Los mitos ocultos detrás de la “moda” del cigarrillo electrónico
El uso del cigarrillo electrónico ha aumentado en el mundo con gran desconocimiento sobre sus efectos. En Bolivia la mayoría de los jóvenes lo considera una alternativa saludable al cigarrillo convencional, más aún la ciencia cuestiona su inocuidad. Es cierto que este tipo de...



El uso del cigarrillo electrónico ha aumentado en el mundo con gran desconocimiento sobre sus efectos. En Bolivia la mayoría de los jóvenes lo considera una alternativa saludable al cigarrillo convencional, más aún la ciencia cuestiona su inocuidad.
Es cierto que este tipo de cigarrillo nació con la idea de ayudar a dejar de fumar, pero lamentablemente ha convertido en adictos a muchos que nunca habían fumado. Carlos Farfán afirma que empleó este “invento” con el objetivo de dejar el tabaco, más aún lejos de llevarlo a su objetivo este dispositivo profundizó más su vicio sobre todo por las diversas esencias que se comercializan.
Marcia Gutiérrez (tarijeña), quien usa el cigarrillo electrónico a diario, comenta feliz y entre risas “tenía que haber sido inventado por los chinos que se imaginan todo”. Su comentario revela su poco conocimiento sobre los efectos nocivos de este cigarrillo. Y es que es ésta la idea de la mayoría de los consumidores de este dispositivo.
En lo que sí tiene razón Marcia es el lugar, donde fue inventado, pues el primer cigarrillo electrónico fue comercializado en China en el año 2003 y desde entonces su uso ha crecido de manera exponencial en casi todo el mundo.
En la actualidad hay una diversidad de dispositivos que tienen distintos modos de funcionamiento y que se comercializan sin las restricciones que fueron impuestas con el paso del tiempo al cigarrillo convencional.
¿Cómo funciona? De acuerdo a la revista Consumer Eroski, especializada en salud, el cigarro electrónico está formado por tres elementos: la batería, el atomizador y el cartucho. Este último se carga con un líquido que, a su vez, puede contener diferentes sustancias dependiendo del fabricante. Al vapear, la batería entra en funcionamiento, calentando el atomizador. El líquido del cartucho se vierte en el interior del atomizador y, al tocar la zona caliente, se convierte en vapor.
¿Pero cuál es su incidencia en Bolivia? Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el país es creciente el consumo de Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN) entre jóvenes de 13 a 15 años. Los datos fueron revelados en un estudio nacional realizado entre 2012 y 2018 .
A raíz de esto, en Bolivia se determinó regular el uso del cigarrillo electrónico, según el proyecto de Ley de Prevención y Control de Tabaco en Bolivia que fue sancionado el 4 de octubre de 2019 por la Asamblea Legislativa Plurinacional.
“La producción, importación, distribución y comercialización, así como la regulación o prohibición en la utilización de los sistemas electrónicos de administración de nicotina, sistemas similares sin nicotina, productos de tabaco calentado, productos sin combustión y otros estarán sujetos a reglamentación”, se lee en el artículo 14 del proyecto de ley.
Y ¿Por qué se determinó regular el uso de este dispositivo en nuestro país? La respuesta es por el efecto nocivo que éste tiene.
“Las nuevas formas de consumo de tabaco como los cigarrillos electrónicos, las pipas de agua, los cigarros saborizados o el hábito de mascar tabaco no sólo que causan los mismos daños a la salud que el fumar tabaco sino que también deben ser regulados”, manifestó Carmen Audera-López, jefa de la misión internacional de alto nivel que llegó a Bolivia a invitación del Ministerio de Salud en 2019, para la evaluación conjunta de las necesidades del Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Control de Tabaco (CMCT).
Pero ¿Cuáles son los efectos nocivos del cigarrillo electrónico? Y ¿por qué se pensó que podía ayudar a dejar el vicio del cigarrillo a los adictos? A continuación con la ayuda de expertos en salud y revistas especializadas como Consumer Eroski desmitificamos algunas creencias.
El vapor del vapeo no resulta tóxico: FALSO
De acuerdo a Consumer Eroski, cuando se habla de las sustancias que lleva el cigarrillo electrónico, hay que mencionar las que están en el líquido y las que se producen como consecuencia de su calentamiento y que se manifiestan a través del vapor.
El líquido con el que se cargan contiene mayoritariamente propilenglicol (considerado seguro cuando se utiliza en la alimentación, los medicamentos o la cosmética, pero se desconoce si lo es al inhalarse), la glicerina (segura, también, por vía oral) y la nicotina (en dosis entre 0 y 36 mg/ml), sustancia tóxica y adictiva. También se añaden saborizantes y otros aditivos, generalmente, para disminuir la irritación en la faringe.
