Evo, su discurso y su gabinete copan la agenda de la semana
La semana venía fuerte y no precisamente por la convocatoria de las Elecciones Primarias de hoy, sino por lo puramente institucional. El Día del Estado Plurinacional se ha convertido en uno de los dos eventos políticos del año, junto al 6 de agosto, tanto por el discurso institucional como...



La semana venía fuerte y no precisamente por la convocatoria de las Elecciones Primarias de hoy, sino por lo puramente institucional. El Día del Estado Plurinacional se ha convertido en uno de los dos eventos políticos del año, junto al 6 de agosto, tanto por el discurso institucional como por ser el momento previo al día en el que tradicionalmente el presidente Evo Morales ajusta su gabinete.
Este 2019 no defraudó en cuanto a intencionalidad política, aún con las contradicciones propias de la época; Morales centró el discurso mejor elaborado de los que ha dictado en los últimos años en la estabilidad de su gobierno e inmediatamente después cambio a siete ministros de un plumazo, un tercio del gabinete.
El discurso fue, además, el más corto. Morales seleccionó muy bien las cifras que esta vez quería comparar con los gobiernos neoliberales, y eran exactamente aquellas que podían agradar al grupo objetivo de la próxima elección: la famosa clase media. En la previa el Vicepresidente Álvaro García Linera ya había apuntado claramente a ella. Según sus datos, el 62% de los bolivianos tiene ahora “ingresos medios”, un concepto tan subjetivo como insatisfactorio, sobre todo si no se centra exactamente el monto de ingresos necesarios para incorporarse a esa clase.
Morales habló de salud, de vivienda y de empleo, preocupaciones de esta clase media y sobre todo de los recién llegados, que pueden verse de retorno a la miseria con una gripe mal curada. El mensaje quedó más o menos claro, pero al día siguiente revolucionó el gabinete, recuperando a viejas insignias, dando justamente una impresión entre la necesidad de ruptura y la de mano dura.
Dos nombres centraron la atención; Juan Ramón Quintana vuelve a Presidencia tras dos años más o menos sabáticos y Luis Arce Catacora vuelve a Economía, de la que nunca salió del todo, una vez recuperado de sus dolencias. A Quintana se le apuntaba por la gestión del referéndum del 21F y fue sacrificado en el mismo acto con David Choquehuanca, del que no se tienen noticias.
La lectura local
En Tarija preocupa particularmente el retorno de Arce Catacora, quien durante dos años torpedeó la ayuda financiera para superar la crisis dejada por Lino Condori y sus fastuosas obras impagables tras la caída del crudo y que solo reconoció la inminente recesión unos meses antes de su salida de la cartera. Es cierto que Arce Catacora dejó prescrita la necesidad de invertir dinero público, pero fue después cuando se empezaron a concretar al menos algunos fideicomisos y créditos para superar el agujero dejado.
Del resto de cambios, en Tarija se espera con expectativa lo que pueda dar de sí la gestión de Gabriela Montaño en Salud, donde debe coordinar la implementación del SUS con el Susat una vez que ha quedado claro que se trata de una medida política en la que no se van a escatimar esfuerzos de vocería. También se analiza cómo se digerirá el retorno bartolino en el sector más próximo a Julia Ramos, apartada por el caso Fondo Indígena.
También han generado pequeños terremotos la llegada de Milton Gómez a Trabajo, donde se especulaba caería Alfredo Rada, que finalmente retornó a su Viceministerio de Movimientos Sociales y el de Óscar Coca – gerencia pura – a Obras Públicas, que derivará en cambios en la ABC. Mucha más expectativa hay en la gestión de Manuel Canelas en Comunicación, que aparentemente abandera un estilo más moderno de gestión y no se prevé ejerza la portavocía belicosa que tradicionalmente se le ha asignado al ocupante de esa cartera de Estado.
En lo que se refiere a cuotas departamentales, algo que no ha interesado especialmente al MAS en los últimos años, Tarija mantiene un único Ministro de 20, Luis Alberto Sánchez, y un viceministerio para el Chaco converso, con Carlos Brú en Defensa Civil a priori ratificado por el propio Presidente Evo en su reciente “no proclamación” de Yacuiba. En los primeros años hubo un peso algo mayor, con Julia Ramos y Celinda Sosa en la primera línea. Después fue José Sosa en Hidrocarburos y Nilda Copa y Sandra Gutiérrez que pasaron por Justicia.
Todavía se están haciendo ajustes en los gabinetes, sobre todo de los nuevos ministros posesionados. No está cerrado, por ejemplo, el Viceministerio de Autonomías, de especial relevancia para la coordinación entre la autonomía departamental y regional; o el equipo definitivo de Gabriela Montaño, con quien se deberá gestionar el proyecto de Seguro Universal.
Asamblea de Tarija retorna a medio gas
La Asamblea Legislativa Departamental ya ha retornado a la actividad legislativa, aunque casi no se note. En la jornada clave del jueves, donde se iba a tocar la Ley Electoral, la directiva y los asambleístas chaqueños viajaron a Yacuiba para arropar al Presidente Evo Morales en una anunciada proclamación que finalmente fue frustrada por el “silencio electoral”, aunque no evitó que se entregaran proyectos y se hicieran promesas de tinte electoral, como la petroquímica o la apertura de mercados en China.
