El 59% de bachilleres piensa trabajar y estudiar una carrera al mismo tiempo
Raúl recibió el incentivo de 1.000 bolivianos por tener el mejor promedio de todos sus compañeros bachilleres. No duda en que debe continuar sus estudios superiores. Sin embargo, su familia es de escasos recursos y su madre debe hacer estudiar a sus hermanos menores. Uno cursa quinto básico y...
Raúl recibió el incentivo de 1.000 bolivianos por tener el mejor promedio de todos sus compañeros bachilleres. No duda en que debe continuar sus estudios superiores. Sin embargo, su familia es de escasos recursos y su madre debe hacer estudiar a sus hermanos menores. Uno cursa quinto básico y el otro está en cuarto de secundaria. Pero también hay un tercero que recién cumplió tres años, justo cuando la graduación de Raúl, el 8 de diciembre.
Sabe que su madre no podrá ayudarle con los gastos de la universidad, por lo que para seguir su sueño trabajará para costear sus estudios. Raúl ya se ve como un ingeniero civil que levanta puentes y facilita el acceso caminero para los pueblos rurales. Con la “platita” que gane, hará estudiar a sus hermanos.
Así como Raúl, hay otros bachilleres que también quieren trabajar y estudiar. Cada quien tienen una problemática diferente y en algunos casos parecida, pero el denominador común es costearse sus estudios.
Un estudio de la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho (UAJMS) titulado “Expectativas de Formación Profesional de los Bachilleres de Tarija – Bolivia – Provincia Cercado”, arroja como resultado que el 59 por ciento de los bachilleres, en general, piensa estudiar una carrera universitaria y trabajar al mismo tiempo.
La investigación realizada por el Centro de Información Empresarial y Planificación Estratégica (Cieplane), aplicó un cuestionario a 2.601 estudiantes de sexto de secundaria de 68 colegios de la provincia de Cercado.
Los resultados revelaron que en el área rural el 80 por ciento piensa trabajar y estudiar, el 19 por ciento sólo estudiar y el 1 por ciento abandonar los estudios.
El trabajo de investigación también aborda las áreas que piensan estudiar los graduados. Del 85,6 por ciento que seguirá una formación universitaria el 42%, tanto de los de colegios fiscales, privados y de convenio, prefieren las ingenierías y arquitectura.
Por la variable género, las mujeres marcan preferencia por el área de ciencias sociales en un 38,9%, los varones por las dos áreas mencionadas anteriormente en un porcentaje de 61.
Según la Dirección Departamental de Educación (DDE) en la gestión 2018 se alcanzó alrededor de 9.000 bachilleres, mil graduados más que en la gestión pasada. De ellos, solo 500 lograron un título de técnico medio, como lo establece la nueva Ley 070 Avelino Siñani- Elizardo Pérez.
El trabajo investigativo de la estatal también revela, al margen de una carrera universitaria, qué otro tipo de formación quieren tener los bachilleres. Es así que el 8,7% de los encuestados quiere una carrera técnica, el 3% busca formarse en otras instituciones de educación superior tales como normales para maestros, academia de policías y escuelas nacionales de aviación y del Ejército de Bolivia; un 0,8% no piensa seguir ningún tipo de estudios superiores, solamente dedicarse a trabajar.
Del total de bachilleres, el 8,7% que tiene la intención de formarse en una carrera técnica, hizo mención a un abanico de 28 carreras diferentes, dentro de las cuales destacan las cinco primeras en orden de importancia: Mecánica automotriz, Gastronomía, Hotelería y Turismo, electromecánica y Fisioterapia.
Otro de las variables estudiadas es el lugar dónde prefieren estudiar. Se reveló que un 72% quiere quedarse en la ciudad de Tarija, un menor porcentaje quiere irse al interior del país, otros buscan salir de Bolivia y un mínimo porcentaje no tiene decido qué hacer al respecto.
De los que quieren quedarse en Tarija, un 26,6% lo hace por estar al lado de su familia; un 20,4% porque viven en este departamento, un 6% asegura que tendría más facilidades quedándose; el 5,2% argumenta que en su casa no hay dinero, por lo cual tienen que elegir facultades de la ciudad; otro 5% piensa que es lo mejor que pueden hacer y el 4% asegura que en el medio existen instituciones en las que pueden estudiar las carreras que quieren.
Entre los porcentajes de poca significación dentro de esta variable encontramos que otros aspectos que los sujetan a Tarija son el test psicológico con 2,2% y la opinión de los amigos con 1,1%. Más aún, lo que llama la atención es que el prestigio de la institución quedó en última escala.
En cuanto a la motivación de los jóvenes bachilleres, por estudiar una u otra carrera, en los colegios de dependencia fiscal, convenio y privadas, la principal es la vocación, seguida de cerca por la opinión de la familia, en tercer lugar, está el prestigio que brinda estudiar determinada carrera y por último están los altos ingresos que generan algunas profesiones.
A Raúl siempre le fue bien en las matemáticas y física, es por ello que quiere estudiar ingeniería civil. Sabe que es una carrera relativamente cara, pero también sabe que cuando llegue a trabajar en ello, será bien remunerado. Asegura que su afinidad es más por vocación.
Carrera artística
Pero no todos apuntan a la universidad o a una carrea técnica, hay quienes optan por el oficio artístico, aunque en mínima proporción de los encuestados (1,9%). De este total (1,9%), un 60,4% opta por la música; el 29,2% por la danza; el 4,2% por la pintura y el 2,1% se inclina por las carreras de dibujo, manualidades y profesor o profesora de artes.
De ese mismo grupo, los bachilleres de los colegios privados en un 100% escogen como carrera artística a la música, en tanto que los bachilleres de colegios fiscales prefieren la música solo en un 57%, el 29% prefiere la danza. En lo que refiere a los de convenio, un 56% se inclina por la música y el 44% restante por la danza.
Apuntes sobre el empleo juvenil
El desempleo
Estudios del CEDLA sobre el empleo juvenil muestran que la tasa de desempleo en jóvenes de 15 a 24 años en municipios bolivianos importantes La Paz (oeste) El Alto (oeste), Cochabamba (centro y Santa Cruz (este) se ubica por encima de 20 por ciento, en promedio.
Inexperiencia
Otra desventaja para la juventud desempleada es el no saber cómo presentar sus hojas de vidas, lo cual los lleva a aceptar trabajos precarios, con salarios bajos y con contratos inestables.
Inestabilidad
En Bolivia un 14,5% de los jóvenes se encuentran en situación de desempleo, el 55,7% tiene empleos informales y siete de cada 10 cuentan con empleos inestables, temporales o eventuales
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