Negrito, el “amartelo” y el duelo de un perro
Era mestizo, color negro y de ojos tristones, llegó a la ciudad de La Paz con una marcha de mineros hace 14 años, pero se apegó a los efectivos policiales. El fallecido comandante de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP), Heyvert Antelo, lo cuidó como si fuera su hijo. Se trata...



Era mestizo, color negro y de ojos tristones, llegó a la ciudad de La Paz con una marcha de mineros hace 14 años, pero se apegó a los efectivos policiales. El fallecido comandante de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP), Heyvert Antelo, lo cuidó como si fuera su hijo. Se trata de Negrito, el perro que se ganó el título de “teniente coronel” por su excelente desempeño en diversas misiones policiales.
Cuentan que el animal vivió durante doce años en el cuartel de la UTOP, era el preferido de Antelo, quien incluso en su turno dormía con él. Entre las hazañas del can los uniformados recuerdan que éste tomaba las cápsulas de gas lacrimógeno que los manifestantes devolvían y las lanzaba de regreso. Más aún, en los últimos conflictos fue herido por un petardo, incidente del que ya se estaba recuperando.
Sin embargo, hoy dicen que la verdadera pesadilla del can comenzó cuando el coronel Heybert Yamil Antelo, comandante de la (UTOP), murió tras un accidente en la ciudad de El Alto, cuando escapaba de un grupo de manifestantes movilizados tras la renuncia del presidente Evo Morales.
Tras el fallecimiento Negrito se mostraba muy triste, sin ganas de comer y solo dormía. En esta situación duró 14 días y murió. Hoy muchos en la UTOP afirman que sucumbió por amartelo. Esta versión fue refrendada por voluntarios animalistas, quienes dijeron que la salud del perro empeoró después del deceso del jefe policial.
“El comandante era una persona muy noble; quería mucho a los perritos, incluso dormía con ellos en su guardia, pero el Negrito era el más mimado y el que más se le pegaba”, comentaron en la UTOP.
Más aún, este caso es solo uno de los cientos que hay alrededor del mundo, pues el amor de los perros hacia sus dueños se ha reflejado en muchas acciones. Uno de los muchos casos que nos muestra la lealtad canina y el agradecimiento se dio en una pequeña localidad de Turquía.
Se trata de Zozo, un perro de raza labrador, que desde hace cinco años visita la tumba de su amo con la esperanza de que regrese. Acostado encima de la tumba, como si esperará un milagro, Zozo va al lugar todos los días sin importar el clima que esté haciendo.
“Allí se lo puede ver acostado sobre su tumba, trata de estar lo más cerca posible de su amigo, está deprimido, desde entonces nos rompe el corazón”, aseguró Zafer Öztürk, hijo del difunto.
El hombre, quien falleció en febrero de 2014, fue sepultado a pocos metros de la casa de sus familiares. Esto le facilita al canino que pueda visitar la tumba de su amo, su mejor amigo.
El cine y la fidelidad canina
Sobre el tema, se han realizado diferentes películas que evocan las situaciones que viven los animales cuando pierden a sus mejores amigos. Dentro de las más recordadas se encuentran: Hachi, el cuento de un perro, Huellas a casa, Siempre a tu lado, La razón de estar contigo y De vuelta a casa, entre otras.
Sin embargo, cuando se trata a mayor profundidad el tema, la ciencia en base a varios estudios advierte que los perros -a diferencia de los humanos- no cuentan con la capacidad de entender la muerte, razón por la cual, éstos se aferran a un recuerdo y se mantienen a la espera de un regreso. Pero algunos expertos dicen lo contrario.
El duelo de un animal
¿Se puede hablar de un duelo por parte del animal? ¿Sienten ellos la partida de esa persona cercana? ¿Necesitan ayuda para superarlo?
Para muchos veterinarios la respuesta es sí. “Los perros sienten la muerte de sus humanos, de los integrantes de su familia, y es probable que sea a través de su potente olfato, que es cuatro veces más desarrollado que el de las personas”, explica Carolina Alaguna Cruz, médica veterinaria etóloga.
Asegura que los perros son capaces de distinguir entre sustancias que segregamos otros animales, incluidos los humanos, y ese tipo de olores hace que ellos pueden discriminar claramente si quien los cuidaba está vivo o muerto. “También tienen la capacidad de saber si estamos raros, si nos pasa algo, de leer muy claramente nuestro comportamiento a través de las sustancias que secretamos. Son muy buenos interpretándonos”, agrega.
Y explica que incluso son reconocidos los casos de animales de compañía que están en capacidad de detectar enfermedades como el cáncer y hasta “oler” la cercanía de la muerte en ancianos, a través de sustancias volátiles que expele el organismo en esas circunstancias.
Vale la pena recordar aquí las historias de perros que corren detrás del carro fúnebre que lleva a su humano cuidador muerto y que lo persiguen hasta el cementerio y que, incluso, se echan por horas y días al lado de su tumba. “Saben que él o ella está allí, en otro estado, pero allí; y su lealtad los lleva a acompañarlo”, explica la experta.