Finalmente se aprobó la Ley Electoral en grande, lo que marca formalmente el inicio de su tratamiento aunque siguen existiendo las principales dudas que despejar, y sobre las que no hay consenso: paridad en el binomio ejecutivo; inclusión de subgobernadores y reparto de curules. El cronómetro, al menos, está en marcha.
Este 2019 no defraudó en cuanto a intencionalidad política, aún con las contradicciones propias de la época; Morales centró el discurso mejor elaborado de los que ha dictado en los últimos años en la estabilidad de su gobierno e inmediatamente después cambio a siete ministros de un plumazo, un tercio del gabinete.
El discurso fue, además, el más corto. Morales seleccionó muy bien las cifras que esta vez quería comparar con los gobiernos neoliberales, y eran exactamente aquellas que podían agradar al grupo objetivo de la próxima elección: la famosa clase media. En la previa el Vicepresidente Álvaro García Linera ya había apuntado claramente a ella. Según sus datos, el 62% de los bolivianos tiene ahora “ingresos medios”, un concepto tan subjetivo como insatisfactorio, sobre todo si no se centra exactamente el monto de ingresos necesarios para incorporarse a esa clase.
Morales habló de salud, de vivienda y de empleo, preocupaciones de esta clase media y sobre todo de los recién llegados, que pueden verse de retorno a la miseria con una gripe mal curada. El mensaje quedó más o menos claro, pero al día siguiente revolucionó el gabinete, recuperando a viejas insignias, dando justamente una impresión entre la necesidad de ruptura y la de mano dura.
Dos nombres centraron la atención; Juan Ramón Quintana vuelve a Presidencia tras dos años más o menos sabáticos y Luis Arce Catacora vuelve a Economía, de la que nunca salió del todo, una vez recuperado de sus dolencias. A Quintana se le apuntaba por la gestión del referéndum del 21F y fue sacrificado en el mismo acto con David Choquehuanca, del que no se tienen noticias.
La lectura local
En Tarija preocupa particularmente el retorno de Arce Catacora, quien durante dos años torpedeó la ayuda financiera para superar la crisis dejada por Lino Condori y sus fastuosas obras impagables tras la caída del crudo y que solo reconoció la inminente recesión unos meses antes de su salida de la cartera. Es cierto que Arce Catacora dejó prescrita la necesidad de invertir dinero público, pero fue después cuando se empezaron a concretar al menos algunos fideicomisos y créditos para superar el agujero dejado.
Del resto de cambios, en Tarija se espera con expectativa lo que pueda dar de sí la gestión de Gabriela Montaño en Salud, donde debe coordinar la implementación del SUS con el Susat una vez que ha quedado claro que se trata de una medida política en la que no se van a escatimar esfuerzos de vocería. También se analiza cómo se digerirá el retorno bartolino en el sector más próximo a Julia Ramos, apartada por el caso Fondo Indígena.
También han generado pequeños terremotos la llegada de Milton Gómez a Trabajo, donde se especulaba caería Alfredo Rada, que finalmente retornó a su Viceministerio de Movimientos Sociales y el de Óscar Coca – gerencia pura – a Obras Públicas, que derivará en cambios en la ABC. Mucha más expectativa hay en la gestión de Manuel Canelas en Comunicación, que aparentemente abandera un estilo más moderno de gestión y no se prevé ejerza la portavocía belicosa que tradicionalmente se le ha asignado al ocupante de esa cartera de Estado.
En lo que se refiere a cuotas departamentales, algo que no ha interesado especialmente al MAS en los últimos años, Tarija mantiene un único Ministro de 20, Luis Alberto Sánchez, y un viceministerio para el Chaco converso, con Carlos Brú en Defensa Civil a priori ratificado por el propio Presidente Evo en su reciente “no proclamación” de Yacuiba. En los primeros años hubo un peso algo mayor, con Julia Ramos y Celinda Sosa en la primera línea. Después fue José Sosa en Hidrocarburos y Nilda Copa y Sandra Gutiérrez que pasaron por Justicia.
Todavía se están haciendo ajustes en los gabinetes, sobre todo de los nuevos ministros posesionados. No está cerrado, por ejemplo, el Viceministerio de Autonomías, de especial relevancia para la coordinación entre la autonomía departamental y regional; o el equipo definitivo de Gabriela Montaño, con quien se deberá gestionar el proyecto de Seguro Universal.
Asamblea de Tarija retorna a medio gas
La Asamblea Legislativa Departamental ya ha retornado a la actividad legislativa, aunque casi no se note. En la jornada clave del jueves, donde se iba a tocar la Ley Electoral, la directiva y los asambleístas chaqueños viajaron a Yacuiba para arropar al Presidente Evo Morales en una anunciada proclamación que finalmente fue frustrada por el “silencio electoral”, aunque no evitó que se entregaran proyectos y se hicieran promesas de tinte electoral, como la petroquímica o la apertura de mercados en China.
Finalmente se aprobó la Ley Electoral en grande, lo que marca formalmente el inicio de su tratamiento aunque siguen existiendo las principales dudas que despejar, y sobre las que no hay consenso: paridad en el binomio ejecutivo; inclusión de subgobernadores y reparto de curules. El cronómetro, al menos, está en marcha.