Ministro asume investigar la “corrupción de Olympus”
La corrupción internacional de Olympus Latin America Inc (OLA) empieza a tener sus primeras repercusiones en Bolivia, el ministro de Salud, Aníbal Cruz, en su visita a Tarija el 16 de enero, dijo conocer sobre este caso y que se investigará para dar con los responsables. Sucede que esta...



La corrupción internacional de Olympus Latin America Inc (OLA) empieza a tener sus primeras repercusiones en Bolivia, el ministro de Salud, Aníbal Cruz, en su visita a Tarija el 16 de enero, dijo conocer sobre este caso y que se investigará para dar con los responsables.
Sucede que esta empresa transnacional confesó hechos de corrupción en Bolivia y otros países de Centro y Sudamérica; sin embargo, el caso no fue investigado en Bolivia. Esa marca mundial hizo contratos en seis departamentos a través de su representante oficial Hansa Ltda, además de vender sus equipos médicos mediante terceras empresas.
El titular de Salud sostuvo que tienen una auditoría en curso, y se usarán todos los mecanismos para que los involucrados respondan ante la justicia, no solo de este caso, sino de otros más como: la compra de medicamentos, el ejercicio irregular de gente que no estaba titulada o supuestos médicos cubanos y, de construcciones de las que Tarija fue testigo.
“Se verán todos los mecanismos para que las personas y los responsables respondan ante la justicia. Conocemos muchos casos más -comentó Cruz- pero gran parte de la información fue destruida antes que salga el anterior Gobierno, los datos de las computadoras fueron vaciadas de las computadoras”.
El caso es que una vez conocido el escándalo internacional, marzo del 2016, en Bolivia no solo no se investigó este hecho, sino que las instituciones públicas (hospitales, gobernaciones, alcaldías y Ministerio de Salud), le tendieron la alfombra para suscribir más contratos por compra de equipamiento médico.
Si entre 2006 y 2011, periodo de corrupción confesado, las ventas llegaron al menos a 3,8 millones de bolivianos, entre el 2013 y 2018 aumentaron a más de 18 millones. En las adjudicaciones encontradas se detectó que las unidades solicitantes de Bolivia pedían que los equipos sean marca Olympus, como también modelos que casualmente los fabrica esa empresa.
En una publicación de El País “Los rastros de la corrupción de Olympus en la salud boliviana” se explica de manera extensa este caso, desde la confesión en la Justicia de Estados Unidos hasta los contratos adjudicados en Bolivia en tres periodos de tiempo.
Sucede que esta empresa transnacional confesó hechos de corrupción en Bolivia y otros países de Centro y Sudamérica; sin embargo, el caso no fue investigado en Bolivia. Esa marca mundial hizo contratos en seis departamentos a través de su representante oficial Hansa Ltda, además de vender sus equipos médicos mediante terceras empresas.
El titular de Salud sostuvo que tienen una auditoría en curso, y se usarán todos los mecanismos para que los involucrados respondan ante la justicia, no solo de este caso, sino de otros más como: la compra de medicamentos, el ejercicio irregular de gente que no estaba titulada o supuestos médicos cubanos y, de construcciones de las que Tarija fue testigo.
“Se verán todos los mecanismos para que las personas y los responsables respondan ante la justicia. Conocemos muchos casos más -comentó Cruz- pero gran parte de la información fue destruida antes que salga el anterior Gobierno, los datos de las computadoras fueron vaciadas de las computadoras”.
El caso es que una vez conocido el escándalo internacional, marzo del 2016, en Bolivia no solo no se investigó este hecho, sino que las instituciones públicas (hospitales, gobernaciones, alcaldías y Ministerio de Salud), le tendieron la alfombra para suscribir más contratos por compra de equipamiento médico.
Si entre 2006 y 2011, periodo de corrupción confesado, las ventas llegaron al menos a 3,8 millones de bolivianos, entre el 2013 y 2018 aumentaron a más de 18 millones. En las adjudicaciones encontradas se detectó que las unidades solicitantes de Bolivia pedían que los equipos sean marca Olympus, como también modelos que casualmente los fabrica esa empresa.
En una publicación de El País “Los rastros de la corrupción de Olympus en la salud boliviana” se explica de manera extensa este caso, desde la confesión en la Justicia de Estados Unidos hasta los contratos adjudicados en Bolivia en tres periodos de tiempo.