Desempleo rompe oasis de eterna promesa petrolera
Canta el gallo, pero don Andrés ya se despertó antes. En estas últimas semanas le cuesta conciliar el sueño. Antes que salga el sol- que cada vez sale un poco más tarde por la época fría- él se levanta de la cama muy despacio para no despertar a doña Juanita. A don Andrés le da pena que...



Canta el gallo, pero don Andrés ya se despertó antes. En estas últimas semanas le cuesta conciliar el sueño. Antes que salga el sol- que cada vez sale un poco más tarde por la época fría- él se levanta de la cama muy despacio para no despertar a doña Juanita. A don Andrés le da pena que ella también tenga que dormir mal por su culpa, aunque sabe que eso es inevitable porque la preocupación ronda no solo por su casa, que se ubica al salir de Palos Blancos, sino también por otras comunidades.
Camina por el patio, le tira una piedrita -que rebota en el algarrobo que plantó su abuelo- para que el Negro, su fiel amigo peludo, la recoja. “Hasta vos estás flaco”, le dice mientras una sonrisa deja ver los restos de coca de su último bolo. Doña Juanita ya prendió la leña, sacó agua de uno de los bidones que tiene en la cocina y la puso a hervir. Ya no le queda pan, hoy les toca desayunar con maíz.
Termina de sorber el té en su jarro blanco y tira un poco del agua que aún sobra del bidón para enjuagarlo y dejarlo volcado en el mantel casi blanco que cuelga en el mesón. Doña Juanita se prepara para ir a recoger más agua, pero esta vez ha pensado acompañar a don Andrés a la concentración de los desocupados.
“Es que no es justo”, dice ella. La protesta se efectuará en el cruce antes de llegar al pozo hidrocarburífero de Margarita. La Planta de Margarita está ubicada en el noreste de la provincia O’Connor, ahí se produce gas y condensado de los reservorios de la formación Huamampampa.
El desarrollo del bloque gasífero Caipipendi, donde se encuentra el campo Margarita y Huacaya se convirtió en un signo de desarrollo para el país. El bloque hidrocarburífero Caipipendi se encuentra entre Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija. Margarita forma parte del bloque.
Fue a partir de 1998 que iniciaron los trabajos en la zona, pero no fue sino hasta junio del año 2010 cuando inició su desarrollo con la Fase I, a partir de una inversión aproximada de $us 600 millones que permitió alcanzar una capacidad de procesamiento en la planta de 9.000.000 de metros cúbicos día (MMmcd) de gas natural.
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y Repsol guardaron distancia con los comunarios al inicio. Luego, se ofrecieron puestos de trabajo temporales con el sentido concretar contratos mientras pasen los meses de capacitación y los habitantes ganen experiencia en el área.
En más de una década de extractivismo, las empresas petroleras no les dieron ni un solo contrato a largo plazo a los lugareños.
Iboca, Cumandaroti, Ioati, Puerto Margarita, Ioarati y Palos Blancos son las comunidades que exigieron puestos de trabajo a las empresas para poder subsistir, así revela don Francisco Aparicio, nacido en Palos Blancos y excívico departamental.
Añade que en todos los años que sacaron hidrocarburos no brindaron beneficios, ni doble aguinaldo, menos incremento salarial. “No hubo quinquenios, tampoco bonos ni nada parecido para las personas que habitan en las seis comunidades nombradas, porque sus contratos temporales no protegen a los trabajadores”, explica.
A unos cuantos kilómetros de distancia, en la misma provincia, el tiempo retrocede. En Chiquiacá Centro, Chiquiacá Sur, Pampa Redonda y comunidades adyacentes se discute cómo se repartirán los trabajos que la empresa Petrobras traerá si logran vencer el bloqueo del Comité de defensa de la Reserva Nacional de Flora y Fauna de Tariquía.
Una de las muchachas que resguarda el puente de Vallecito Los Lapachos -en rechazo a la exploración y explotación de hidrocarburos- explicó que su tía se hizo un préstamo para terminar de construir unos cuartos con el objetivo de alojar a los empresarios petroleros.
“Ella no sabe que nunca se van a alojar ahí, ellos viven en sus campamentos. Comen en sus campamentos. La comida que se hace en los lugares no la compran porque tienen cocineras que traen de Santa Cruz, de otros lados. Compran alimentos de otros lados”, asegura porque ella vivió cerca de un campamento petrolero por Caraparí.
¿Un nuevo Oasis?