El vapor está cargado de diferentes sustancias, algunas en común con el tabaco, como el formaldehído, el acetaldehído y las acroleínas, además de metales como níquel, cromo y plomo. Todos estos compuestos están asociados con el riesgo de padecer cáncer.
Aunque en los cigarrillos electrónicos se encuentran en concentraciones más pequeñas que en el tabaco, se producen en una cantidad suficiente para ser capaces de desarrollar la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), infecciones respiratorias, neurotoxicidad (toxinas que atacan al tejido nervioso) y enfermedades vasculares.
El tabaco es mucho peor para la salud: VERDADERO
“Cualquier cosa comparada con el daño que provoca el humo del tabaco siempre saldrá ganando. Pero eso no significa ni que el vapeo sea inocuo ni que su consumo no represente un problema para la salud”, señala Jaime Signes, neumólogo.
Los cigarrillos electrónicos no contienen ni queman tabaco, un proceso que produce unos 7.000 productos químicos, incluidos al menos 70 que causan cáncer. Pero también se ha observado que el nivel de algunas de las sustancias potencialmente cangerígenas que comparte con el tabaco, en concreto el formaldehído y la acroleína, es tan alto como el del humo del cigarrillo.
Tiene un riesgo reducido: FALSO
Estudios realizados in vitro (en estructuras celulares) y en seres vivos (animales y humanos) han confirmado ya que el vapeo es capaz de provocar crisis de asma en adolescentes y un aumento de síntomas respiratorios en personas con patologías crónicas pulmonares (EPOC).
Un estudio publicado en la revista Thorax ha demostrado que el vapor aumenta la producción de químicos inflamatorios y desactiva las células protectoras, encargadas de mantener los espacios libres de partículas potencialmente dañinas.
Las embarazadas no pueden fumar, pero sí vapear: FALSO
El vapeo tiene un efecto dañino sobre los embriones, y es muy parecido al provocado por el cigarrillo tradicional. Un estudio del científico Jan Tesarik publicado en la revista Journal of Gynecology and Womens’ Health, tras analizar el ADN libre que se encuentra en la circulación sanguínea materna, mostró daños en los embriones de mujeres vapeadoreas.
Los que llevan nicotina son más nocivos: VERDADERO
No todos los cigarrillos electrónicos contienen nicotina, pero la mayoría sí. Los efectos de este alcaloide que se encuentra de manera natural en el tabaco también se producen al utilizar los cigarrillos electrónicos que lo contienen; es decir, efectos negativos sobre el sistema nervioso central, sistema endocrino, sistema cardiovascular, aparato músculo-esquelético, sistema respiratorio, aparato gastrointestinal y metabolismo en general.
Ayudan a dejar de fumar: FALSO
Todos los estudios independientes que se han hecho no han conseguido demostrar su eficacia para el abandono del tabaco. En España, la comunidad médica es unánime: no sirve como tratamiento eficaz y no se recomienda como método para dejar de fumar.
Entre un 60 y un 65 % de las personas que empiezan a utilizar estos dispositivos para dejar de fumar se convierten en fumadores duales: combinan el uso de los cigarrillos electrónicos con los convencionales.
No crea adicción: FALSO
El estudio ‘Cigarrillos electrónicos: usos, efectos sobre el hábito, riesgos y consecuencias normativas’, del Centro de Investigación para el Control del Tabaco y el departamento de Medicina de la Universidad de California (EE.UU.) denuncia que “el vapeo está atrayendo a jóvenes que de otra manera no serían capaces de iniciarse en el tabaco”. En los últimos cuatro años el porcentaje de adolescentes que usan cigarrillos electrónicos ha subido del 2 % al 16 %.
No existen vapeadores pasivos: FALSO
Al igual que existen fumadores pasivos, hay vapeadores pasivos, pero no en el mismo grado. Según varios estudios que valoran la emisión de las partículas que provocan el cigarrillo electrónico y el convencional, estas son mucho más elevadas en el caso del tabaco (901 ug/m3 para el cigarrillo frente a 43 ug/m3 del vapeador). No obstante, el umbral de seguridad que dicta la Organización Mundial de la Salud (OMS) para este tipo de sustancias está ligeramente por debajo de los 43 ug/m3. Por tanto, también con las emisiones del vapeador estaríamos pasando el límite de lo que se considera seguro para la salud.
En Bolivia crece el número de consumidores de tabaco
En 2018 el Ministerio de Salud reveló que al Estado le cuesta 1.700 millones de bolivianos anuales el tratamiento, en hospitales, de las patologías relacionadas al tabaco.
El segundo estudio del Consejo Nacional de Lucha Contra el Tráfico Ilícito de Drogas (CONALTID) indicó que 25 de cada 100 personas, entre los 12 a 65 años, consumieron tabaco durante el último año en Bolivia.
