Las tímidas huellas del recordado “boliviano de hierro” en Padcaya
El “boliviano de hierro” fue el apodo que se ganó el presidente tarijeño, muy recordado, Aniceto Arce. Su carácter enérgico y su firme postura en favor de un orden civil y democrático le valieron el apodo. Aniceto Arce nació un 17 de abril de 1824 y gobernó Bolivia desde 1888 hasta...



El “boliviano de hierro” fue el apodo que se ganó el presidente tarijeño, muy recordado, Aniceto Arce. Su carácter enérgico y su firme postura en favor de un orden civil y democrático le valieron el apodo. Aniceto Arce nació un 17 de abril de 1824 y gobernó Bolivia desde 1888 hasta 1892.
Su gobierno lo concentró en la integración, hecho que derivó en que sea combatido constantemente por los liberales, su mandato se caracterizó por un gobierno fuerte y constructivo. Comprendió que lo esencial era vincular las diversas regiones y comunicar el país con el exterior.
De este modo hizo construir carreteras entre Sucre y Potosí, Sucre y Cochabamba y Oruro, y Cochabamba al Beni y, sobre todo, el ferrocarril entre la frontera chilena y Oruro, que relacionó Bolivia y sus productos con el mundo; en cambio, sus proyectos de llevarlo a La Paz y Sucre no se realizaron, en parte, por oposición interna.
Además de otras diversas obras públicas, creó el Colegio Militar, llevó a cabo la electrificación de algunas ciudades y promulgó modernas leyes bancarias y de inversión. En política exterior, Arce trató, sin éxito, de que le fuera devuelta a Bolivia la franja de litoral arrebatada por Chile o que se cediera los territorios de Tacna y Arica.
Todo este quehacer de mandatario lo llevó lejos de su tierra chapaca, más aún, sus logros como estadista lo convirtieron en hijo predilecto del departamento, por lo que en la actualidad una de las provincias lleva su nombre, la provincia Arce.
Padcaya es la capital de la provincia Arce y es una de las poblaciones donde más marcado se tiene este aprecio a la memoria de Arce. En esta población, cuya arquitectura ha sido conservada en los alrededores de la plaza, se encuentra un busto de Aniceto. Allí, a media cuadra de la plaza, hay una casa que es conocida como la casa de Aniceto Arce.
Se trata de una vivienda que a primera vista parecería ser de la época republicana, debido principalmente a la forma de la puerta principal, un arco de madera que parece ser lo único original, ya que la puerta se ve más reciente.
La dueña de la casa es doña Edna Claure, cuyos padres, Gil Claure Aparicio y Edna Victoria Aguirre Lizarazu la compraron a inicios del siglo XX a Cesar López del Valle.
Hoy en día, cuando se pregunta por la casa de Aniceto Arce en Padcaya muy poca gente sabe a qué vivienda se hace referencia debido a que es una casa particular. Pero también hay quienes creen que efectivamente esa casa fue habitada por Arce.
Los padres de Edna Claure compraron la casa cuando se casaron y unos años después la Subprefectura inició los trámites para expropiarla o comprarla debido a que se creía que allí había vivido el ex mandatario mientras cursaba los estudios primarios en ese poblado. Esta versión, aparentemente oficial, figura en el libro “Voces de Padcaya”, editado por la Alcaldía de ese municipio.
Doña Edna es maestra jubilada y recuerda que cuando daba clases a sus estudiantes éstos siempre le preguntaban quién había vivido antes en su casa. “Preguntaban porque sus papás les decían, a ver, dile a la profesora que te cuente quién vivió en su casa”.
Sin embargo, para los padres de Edna, lejos de ser un honor habitar la casa del ex Presidente, era un problema.
Originalmente, el zaguán de la casa tenía forma de arco y en la pared izquierda se podía apreciar un escudo de Bolivia, pintado y con una especie de firma en la parte inferior que decía: Pérez de Holguín, lo cual según doña Edna, su padre interpretó que la pintura fue obra del célebre pintor.
Esta pintura fue motivo de discordia en la familia cuando su madre decidió hacerla desaparecer debido a los rumores que daban cuenta que las autoridades planeaban expropiar o comprar la casa que “había sido habitada por Aniceto Arce en Padcaya”.