El también veterinario Guillermo Rico agrega que, por ser gregarios, los perros tienden a generar unos vínculos muy fuertes con su grupo familiar en donde siempre encuentran un líder al que seguir y respetar. “Y cuando esa persona falta, claramente el animal va a notar su ausencia; ese sentimiento va a ser más grande dependiendo de la relación que tenga con el miembro familiar que falta. Si la persona más importante para el perro es la persona que fallece, evidentemente va a sentirlo más que si es una persona distante”, señala.
Reitera la etóloga Alaguna Cruz que los animales son seres sintientes, que tienen capacidad de sentir tanto dolor como reacciones físicas de acuerdo con su entorno.
“Especialmente los perros y los gatos tienen sistema nervioso central y la capacidad de percibir y sentir emociones como dolor, miedo, ansiedad. Esto está más que demostrado por la ciencia”, asegura.
Para Rico, lo que los animales sienten en esas circunstancias “es un sentimiento de abandono, de desprotección, porque es como si el lobo alfa le faltara a la manada; es terrible para ellos porque sienten que se tienen que reorganizar y encontrar a alguien que supla esa labor”.
¿Cómo ayudarlos?
La veterinaria Alaguna Cruz recuerda una publicación que alguna vez vio y que decía: “Por favor, el día que me muera, dejan que mi perro olfatee mi ataúd para que sepa que estoy muerto y que no lo abandoné”.
Ella asegura que esa posición es muy sensata desde el punto de vista científico “porque los perros a través de su olfato pueden saber que nosotros estamos en otro estado diferente al que ellos conocen y al mismo tiempo pueden llegar a asociar que algo nos ocurrió y que no fue que los dejamos o abandonamos”.
“Si el animal está muy deprimido tras la ausencia de su humano y presenta estrés y angustia, y eso afecta su parte física porque deja de comer o no tiene energía, es necesario consultar y darle tratamiento”, añade la doctora Carolina Alaguna.
Señales y consejos de ayuda al can
¿Amartelo?
Las señales más comunes de tristeza y abatimiento en perros son: falta de apetito, buscar mayor atención o mostrarse más afectivo de lo normal, no querer salir a pasear, no querer jugar en situaciones en las que antes jugaba, dormir más horas de las habituales o ladrar en exceso en ciertas situaciones.
Adaptarse
En el proceso de duelo, el perro tendrá que encontrar su nuevo lugar y aprender a sentirse cómodo en él. Tras esta etapa de la posible aparición de diferentes síntomas, lo normal es que se vaya adaptando progresivamente a la nueva situación.
Consejo
Aumentar las caricias, las palabras amables y el contacto físico cercano con él, esto le puede ayudar a atravesar el mal momento y a recuperarse antes. También será importante hacer actividades motivantes y agradables.
Cuentan que el animal vivió durante doce años en el cuartel de la UTOP, era el preferido de Antelo, quien incluso en su turno dormía con él. Entre las hazañas del can los uniformados recuerdan que éste tomaba las cápsulas de gas lacrimógeno que los manifestantes devolvían y las lanzaba de regreso. Más aún, en los últimos conflictos fue herido por un petardo, incidente del que ya se estaba recuperando.
Sin embargo, hoy dicen que la verdadera pesadilla del can comenzó cuando el coronel Heybert Yamil Antelo, comandante de la (UTOP), murió tras un accidente en la ciudad de El Alto, cuando escapaba de un grupo de manifestantes movilizados tras la renuncia del presidente Evo Morales.
Tras el fallecimiento Negrito se mostraba muy triste, sin ganas de comer y solo dormía. En esta situación duró 14 días y murió. Hoy muchos en la UTOP afirman que sucumbió por amartelo. Esta versión fue refrendada por voluntarios animalistas, quienes dijeron que la salud del perro empeoró después del deceso del jefe policial.
“El comandante era una persona muy noble; quería mucho a los perritos, incluso dormía con ellos en su guardia, pero el Negrito era el más mimado y el que más se le pegaba”, comentaron en la UTOP.
Más aún, este caso es solo uno de los cientos que hay alrededor del mundo, pues el amor de los perros hacia sus dueños se ha reflejado en muchas acciones. Uno de los muchos casos que nos muestra la lealtad canina y el agradecimiento se dio en una pequeña localidad de Turquía.
Se trata de Zozo, un perro de raza labrador, que desde hace cinco años visita la tumba de su amo con la esperanza de que regrese. Acostado encima de la tumba, como si esperará un milagro, Zozo va al lugar todos los días sin importar el clima que esté haciendo.
“Allí se lo puede ver acostado sobre su tumba, trata de estar lo más cerca posible de su amigo, está deprimido, desde entonces nos rompe el corazón”, aseguró Zafer Öztürk, hijo del difunto.
El hombre, quien falleció en febrero de 2014, fue sepultado a pocos metros de la casa de sus familiares. Esto le facilita al canino que pueda visitar la tumba de su amo, su mejor amigo.