En Tariquía se pretende explorar los pozos Domo Oso X1 y Domo Oso X2 que forman parte del bloque de San Telmo Norte. Éstos se encuentran dentro del territorio del área protegida que representa el equilibrio del medio ambiente para el departamento, según varios expertos.
Tanto en Palos Blancos como en Tariquía, el oasis prometido en diferentes años es semejante. Las promesas de fuentes laborales, de mayor oportunidad, de resolver los problemas de agua, luz y gas, el repetido y gastado discurso de progreso y desarrollo han ingresado nuevamente y han despertado el interés de más de un dirigente.
Palos Blancos no tiene otra actividad económica que genere los suficientes recursos para que las familias subsistan. No hay campos verdes de cultivos, no hay agua suficiente que traiga peces, no hay industrias, no hay circuitos turísticos, no se construyeron empresas ni se resolvió las necesidades básicas. Palos Blancos depende de los trabajos temporales que Petrobras les otorga a algunos habitantes. Esto se ha traducido en una relación de dependencia paternalista, que se agrava con el deterioro ambiental que sufrió en la última década.
Así como don Andrés, hay 200 desocupados en Palos Blancos. Los bloqueos a la empresa y la protesta de sus autoridades continuarán en lo queda del año. En la última reunión se había acordado garantizar 150 fuentes de trabajo (temporales), pero hasta la fecha se proporcionaron menos de una decena.
“No hay trabajo, no tenemos ganado. Apenas nos alcanza para vivir. Si seguimos aquí es porque nuestros hijos nos mandan algo de vez en cuando y porque ellos se han ido. Cuando ya no estemos no van a volver porque en esta tierra ya no hay nada”, dice doña Juanita mientras mira a don Andrés entre los otros hombres que levantan un cartel: “Necesitamos trabajar para vivir”.
Promesas en el aire no dieron resultados
Negociaciones
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y Repsol guardaron distancia con los comunarios al inicio. Luego, se ofrecieron puestos de trabajo temporales con el sentido de concretar contratos mientras pasen los meses de capacitación y los habitantes ganen experiencia en el área.
Bloqueos
Los comunarios de Palos Blancos visitaron la capital de Tarija en más de una ocasión para denunciar la falta de oportunidades laborales que existe en su comunidad. Hasta la fecha no existen alternativas. Este año hubo una vigilia, por varios días e intervino la Policía, pero llegaron a un acuerdo sin resultado.
Sin alternativa
En Palos Blancos no se pueden plantar grandes cultivos agrarios para garantizar la subsistencia de todos sus habitantes porque la fertilidad de las tierras se encuentra en declive. El agua de algunas vertientes parece haber desaparecido y el agua de consumo está contaminada.
Camina por el patio, le tira una piedrita -que rebota en el algarrobo que plantó su abuelo- para que el Negro, su fiel amigo peludo, la recoja. “Hasta vos estás flaco”, le dice mientras una sonrisa deja ver los restos de coca de su último bolo. Doña Juanita ya prendió la leña, sacó agua de uno de los bidones que tiene en la cocina y la puso a hervir. Ya no le queda pan, hoy les toca desayunar con maíz.
Termina de sorber el té en su jarro blanco y tira un poco del agua que aún sobra del bidón para enjuagarlo y dejarlo volcado en el mantel casi blanco que cuelga en el mesón. Doña Juanita se prepara para ir a recoger más agua, pero esta vez ha pensado acompañar a don Andrés a la concentración de los desocupados.
“Es que no es justo”, dice ella. La protesta se efectuará en el cruce antes de llegar al pozo hidrocarburífero de Margarita. La Planta de Margarita está ubicada en el noreste de la provincia O’Connor, ahí se produce gas y condensado de los reservorios de la formación Huamampampa.
El desarrollo del bloque gasífero Caipipendi, donde se encuentra el campo Margarita y Huacaya se convirtió en un signo de desarrollo para el país. El bloque hidrocarburífero Caipipendi se encuentra entre Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija. Margarita forma parte del bloque.
Fue a partir de 1998 que iniciaron los trabajos en la zona, pero no fue sino hasta junio del año 2010 cuando inició su desarrollo con la Fase I, a partir de una inversión aproximada de $us 600 millones que permitió alcanzar una capacidad de procesamiento en la planta de 9.000.000 de metros cúbicos día (MMmcd) de gas natural.
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y Repsol guardaron distancia con los comunarios al inicio. Luego, se ofrecieron puestos de trabajo temporales con el sentido concretar contratos mientras pasen los meses de capacitación y los habitantes ganen experiencia en el área.
