Encuestas y Asamblea se imponen en la agenda para finalizar abril
Semana marcada por la recta final de la “competencia” de abril, donde el MAS ha vuelto a ser protagonista con presencias de Evo Morales y la ministra de Planificación, Mariana Prado, en actos separados, y sobre todo, por las encuestas de abril de Ipsos para ATB, que normalmente pasan por ser...



Semana marcada por la recta final de la “competencia” de abril, donde el MAS ha vuelto a ser protagonista con presencias de Evo Morales y la ministra de Planificación, Mariana Prado, en actos separados, y sobre todo, por las encuestas de abril de Ipsos para ATB, que normalmente pasan por ser las “más fiables”.
Si el MAS confiaba en que el acuerdo entre el Ministerio de Salud y la Gobernación a cuenta del Seguro Universal de Salud (SUS) le ayudará a remontar en la percepción en Tarija, la aparición de la encuesta vuelve a bajar la moral de los miembros tarijeños, cada vez más solos desde que estalló la “crisis” de Tariquía.
La encuesta realizada justamente en los días de la efeméride da una intención de voto en lo urbano del 18 por ciento para el candidato Evo Morales, una cifra nunca antes registrada, ni siquiera en 2005, donde el MAS se quedó a nivel departamental en el 32 por ciento.
En 2014 Morales ganó en Cercado con un 41 por ciento gracias a la división entre Samuel Doria Medina y Tuto Quiroga, lo que le permitió ganar a nivel departamental con el 51 por ciento. El voto rural en Tarija representa entre el 20 y el 30 por ciento, lo que le permitiría elevar puntos, pero la situación sigue siendo de emergencia.
La carrera local
La encuesta de Ipsos también da pistas sobre lo que está pasando en Tarija luego de cuatro años de crispación política. Según Ipsos, la aprobación de la gestión del Gobernador Adrián Oliva ha empezado a crecer tras una brusca caída en la gestión final de los créditos de 2017. El 54 por ciento aprueba la gestión de Oliva y el dato se da en un momento de relativa paz interna departamental y en plena confrontación con el Gobierno: Emtagas, Tariquía y el propio SUS – se midió antes del acuerdo). El dato da pistas, aunque se prevé un recrudecimiento de la batalla interna conforme se acerquen las citas electorales.
El otro dato es el del alcalde Rodrigo Paz, cuya gestión cae otros cinco puntos y se sitúa en el 40 por ciento; un suelo que puede ser firme para buscar su reelección en el caso de que el voto se fragmente ante la predecible “avalancha” de candidatos a la Alcaldía en 2020 tras una legislatura sometida al acoso por parte de los exaliados.
La guerra en la Asamblea
Llegados a finales de abril, se abre la tradicional batalla por la Directiva de la Asamblea Legislativa Departamental, con una peculiaridad: este año quien sea elegido puede acabar siendo Gobernador si nadie modifica ese punto en la norma electoral que obliga a renunciar a todos los candidatos, salvo a Evo Morales.
La posibilidad de ser cinco meses gobernador pude atraer a algunos asambleístas de la bancada del MAS, pero es cierto que la mayoría también pretende ser reelecto, por lo que igualmente deberán renunciar, generando una inestabilidad en el Legislativo, que podría incluso quedarse sin quórum ante la desproporción de la norma.
En cualquier caso, descartados los asambleístas chaqueños y bermejeños, padcayeños y entrerrianos, por aquello del lío de la modificación de la Ley del 45 por ciento que no pone de acuerdo a las partes, las opciones se cierran sobre Basilio Ramos o Guadalupe Jurado, quien ya estuvo dos legislaturas en la Asamblea y no es seguro que su central le avale una tercera.
Quecaña amaga pero no interviene
Mientras en el valle central la actualidad política se liga cada vez más a lo nacional, en el Chaco sigue marcada por el día a día. El ejecutivo regional, José Quecaña, que apenas ha hecho gestión en sus años al frente de la institución, busca acelerar proyectos con las empresas de servicios, aunque para ello haya optado por la intervención estatal. Tras Emtagas, Quecaña ha sugerido varias veces una intervención en Setar, que de momento, no se consuma.
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Si el MAS confiaba en que el acuerdo entre el Ministerio de Salud y la Gobernación a cuenta del Seguro Universal de Salud (SUS) le ayudará a remontar en la percepción en Tarija, la aparición de la encuesta vuelve a bajar la moral de los miembros tarijeños, cada vez más solos desde que estalló la “crisis” de Tariquía.
La encuesta realizada justamente en los días de la efeméride da una intención de voto en lo urbano del 18 por ciento para el candidato Evo Morales, una cifra nunca antes registrada, ni siquiera en 2005, donde el MAS se quedó a nivel departamental en el 32 por ciento.
En 2014 Morales ganó en Cercado con un 41 por ciento gracias a la división entre Samuel Doria Medina y Tuto Quiroga, lo que le permitió ganar a nivel departamental con el 51 por ciento. El voto rural en Tarija representa entre el 20 y el 30 por ciento, lo que le permitiría elevar puntos, pero la situación sigue siendo de emergencia.
La carrera local
La encuesta de Ipsos también da pistas sobre lo que está pasando en Tarija luego de cuatro años de crispación política. Según Ipsos, la aprobación de la gestión del Gobernador Adrián Oliva ha empezado a crecer tras una brusca caída en la gestión final de los créditos de 2017. El 54 por ciento aprueba la gestión de Oliva y el dato se da en un momento de relativa paz interna departamental y en plena confrontación con el Gobierno: Emtagas, Tariquía y el propio SUS – se midió antes del acuerdo). El dato da pistas, aunque se prevé un recrudecimiento de la batalla interna conforme se acerquen las citas electorales.
El otro dato es el del alcalde Rodrigo Paz, cuya gestión cae otros cinco puntos y se sitúa en el 40 por ciento; un suelo que puede ser firme para buscar su reelección en el caso de que el voto se fragmente ante la predecible “avalancha” de candidatos a la Alcaldía en 2020 tras una legislatura sometida al acoso por parte de los exaliados.
La guerra en la Asamblea
Llegados a finales de abril, se abre la tradicional batalla por la Directiva de la Asamblea Legislativa Departamental, con una peculiaridad: este año quien sea elegido puede acabar siendo Gobernador si nadie modifica ese punto en la norma electoral que obliga a renunciar a todos los candidatos, salvo a Evo Morales.
La posibilidad de ser cinco meses gobernador pude atraer a algunos asambleístas de la bancada del MAS, pero es cierto que la mayoría también pretende ser reelecto, por lo que igualmente deberán renunciar, generando una inestabilidad en el Legislativo, que podría incluso quedarse sin quórum ante la desproporción de la norma.
En cualquier caso, descartados los asambleístas chaqueños y bermejeños, padcayeños y entrerrianos, por aquello del lío de la modificación de la Ley del 45 por ciento que no pone de acuerdo a las partes, las opciones se cierran sobre Basilio Ramos o Guadalupe Jurado, quien ya estuvo dos legislaturas en la Asamblea y no es seguro que su central le avale una tercera.
Quecaña amaga pero no interviene
Mientras en el valle central la actualidad política se liga cada vez más a lo nacional, en el Chaco sigue marcada por el día a día. El ejecutivo regional, José Quecaña, que apenas ha hecho gestión en sus años al frente de la institución, busca acelerar proyectos con las empresas de servicios, aunque para ello haya optado por la intervención estatal. Tras Emtagas, Quecaña ha sugerido varias veces una intervención en Setar, que de momento, no se consuma.
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