“Mi mamita pobre se asustó y como tenía miedo que le quiten su casa hizo borrar el escudo que había en el zaguán, un escudo de Bolivia, muy hermoso pintado y abajo decía, Pérez de Holguín”, relata.
De acuerdo a doña Edna, eso lo hizo su madre cuando su padre se encontraba de viaje. “Pero qué has hecho mujer, le dijo mi papá y mi mami sólo no quería que no le quiten su casa”, cuenta. La casa poco a poco fue restaurada por lo que muy poco queda de la estructura original. Nunca fue expropiada pero los descendientes de los dueños recuerdan que desde siempre venían personas a visitar la casa y decían que ahí había vivido Aniceto Arce.
Es poco lo que se encuentra documentado sobre la residencia de Aniceto Arce en el departamento; sin embargo, de acuerdo a la versión de Luis Paz Arce (1854-1928), el ex Presidente nació en la esquina de las calles Sucre e Ingavi, donde actualmente se encuentra un centro comercial, e inmediatamente fue llevado a Charaja (Tarija), un lugar en el campo en el que su padres tenían propiedades, de acuerdo a la versión de Bernardo Trigo (1952)
Esto motivó que se busque la ubicación de la casa en la que vivió Aniceto Arce durante su primera infancia en esa zona. Allí se ubicó una propiedad que igual, dentro del imaginario popular es denominada la casa de Aniceto Arce; sin embargo, de acuerdo a José Paz Garzón es una vivienda que perteneció a otra familia Arce.
En San José Charajas, efectivamente, se puede observar una casa abandonada que aún conserva parte de su esplendor y que permite apreciar e imaginar la opulencia de los hacendados de otras épocas.
De acuerdo a José Paz Garzón, en algún momento existió incluso la intención de comprar esa propiedad pensando erróneamente que allí había vivido Arce, empero se desestimó esta posibilidad una vez aclarado que los padres de Aniceto Arce no tenían su propiedad en San José de Charajas, sino en Charaja, un lugar en el margen izquierdo del río Camacho, es decir al frente de donde está ubicada esa propiedad.
En el lugar descrito, hoy en día no se encuentra edificación alguna, sin embargo fue declarado Monumento Nacional por la Ley Nº 2080 en el año 2000. Se trata de los predios que fueron propiedad de Diego Antonio Arce y Francisca Ruiz.
El Palacio de la Florida
Otra característica de Arce fue su gusto por los lujos, la historia recuerda al tarijeño como un hombre millonario, quien gastó gran parte de su fortuna en obras estatales. Una de las grandes obras que efectuó es el Palacio de la Florida, restaurado y habilitado como museo en los últimos años.
Hoy este lugar se ha convertido en un atractivo turístico, ubicado en la capital de Bolivia: Sucre. La gran obra se encuentra a cinco kilómetros de la ciudad blanca, a orillas de la quebrada de Quirpinchaca. Fue la hacienda colonial de Aniceto Arce denominada Huirupucu.
Tras los trabajos de restauración, el municipio inauguró el museo con un recorrido gratuito desde las 16.00 hasta las 22.00 y la actuación de grupos de baile y música.
Cuenta con 50 habitaciones, ventanas y puertas de pino ucraniano, como también con misteriosos túneles subterráneos, hermosos jardines, además de escaleras. Entre los salones que posee están las salas de despacho, el oratorio, el comedor de diario y otro de lujo, además de corredores externos, piscinas, despensas, bodegas, salas de té, entre otros.
Su color resulta elegante de una combinación de tonos ladrillo y azul, está custodiado por enormes palmeras. Muchos historiadores aseguran que la obra es la extensión de la personalidad de Aniceto Arce.
Según el diario Correo del Sur el investigador e historiador Iván Gutiérrez Achá asegura que La Florida es un palacio, no un palacete, como comúnmente se lo denominó.
