiando y con ella los tiempos, los padres buscan ser un modelo de éxito para sus hijos y exigen a éstos tengan el rendimiento que ellos tuvieron o lo superen. “A este error se suma el querer que nuestros hijos estudien lo que nosotros queremos”, explica Fuentes.
9. Cuestionar a los profesores. Éste es un punto imperdonable para los expertos, pues si es que cuestionamos a los maestros estamos desautorizando la autoridad educativa que nosotros mismos hemos elegido. “Esto ha puesto freno a los maestros, quienes no pueden aplicar la disciplina requerida, sin hablar de las leyes a veces difusas, cuya exageración socapa malas conductas”, dice Fuentes.
10. Hacer de Sherlock Holmes. Según Rius, nos andamos investigando los días de los exámenes, las actividades escolares, los expertos desaconsejan imponer un control absoluto sobre las tareas escolares, estar examinando al hijo constantemente sobre lo que ha leído o ha estudiado, y aseguran que es mejor un acompañamiento lejano, dejándole que sea autónomo.
11. Solventarles los problemas. A las ocho de la noche el niño se acuerda que debe entregar un trabajo impreso y no hay tinta entonces mandamos al abuelo por un cartucho. Esto no es positivo porque de esta manera estaremos justificando su desorganización, “es mejor que enfrente las consecuencias de su error y no vuelva a cometerlo”, detalla Rius.
12. Vincular las tareas a castigos. A menudo castigamos a nuestros hijos y por ello los mandamos a hacer las tareas, debe quedar en claro que las tareas no son un castigo, sino más bien debe ser un momento de felicidad y entretenimiento para nuestros hijos.
Evitar el llanto en los primeros días
Ambientarlos
Cuando se acerca el primer día de clases de un niño pequeño, es aconsejable comenzar a acostumbrarlo a los horarios y rutina al menos un mes antes en casa, será también fundamental, para quienes estén en posibilidades, inscribirlos algunas horas a un centro educativo o guardería.
Seguridad
A la hora de hablarle de su escuela y de la decisión de llevarlo los padres deben mostrar seguridad, de esta manera los niños se sentirán seguros y tomarán el cambio como algo positivo en su vida.
Las despedidas
Cuando llega el primer o los primeros días de clases, la despedida debe ser rápida, demostrando mucha seguridad y hablando claro con el niño. Se les puede dar un beso y un abrazo y decirles que se los recogerá a la hora de salida. Las despedidas de a poco son las más traumáticas.
[gallery ids="529456,529453,529451,529450"]
Esta semana en toda Bolivia comenzaron las clases, muchos niños vivieron la experiencia de su primer día de escuela, algunos con emoción y otros con llanto, en fin, pero ya están encarrilados en algo tan importante como es su formación educativa.
Según aseguran los expertos consultados entre los 4 y 6 años de vida se va formando la autoestima del niño por lo que los padres tenemos que tener en claro que las exageraciones en muchas ocasiones pueden ser dañinas.
En estos últimos días se vio a cientos de progenitores haciendo filas en librerías y tiendas de ropa escolar, y es que siempre “queremos lo mejor para nuestros hijos”, así invertimos grandes cantidades de dinero, unido a las emociones que depositamos en que se cumplan nuestros “sueños”.
Pero ¿qué pasa cuando los padres no reciben lo que esperan? Sin duda se sienten desorientados y no reconocen que cometieron varios errores desde el primer día.
De acuerdo a la psicóloga consultada por El País Margot Fuentes, la sobreprotección, la falta de límites, la negatividad y los malos ejemplos influyen de manera negativa en la personalidad y educación de los menores.
Más aún asegura que la desorientación de los padres se concentra en temas como: Ayudarle o no con las tareas, corregir los deberes antes de que éstos sean entregados a la maestra, premiar o no las buenas notas, inscribirlos a dos o más actividades extraescolares o buscar profesores particulares para mejorar su rendimiento.
A continuación les presentamos recomendaciones de expertos sobre los errores más comunes que cometemos como padres. La psicóloga Margot Fuentes y la experta Mayte Rius, quien escribió un artículo sobre el tema, resumen las falencias de los padres en lo siguiente:
1. Adoptar el rol de maestros. A menudo la mayoría de los padres ayudan a sus hijos con las tareas, se las hacen y estudian con ellos. Los expertos aseguran que el querer ser buenos padres y maestros a la vez complica la falta de tiempo, y los niños se vuelven dependientes de los padres para estudiar. Para los expertos el papel de los padres es de auditores, que controlen que el deber esté hecho con pulcritud y de acompañantes de la educación escolar, reforzándola desde lo cotidiano.
Según el pedagogo Joan Domènech compete a los padres compartir con sus hijos situaciones cotidianas en que las operaciones matemáticas deban utilizarse, como ir a la compra, hacer cálculos aproximativos de si tienen bastante dinero para comprar algún artículo, etcétera".