El cine y la fidelidad canina
Sobre el tema, se han realizado diferentes películas que evocan las situaciones que viven los animales cuando pierden a sus mejores amigos. Dentro de las más recordadas se encuentran: Hachi, el cuento de un perro, Huellas a casa, Siempre a tu lado, La razón de estar contigo y De vuelta a casa, entre otras.
Sin embargo, cuando se trata a mayor profundidad el tema, la ciencia en base a varios estudios advierte que los perros -a diferencia de los humanos- no cuentan con la capacidad de entender la muerte, razón por la cual, éstos se aferran a un recuerdo y se mantienen a la espera de un regreso. Pero algunos expertos dicen lo contrario.
El duelo de un animal
¿Se puede hablar de un duelo por parte del animal? ¿Sienten ellos la partida de esa persona cercana? ¿Necesitan ayuda para superarlo?
Para muchos veterinarios la respuesta es sí. “Los perros sienten la muerte de sus humanos, de los integrantes de su familia, y es probable que sea a través de su potente olfato, que es cuatro veces más desarrollado que el de las personas”, explica Carolina Alaguna Cruz, médica veterinaria etóloga.
Asegura que los perros son capaces de distinguir entre sustancias que segregamos otros animales, incluidos los humanos, y ese tipo de olores hace que ellos pueden discriminar claramente si quien los cuidaba está vivo o muerto. “También tienen la capacidad de saber si estamos raros, si nos pasa algo, de leer muy claramente nuestro comportamiento a través de las sustancias que secretamos. Son muy buenos interpretándonos”, agrega.
Y explica que incluso son reconocidos los casos de animales de compañía que están en capacidad de detectar enfermedades como el cáncer y hasta “oler” la cercanía de la muerte en ancianos, a través de sustancias volátiles que expele el organismo en esas circunstancias.
Vale la pena recordar aquí las historias de perros que corren detrás del carro fúnebre que lleva a su humano cuidador muerto y que lo persiguen hasta el cementerio y que, incluso, se echan por horas y días al lado de su tumba. “Saben que él o ella está allí, en otro estado, pero allí; y su lealtad los lleva a acompañarlo”, explica la experta.
El también veterinario Guillermo Rico agrega que, por ser gregarios, los perros tienden a generar unos vínculos muy fuertes con su grupo familiar en donde siempre encuentran un líder al que seguir y respetar. “Y cuando esa persona falta, claramente el animal va a notar su ausencia; ese sentimiento va a ser más grande dependiendo de la relación que tenga con el miembro familiar que falta. Si la persona más importante para el perro es la persona que fallece, evidentemente va a sentirlo más que si es una persona distante”, señala.
Reitera la etóloga Alaguna Cruz que los animales son seres sintientes, que tienen capacidad de sentir tanto dolor como reacciones físicas de acuerdo con su entorno.
“Especialmente los perros y los gatos tienen sistema nervioso central y la capacidad de percibir y sentir emociones como dolor, miedo, ansiedad. Esto está más que demostrado por la ciencia”, asegura.
Para Rico, lo que los animales sienten en esas circunstancias “es un sentimiento de abandono, de desprotección, porque es como si el lobo alfa le faltara a la manada; es terrible para ellos porque sienten que se tienen que reorganizar y encontrar a alguien que supla esa labor”.
¿Cómo ayudarlos?
La veterinaria Alaguna Cruz recuerda una publicación que alguna vez vio y que decía: “Por favor, el día que me muera, dejan que mi perro olfatee mi ataúd para que sepa que estoy muerto y que no lo abandoné”.
Ella asegura que esa posición es muy sensata desde el punto de vista científico “porque los perros a través de su olfato pueden saber que nosotros estamos en otro estado diferente al que ellos conocen y al mismo tiempo pueden llegar a asociar que algo nos ocurrió y que no fue que los dejamos o abandonamos”.
“Si el animal está muy deprimido tras la ausencia de su humano y presenta estrés y angustia, y eso afecta su parte física porque deja de comer o no tiene energía, es necesario consultar y darle tratamiento”, añade la doctora Carolina Alaguna.
Señales y consejos de ayuda al can
¿Amartelo?
Las señales más comunes de tristeza y abatimiento en perros son: falta de apetito, buscar mayor atención o mostrarse más afectivo de lo normal, no querer salir a pasear, no querer jugar en situaciones en las que antes jugaba, dormir más horas de las habituales o ladrar en exceso en ciertas situaciones.
Adaptarse
En el proceso de duelo, el perro tendrá que encontrar su nuevo lugar y aprender a sentirse cómodo en él. Tras esta etapa de la posible aparición de diferentes síntomas, lo normal es que se vaya adaptando progresivamente a la nueva situación.
Consejo
Aumentar las caricias, las palabras amables y el contacto físico cercano con él, esto le puede ayudar a atravesar el mal momento y a recuperarse antes. También será importante hacer actividades motivantes y agradables.