“Cuando Sucre iba a ser sede de la Federación Latinoamericana de Ciudades, Municipios y Asociaciones Municipalistas (FLACMA), los (funcionarios) de la Alcaldía cometieron el error de denominar a La Florida como palacete, cuando en realidad es un palacio, y así quedó en toda la publicidad que hicieron”, comenta a manera de anécdota.
La vida y obras de Aniceto Arce
El 17 de abril se recuerda el nacimiento de Aniceto Arce Ruiz, abogado, empresario y político, surgió de una modesta familia, fue hijo de Diego de Arce y Francisca Ruiz de Mendoza. Cursó estudios de secundaria en el colegio Junín de Sucre, y de derecho en la Universidad de San Francisco Xavier. Muy joven recorrió el país. En 1850 fue elegido diputado; perseguido por Belzu, se exilió en Copiapó (Chile) donde se interesó por el trabajo de minas. Subido al poder Linares, en enero de 1857, fue nombrado rector del Colegio Pichincha de Potosí. Un año antes había iniciado sus trabajos en las minas de plata de Huanchaca que lo convertirían en el primer millonario del país.
Durante el gobierno del general Achá fue ministro de Bolivia en Argentina y Paraguay (1863). Durante la Guerra del Pacífico, convencido del adverso resultado para el país, encabezó el partido pacifista. Su posición era que el Litoral era por varias razones indefendible. Así, el país debería reducir sus pérdidas y buscar una alianza con Chile.
Participó desde el Congreso para derrocar a Hilarión Daza y tuvo un rol fundamental en la redacción de la entonces nueva Constitución del país, aceptando ser vicepresidente de Narciso Campero en el crucial período de construcción de nación 1880-1884. Sus divergencias en la resolución del conflicto bélico con Chile, conducen a su destierro de Bolivia en 1881, instalándose en París.
Finalmente, Arce es absuelto y se le permite regresar al país en 1883. Inmediatamente, interviene de nuevo en la política al frente del Partido Constitucional, que se transformó en Partido Conservador al fusionarse con el Democrático, y que proponía la primacía de la ley, elecciones periódicas y un régimen a favor de las élites empresariales. En 1885 fue nombrado ministro de su país en Chile y, en 1886, ministro en España y Francia.
Fue elegido Presidente para el periodo 1888-1892. Terminado éste se retiró a la vida privada y a sus negocios. Sufrió una persecución política por parte del Partido Liberal hasta que vuelve a la política activa en 1904 para competir como candidato a la primera magistratura con Ismael Montes. Murió dos años después.
[gallery ids="510703,510702,510701"]
Su gobierno lo concentró en la integración, hecho que derivó en que sea combatido constantemente por los liberales, su mandato se caracterizó por un gobierno fuerte y constructivo. Comprendió que lo esencial era vincular las diversas regiones y comunicar el país con el exterior.
De este modo hizo construir carreteras entre Sucre y Potosí, Sucre y Cochabamba y Oruro, y Cochabamba al Beni y, sobre todo, el ferrocarril entre la frontera chilena y Oruro, que relacionó Bolivia y sus productos con el mundo; en cambio, sus proyectos de llevarlo a La Paz y Sucre no se realizaron, en parte, por oposición interna.
Además de otras diversas obras públicas, creó el Colegio Militar, llevó a cabo la electrificación de algunas ciudades y promulgó modernas leyes bancarias y de inversión. En política exterior, Arce trató, sin éxito, de que le fuera devuelta a Bolivia la franja de litoral arrebatada por Chile o que se cediera los territorios de Tacna y Arica.
Todo este quehacer de mandatario lo llevó lejos de su tierra chapaca, más aún, sus logros como estadista lo convirtieron en hijo predilecto del departamento, por lo que en la actualidad una de las provincias lleva su nombre, la provincia Arce.
Padcaya es la capital de la provincia Arce y es una de las poblaciones donde más marcado se tiene este aprecio a la memoria de Arce. En esta población, cuya arquitectura ha sido conservada en los alrededores de la plaza, se encuentra un busto de Aniceto. Allí, a media cuadra de la plaza, hay una casa que es conocida como la casa de Aniceto Arce.
Se trata de una vivienda que a primera vista parecería ser de la época republicana, debido principalmente a la forma de la puerta principal, un arco de madera que parece ser lo único original, ya que la puerta se ve más reciente.