2. Querer Einsteins. Sin duda aquí está uno de los peores errores, pues a menudo los padres sobreestimulamos a nuestros niños desde bebés para que desarrollen rápidamente sus capacidades, pero esto según Fuentes provoca una sobreestimulación que lejos de lograr una evolución cognitiva más rápida y talentos por encima de lo normal, suele tener efectos contraproducentes.
Esto se traduce en forma de problemas de atención, de falta de concentración y de hiperactividad. Las altas aspiraciones de los padres pueden provocar baja autoestima en los hijos al no poder alcanzar lo que esperan.
3. Focalizar todo en los estudios. Eso de que importe solo las notas sucede a muchos, de esta manera los padres ocupan la mayoría del tiempo de los niños en tareas y actividades escolares. Así se olvidan de actividades lúdicas, culturales e incluso planes familiares. Esto según Fuentes frena su desarrollo social y familiar.
4. Premiar las notas. Cuando nuestra hija o hijo da un buen examen le compramos algo, y aunque el niño se pone feliz, para los expertos esto es contraproducente. Pues los niños no deberían utilizar estímulos externos para disfrutar del aprendizaje. Según Rius los educadores consideran que las buenas notas se han de elogiar, aplaudir e incluso celebrar, pero nunca comprar, porque se convierte al niño en esclavo del estímulo material y, si a pesar de la recompensa prometida no triunfa, su sensación de fracaso y su malestar es mayor.
5. Disfrazar la falta de esfuerzo de trastorno. Otra conducta recurrente y negativa entre los progenitores es, según los expertos, buscar siempre trastornos neurológicos detrás de los fracasos escolares de sus hijos. De acuerdo a Fuentes el fracaso escolar en la mayoría de los casos no se concentra en un trastorno sino en una simple flojera o falta de autonomía. A la larga, de acuerdo a Rius, estos niños son incapaces de arrinconar su habitación, prepararse el desayuno, entre otros.
6. No respetar la línea de la escuela. Algunos padres, movidos por la impaciencia, intentan enseñar a sus hijos a leer o a calcular por sus propios métodos, o les ponen tareas de refuerzo en casa, sin tener en cuenta que quizá están interfiriendo en el ritmo o el método pedagógico que sigue la escuela. Esto lo único que provoca es una sobrecarga y cansancio al estudiante.
8. Proyectarse en los hijos. Éste es un error de siempre, pues a pesar de que la escuela va cambiando y con ella los tiempos, los padres buscan ser un modelo de éxito para sus hijos y exigen a éstos tengan el rendimiento que ellos tuvieron o lo superen. “A este error se suma el querer que nuestros hijos estudien lo que nosotros queremos”, explica Fuentes.
9. Cuestionar a los profesores. Éste es un punto imperdonable para los expertos, pues si es que cuestionamos a los maestros estamos desautorizando la autoridad educativa que nosotros mismos hemos elegido. “Esto ha puesto freno a los maestros, quienes no pueden aplicar la disciplina requerida, sin hablar de las leyes a veces difusas, cuya exageración socapa malas conductas”, dice Fuentes.
10. Hacer de Sherlock Holmes. Según Rius, nos andamos investigando los días de los exámenes, las actividades escolares, los expertos desaconsejan imponer un control absoluto sobre las tareas escolares, estar examinando al hijo constantemente sobre lo que ha leído o ha estudiado, y aseguran que es mejor un acompañamiento lejano, dejándole que sea autónomo.
11. Solventarles los problemas. A las ocho de la noche el niño se acuerda que debe entregar un trabajo impreso y no hay tinta entonces mandamos al abuelo por un cartucho. Esto no es positivo porque de esta manera estaremos justificando su desorganización, “es mejor que enfrente las consecuencias de su error y no vuelva a cometerlo”, detalla Rius.
12. Vincular las tareas a castigos. A menudo castigamos a nuestros hijos y por ello los mandamos a hacer las tareas, debe quedar en claro que las tareas no son un castigo, sino más bien debe ser un momento de felicidad y entretenimiento para nuestros hijos.
Evitar el llanto en los primeros días
Ambientarlos
Cuando se acerca el primer día de clases de un niño pequeño, es aconsejable comenzar a acostumbrarlo a los horarios y rutina al menos un mes antes en casa, será también fundamental, para quienes estén en posibilidades, inscribirlos algunas horas a un centro educativo o guardería.
Seguridad
A la hora de hablarle de su escuela y de la decisión de llevarlo los padres deben mostrar seguridad, de esta manera los niños se sentirán seguros y tomarán el cambio como algo positivo en su vida.
Las despedidas
Cuando llega el primer o los primeros días de clases, la despedida debe ser rápida, demostrando mucha seguridad y hablando claro con el niño. Se les puede dar un beso y un abrazo y decirles que se los recogerá a la hora de salida. Las despedidas de a poco son las más traumáticas.
[gallery ids="529456,529453,529451,529450"]