“Cada día, en Bolivia 12 personas fallecen a causa del humo del tabaco, sin contar que este hábito causa una enfermedad crónica lo que significa un gasto económico fuerte para toda familia”, se reveló.
Es cierto que este tipo de cigarrillo nació con la idea de ayudar a dejar de fumar, pero lamentablemente ha convertido en adictos a muchos que nunca habían fumado. Carlos Farfán afirma que empleó este “invento” con el objetivo de dejar el tabaco, más aún lejos de llevarlo a su objetivo este dispositivo profundizó más su vicio sobre todo por las diversas esencias que se comercializan.
Marcia Gutiérrez (tarijeña), quien usa el cigarrillo electrónico a diario, comenta feliz y entre risas “tenía que haber sido inventado por los chinos que se imaginan todo”. Su comentario revela su poco conocimiento sobre los efectos nocivos de este cigarrillo. Y es que es ésta la idea de la mayoría de los consumidores de este dispositivo.
En lo que sí tiene razón Marcia es el lugar, donde fue inventado, pues el primer cigarrillo electrónico fue comercializado en China en el año 2003 y desde entonces su uso ha crecido de manera exponencial en casi todo el mundo.
En la actualidad hay una diversidad de dispositivos que tienen distintos modos de funcionamiento y que se comercializan sin las restricciones que fueron impuestas con el paso del tiempo al cigarrillo convencional.
¿Cómo funciona? De acuerdo a la revista Consumer Eroski, especializada en salud, el cigarro electrónico está formado por tres elementos: la batería, el atomizador y el cartucho. Este último se carga con un líquido que, a su vez, puede contener diferentes sustancias dependiendo del fabricante. Al vapear, la batería entra en funcionamiento, calentando el atomizador. El líquido del cartucho se vierte en el interior del atomizador y, al tocar la zona caliente, se convierte en vapor.
¿Pero cuál es su incidencia en Bolivia? Según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el país es creciente el consumo de Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN) entre jóvenes de 13 a 15 años. Los datos fueron revelados en un estudio nacional realizado entre 2012 y 2018 .
A raíz de esto, en Bolivia se determinó regular el uso del cigarrillo electrónico, según el proyecto de Ley de Prevención y Control de Tabaco en Bolivia que fue sancionado el 4 de octubre de 2019 por la Asamblea Legislativa Plurinacional.
“La producción, importación, distribución y comercialización, así como la regulación o prohibición en la utilización de los sistemas electrónicos de administración de nicotina, sistemas similares sin nicotina, productos de tabaco calentado, productos sin combustión y otros estarán sujetos a reglamentación”, se lee en el artículo 14 del proyecto de ley.
Y ¿Por qué se determinó regular el uso de este dispositivo en nuestro país? La respuesta es por el efecto nocivo que éste tiene.
“Las nuevas formas de consumo de tabaco como los cigarrillos electrónicos, las pipas de agua, los cigarros saborizados o el hábito de mascar tabaco no sólo que causan los mismos daños a la salud que el fumar tabaco sino que también deben ser regulados”, manifestó Carmen Audera-López, jefa de la misión internacional de alto nivel que llegó a Bolivia a invitación del Ministerio de Salud en 2019, para la evaluación conjunta de las necesidades del Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Control de Tabaco (CMCT).
Pero ¿Cuáles son los efectos nocivos del cigarrillo electrónico? Y ¿por qué se pensó que podía ayudar a dejar el vicio del cigarrillo a los adictos? A continuación con la ayuda de expertos en salud y revistas especializadas como Consumer Eroski desmitificamos algunas creencias.
El vapor del vapeo no resulta tóxico: FALSO
De acuerdo a Consumer Eroski, cuando se habla de las sustancias que lleva el cigarrillo electrónico, hay que mencionar las que están en el líquido y las que se producen como consecuencia de su calentamiento y que se manifiestan a través del vapor.
El líquido con el que se cargan contiene mayoritariamente propilenglicol (considerado seguro cuando se utiliza en la alimentación, los medicamentos o la cosmética, pero se desconoce si lo es al inhalarse), la glicerina (segura, también, por vía oral) y la nicotina (en dosis entre 0 y 36 mg/ml), sustancia tóxica y adictiva. También se añaden saborizantes y otros aditivos, generalmente, para disminuir la irritación en la faringe.
El vapor está cargado de diferentes sustancias, algunas en común con el tabaco, como el formaldehído, el acetaldehído y las acroleínas, además de metales como níquel, cromo y plomo. Todos estos compuestos están asociados con el riesgo de padecer cáncer.