La dueña de la casa es doña Edna Claure, cuyos padres, Gil Claure Aparicio y Edna Victoria Aguirre Lizarazu la compraron a inicios del siglo XX a Cesar López del Valle.
Hoy en día, cuando se pregunta por la casa de Aniceto Arce en Padcaya muy poca gente sabe a qué vivienda se hace referencia debido a que es una casa particular. Pero también hay quienes creen que efectivamente esa casa fue habitada por Arce.
Los padres de Edna Claure compraron la casa cuando se casaron y unos años después la Subprefectura inició los trámites para expropiarla o comprarla debido a que se creía que allí había vivido el ex mandatario mientras cursaba los estudios primarios en ese poblado. Esta versión, aparentemente oficial, figura en el libro “Voces de Padcaya”, editado por la Alcaldía de ese municipio.
Doña Edna es maestra jubilada y recuerda que cuando daba clases a sus estudiantes éstos siempre le preguntaban quién había vivido antes en su casa. “Preguntaban porque sus papás les decían, a ver, dile a la profesora que te cuente quién vivió en su casa”.
Sin embargo, para los padres de Edna, lejos de ser un honor habitar la casa del ex Presidente, era un problema.
Originalmente, el zaguán de la casa tenía forma de arco y en la pared izquierda se podía apreciar un escudo de Bolivia, pintado y con una especie de firma en la parte inferior que decía: Pérez de Holguín, lo cual según doña Edna, su padre interpretó que la pintura fue obra del célebre pintor.
Esta pintura fue motivo de discordia en la familia cuando su madre decidió hacerla desaparecer debido a los rumores que daban cuenta que las autoridades planeaban expropiar o comprar la casa que “había sido habitada por Aniceto Arce en Padcaya”.
“Mi mamita pobre se asustó y como tenía miedo que le quiten su casa hizo borrar el escudo que había en el zaguán, un escudo de Bolivia, muy hermoso pintado y abajo decía, Pérez de Holguín”, relata.
De acuerdo a doña Edna, eso lo hizo su madre cuando su padre se encontraba de viaje. “Pero qué has hecho mujer, le dijo mi papá y mi mami sólo no quería que no le quiten su casa”, cuenta. La casa poco a poco fue restaurada por lo que muy poco queda de la estructura original. Nunca fue expropiada pero los descendientes de los dueños recuerdan que desde siempre venían personas a visitar la casa y decían que ahí había vivido Aniceto Arce.
Es poco lo que se encuentra documentado sobre la residencia de Aniceto Arce en el departamento; sin embargo, de acuerdo a la versión de Luis Paz Arce (1854-1928), el ex Presidente nació en la esquina de las calles Sucre e Ingavi, donde actualmente se encuentra un centro comercial, e inmediatamente fue llevado a Charaja (Tarija), un lugar en el campo en el que su padres tenían propiedades, de acuerdo a la versión de Bernardo Trigo (1952)
Esto motivó que se busque la ubicación de la casa en la que vivió Aniceto Arce durante su primera infancia en esa zona. Allí se ubicó una propiedad que igual, dentro del imaginario popular es denominada la casa de Aniceto Arce; sin embargo, de acuerdo a José Paz Garzón es una vivienda que perteneció a otra familia Arce.
En San José Charajas, efectivamente, se puede observar una casa abandonada que aún conserva parte de su esplendor y que permite apreciar e imaginar la opulencia de los hacendados de otras épocas.
De acuerdo a José Paz Garzón, en algún momento existió incluso la intención de comprar esa propiedad pensando erróneamente que allí había vivido Arce, empero se desestimó esta posibilidad una vez aclarado que los padres de Aniceto Arce no tenían su propiedad en San José de Charajas, sino en Charaja, un lugar en el margen izquierdo del río Camacho, es decir al frente de donde está ubicada esa propiedad.
En el lugar descrito, hoy en día no se encuentra edificación alguna, sin embargo fue declarado Monumento Nacional por la Ley Nº 2080 en el año 2000. Se trata de los predios que fueron propiedad de Diego Antonio Arce y Francisca Ruiz.