En más de una década de extractivismo, las empresas petroleras no les dieron ni un solo contrato a largo plazo a los lugareños.
Iboca, Cumandaroti, Ioati, Puerto Margarita, Ioarati y Palos Blancos son las comunidades que exigieron puestos de trabajo a las empresas para poder subsistir, así revela don Francisco Aparicio, nacido en Palos Blancos y excívico departamental.
Añade que en todos los años que sacaron hidrocarburos no brindaron beneficios, ni doble aguinaldo, menos incremento salarial. “No hubo quinquenios, tampoco bonos ni nada parecido para las personas que habitan en las seis comunidades nombradas, porque sus contratos temporales no protegen a los trabajadores”, explica.
A unos cuantos kilómetros de distancia, en la misma provincia, el tiempo retrocede. En Chiquiacá Centro, Chiquiacá Sur, Pampa Redonda y comunidades adyacentes se discute cómo se repartirán los trabajos que la empresa Petrobras traerá si logran vencer el bloqueo del Comité de defensa de la Reserva Nacional de Flora y Fauna de Tariquía.
Una de las muchachas que resguarda el puente de Vallecito Los Lapachos -en rechazo a la exploración y explotación de hidrocarburos- explicó que su tía se hizo un préstamo para terminar de construir unos cuartos con el objetivo de alojar a los empresarios petroleros.
“Ella no sabe que nunca se van a alojar ahí, ellos viven en sus campamentos. Comen en sus campamentos. La comida que se hace en los lugares no la compran porque tienen cocineras que traen de Santa Cruz, de otros lados. Compran alimentos de otros lados”, asegura porque ella vivió cerca de un campamento petrolero por Caraparí.
¿Un nuevo Oasis?
En Tariquía se pretende explorar los pozos Domo Oso X1 y Domo Oso X2 que forman parte del bloque de San Telmo Norte. Éstos se encuentran dentro del territorio del área protegida que representa el equilibrio del medio ambiente para el departamento, según varios expertos.
Tanto en Palos Blancos como en Tariquía, el oasis prometido en diferentes años es semejante. Las promesas de fuentes laborales, de mayor oportunidad, de resolver los problemas de agua, luz y gas, el repetido y gastado discurso de progreso y desarrollo han ingresado nuevamente y han despertado el interés de más de un dirigente.
Palos Blancos no tiene otra actividad económica que genere los suficientes recursos para que las familias subsistan. No hay campos verdes de cultivos, no hay agua suficiente que traiga peces, no hay industrias, no hay circuitos turísticos, no se construyeron empresas ni se resolvió las necesidades básicas. Palos Blancos depende de los trabajos temporales que Petrobras les otorga a algunos habitantes. Esto se ha traducido en una relación de dependencia paternalista, que se agrava con el deterioro ambiental que sufrió en la última década.
Así como don Andrés, hay 200 desocupados en Palos Blancos. Los bloqueos a la empresa y la protesta de sus autoridades continuarán en lo queda del año. En la última reunión se había acordado garantizar 150 fuentes de trabajo (temporales), pero hasta la fecha se proporcionaron menos de una decena.
“No hay trabajo, no tenemos ganado. Apenas nos alcanza para vivir. Si seguimos aquí es porque nuestros hijos nos mandan algo de vez en cuando y porque ellos se han ido. Cuando ya no estemos no van a volver porque en esta tierra ya no hay nada”, dice doña Juanita mientras mira a don Andrés entre los otros hombres que levantan un cartel: “Necesitamos trabajar para vivir”.
Promesas en el aire no dieron resultados
Negociaciones
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y Repsol guardaron distancia con los comunarios al inicio. Luego, se ofrecieron puestos de trabajo temporales con el sentido de concretar contratos mientras pasen los meses de capacitación y los habitantes ganen experiencia en el área.
Bloqueos
Los comunarios de Palos Blancos visitaron la capital de Tarija en más de una ocasión para denunciar la falta de oportunidades laborales que existe en su comunidad. Hasta la fecha no existen alternativas. Este año hubo una vigilia, por varios días e intervino la Policía, pero llegaron a un acuerdo sin resultado.
Sin alternativa
En Palos Blancos no se pueden plantar grandes cultivos agrarios para garantizar la subsistencia de todos sus habitantes porque la fertilidad de las tierras se encuentra en declive. El agua de algunas vertientes parece haber desaparecido y el agua de consumo está contaminada.