Aunque en los cigarrillos electrónicos se encuentran en concentraciones más pequeñas que en el tabaco, se producen en una cantidad suficiente para ser capaces de desarrollar la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), infecciones respiratorias, neurotoxicidad (toxinas que atacan al tejido nervioso) y enfermedades vasculares.
El tabaco es mucho peor para la salud: VERDADERO
“Cualquier cosa comparada con el daño que provoca el humo del tabaco siempre saldrá ganando. Pero eso no significa ni que el vapeo sea inocuo ni que su consumo no represente un problema para la salud”, señala Jaime Signes, neumólogo.
Los cigarrillos electrónicos no contienen ni queman tabaco, un proceso que produce unos 7.000 productos químicos, incluidos al menos 70 que causan cáncer. Pero también se ha observado que el nivel de algunas de las sustancias potencialmente cangerígenas que comparte con el tabaco, en concreto el formaldehído y la acroleína, es tan alto como el del humo del cigarrillo.
Tiene un riesgo reducido: FALSO
Estudios realizados in vitro (en estructuras celulares) y en seres vivos (animales y humanos) han confirmado ya que el vapeo es capaz de provocar crisis de asma en adolescentes y un aumento de síntomas respiratorios en personas con patologías crónicas pulmonares (EPOC).
Un estudio publicado en la revista Thorax ha demostrado que el vapor aumenta la producción de químicos inflamatorios y desactiva las células protectoras, encargadas de mantener los espacios libres de partículas potencialmente dañinas.
Las embarazadas no pueden fumar, pero sí vapear: FALSO
El vapeo tiene un efecto dañino sobre los embriones, y es muy parecido al provocado por el cigarrillo tradicional. Un estudio del científico Jan Tesarik publicado en la revista Journal of Gynecology and Womens’ Health, tras analizar el ADN libre que se encuentra en la circulación sanguínea materna, mostró daños en los embriones de mujeres vapeadoreas.
Los que llevan nicotina son más nocivos: VERDADERO
No todos los cigarrillos electrónicos contienen nicotina, pero la mayoría sí. Los efectos de este alcaloide que se encuentra de manera natural en el tabaco también se producen al utilizar los cigarrillos electrónicos que lo contienen; es decir, efectos negativos sobre el sistema nervioso central, sistema endocrino, sistema cardiovascular, aparato músculo-esquelético, sistema respiratorio, aparato gastrointestinal y metabolismo en general.
Ayudan a dejar de fumar: FALSO
Todos los estudios independientes que se han hecho no han conseguido demostrar su eficacia para el abandono del tabaco. En España, la comunidad médica es unánime: no sirve como tratamiento eficaz y no se recomienda como método para dejar de fumar.
Entre un 60 y un 65 % de las personas que empiezan a utilizar estos dispositivos para dejar de fumar se convierten en fumadores duales: combinan el uso de los cigarrillos electrónicos con los convencionales.
No crea adicción: FALSO
El estudio ‘Cigarrillos electrónicos: usos, efectos sobre el hábito, riesgos y consecuencias normativas’, del Centro de Investigación para el Control del Tabaco y el departamento de Medicina de la Universidad de California (EE.UU.) denuncia que “el vapeo está atrayendo a jóvenes que de otra manera no serían capaces de iniciarse en el tabaco”. En los últimos cuatro años el porcentaje de adolescentes que usan cigarrillos electrónicos ha subido del 2 % al 16 %.
No existen vapeadores pasivos: FALSO
Al igual que existen fumadores pasivos, hay vapeadores pasivos, pero no en el mismo grado. Según varios estudios que valoran la emisión de las partículas que provocan el cigarrillo electrónico y el convencional, estas son mucho más elevadas en el caso del tabaco (901 ug/m3 para el cigarrillo frente a 43 ug/m3 del vapeador). No obstante, el umbral de seguridad que dicta la Organización Mundial de la Salud (OMS) para este tipo de sustancias está ligeramente por debajo de los 43 ug/m3. Por tanto, también con las emisiones del vapeador estaríamos pasando el límite de lo que se considera seguro para la salud.
En Bolivia crece el número de consumidores de tabaco
En 2018 el Ministerio de Salud reveló que al Estado le cuesta 1.700 millones de bolivianos anuales el tratamiento, en hospitales, de las patologías relacionadas al tabaco.
El segundo estudio del Consejo Nacional de Lucha Contra el Tráfico Ilícito de Drogas (CONALTID) indicó que 25 de cada 100 personas, entre los 12 a 65 años, consumieron tabaco durante el último año en Bolivia.
“Cada día, en Bolivia 12 personas fallecen a causa del humo del tabaco, sin contar que este hábito causa una enfermedad crónica lo que significa un gasto económico fuerte para toda familia”, se reveló.