El Palacio de la Florida
Otra característica de Arce fue su gusto por los lujos, la historia recuerda al tarijeño como un hombre millonario, quien gastó gran parte de su fortuna en obras estatales. Una de las grandes obras que efectuó es el Palacio de la Florida, restaurado y habilitado como museo en los últimos años.
Hoy este lugar se ha convertido en un atractivo turístico, ubicado en la capital de Bolivia: Sucre. La gran obra se encuentra a cinco kilómetros de la ciudad blanca, a orillas de la quebrada de Quirpinchaca. Fue la hacienda colonial de Aniceto Arce denominada Huirupucu.
Tras los trabajos de restauración, el municipio inauguró el museo con un recorrido gratuito desde las 16.00 hasta las 22.00 y la actuación de grupos de baile y música.
Cuenta con 50 habitaciones, ventanas y puertas de pino ucraniano, como también con misteriosos túneles subterráneos, hermosos jardines, además de escaleras. Entre los salones que posee están las salas de despacho, el oratorio, el comedor de diario y otro de lujo, además de corredores externos, piscinas, despensas, bodegas, salas de té, entre otros.
Su color resulta elegante de una combinación de tonos ladrillo y azul, está custodiado por enormes palmeras. Muchos historiadores aseguran que la obra es la extensión de la personalidad de Aniceto Arce.
Según el diario Correo del Sur el investigador e historiador Iván Gutiérrez Achá asegura que La Florida es un palacio, no un palacete, como comúnmente se lo denominó.
“Cuando Sucre iba a ser sede de la Federación Latinoamericana de Ciudades, Municipios y Asociaciones Municipalistas (FLACMA), los (funcionarios) de la Alcaldía cometieron el error de denominar a La Florida como palacete, cuando en realidad es un palacio, y así quedó en toda la publicidad que hicieron”, comenta a manera de anécdota.
La vida y obras de Aniceto Arce
El 17 de abril se recuerda el nacimiento de Aniceto Arce Ruiz, abogado, empresario y político, surgió de una modesta familia, fue hijo de Diego de Arce y Francisca Ruiz de Mendoza. Cursó estudios de secundaria en el colegio Junín de Sucre, y de derecho en la Universidad de San Francisco Xavier. Muy joven recorrió el país. En 1850 fue elegido diputado; perseguido por Belzu, se exilió en Copiapó (Chile) donde se interesó por el trabajo de minas. Subido al poder Linares, en enero de 1857, fue nombrado rector del Colegio Pichincha de Potosí. Un año antes había iniciado sus trabajos en las minas de plata de Huanchaca que lo convertirían en el primer millonario del país.
Durante el gobierno del general Achá fue ministro de Bolivia en Argentina y Paraguay (1863). Durante la Guerra del Pacífico, convencido del adverso resultado para el país, encabezó el partido pacifista. Su posición era que el Litoral era por varias razones indefendible. Así, el país debería reducir sus pérdidas y buscar una alianza con Chile.
Participó desde el Congreso para derrocar a Hilarión Daza y tuvo un rol fundamental en la redacción de la entonces nueva Constitución del país, aceptando ser vicepresidente de Narciso Campero en el crucial período de construcción de nación 1880-1884. Sus divergencias en la resolución del conflicto bélico con Chile, conducen a su destierro de Bolivia en 1881, instalándose en París.
Finalmente, Arce es absuelto y se le permite regresar al país en 1883. Inmediatamente, interviene de nuevo en la política al frente del Partido Constitucional, que se transformó en Partido Conservador al fusionarse con el Democrático, y que proponía la primacía de la ley, elecciones periódicas y un régimen a favor de las élites empresariales. En 1885 fue nombrado ministro de su país en Chile y, en 1886, ministro en España y Francia.
Fue elegido Presidente para el periodo 1888-1892. Terminado éste se retiró a la vida privada y a sus negocios. Sufrió una persecución política por parte del Partido Liberal hasta que vuelve a la política activa en 1904 para competir como candidato a la primera magistratura con Ismael Montes. Murió dos años después.
[gallery ids="510703,510702,510701"]