Entre Ríos, el misterio del pueblo de los 4 nombres
Eliana Cortez es de Entre Ríos y apenas se le menciona ese nombre imagina el fuerte sol, sus calles polvorientas y su hermoso río, pero también su fe católica. Ella vive ahora en La Paz pero cada fin de semana no deja de recordar su bella tierra, tomándose un mate con su familia. Destaca...



Eliana Cortez es de Entre Ríos y apenas se le menciona ese nombre imagina el fuerte sol, sus calles polvorientas y su hermoso río, pero también su fe católica. Ella vive ahora en La Paz pero cada fin de semana no deja de recordar su bella tierra, tomándose un mate con su familia.
Destaca de su tierra los lugares turísticos como los ríos Pajonal, Santa Ana, Salinas, Chiquiacá, Narváez, y otros que en la época de verano son concurridos por los bañistas, tanto de Entre Ríos como de la ciudad de Tarija.
Pero también Entre Ríos tiene una misteriosa historia. Fue denominado como el “pueblo de los cuatro nombres”. Los historiadores aseguran que esto proviene de sus múltiples fundaciones.
En 1616 el pueblo fue fundado como la “Ciudad de Las Vegas de la Nueva Granada”, el 3 de julio de 1872 se fundó como “Villa de San Carlos”, el 25 de agosto de 1800 como “San Luis” y “San Luis de Entre Ríos” el 10 de noviembre de 1832. Según Omar J. Garay Casal, más allá de los nombres de la fundación, el territorio que ocupa la capital y gran parte de la provincia, fue llamado por los aborígenes que la poblaron con el denominativo chiriguano: “Yuqui”.
Como provincia fue creada el 10 de noviembre de 1832 en el gobierno del Mariscal Andrés de Santa Cruz con el nombre de Provincia Salinas, años más tarde, el 3 de diciembre de 1903 en el gobierno de Ismael Montes, tomó el nombre de Provincia O’Connor.
La fe católica
La religión católica hoy predomina en el poblado y una muestra de ello es la fiesta de la Virgen de Guadalupe que se celebrará el próximo domingo, (primer domingo de octubre). Más aún otra muestra de esto son las antiguas iglesias que sostienen la fe de los entrerrianos.
“Nuestra principal iglesia, es la iglesia de San Luis, tiene mucha antigüedad y ahí hacemos las principales celebraciones religiosas”, dice Paulina Cortez de 50 años, quien charla con una vecina en las puertas de una de las tiendas que rodean la plaza central del poblado, donde se yergue la iglesia de San Luis.
Según registra la historia en 1946 inició la construcción de la iglesia principal de Entre Ríos bajo el mando del párroco Luis Villaroel. Ésta fue concluida el 2 de octubre de 1966 bajo la dirección del padre franciscano Rafael Romac. Pero existe otra iglesia, cuyas paredes conservan una gran historia. Se trata de la iglesia de la Misión de Salinas. En 1700 las misiones jesuíticas establecieron una capilla, donde vivían gran cantidad de guaraníes rebeldes que en un principio no querían saber de la religión católica.
Este templo fue construido con adobe. De sus torres cuelgan dos campanas, grabadas con las fechas de su fundición, el año 1709. Hoy, aunque la capilla fue refaccionada conserva toda su antigua magia.
En este templo, construido por los jesuitas en su misión evangelizadora, se escribieron los primeros pasajes de la historia del pueblo, por lo que la zona es un sitio muy visitado por los turistas.
El momento de la conversión
De acuerdo al escritor René Aguilera Fierro el momento de conversión de los aborígenes de Entre Ríos a la religión católica tiene su centro en lo ocurrido con la Virgen de Guadalupe.
Según Fierro, “la festividad de la Virgen de Guadalupe, se remonta a los hechos ocurridos la mañana del 16 de mayo de 1735, el R.P. Julián de Lizardi celebraba la consabida eucaristía, cuando intempestivamente el atrio de la iglesia fue avasallado por una turba de embravecidos bárbaros avas, quienes luego de sembrar el desorden, pánico y destrucción, capturaron al cura y arrastraron a la imagen de la Virgen de Nuestra Señora de la Concepción hasta la plaza, allí templaron sus arcos contra ella, fueron innumerables los flechazos que descargaron sobre la representación de la Madre de Jesús, la decapitaron, le quitaron las manos y finalmente la arrojaron en unos pajonales, mientras que al padre de Lizardi, desvestido, casi desnudo y maniatado lo llevaron hasta un lugar llamado El Pajonal”.
Agrega que allí sufrió una crisis violenta de asma bronquial, los seguidores del cacique se rehusaron soltarle, más por el contrario, desnudo fue apostado en una gran peña, allí los salvajes le infirieron 32 flechazos, cerciorados de su muerte, lo abandonaron en aquel paraje. Según Aguilera Fierro, de la imagen que fue flechada y descuartizada de la Virgen de Nuestra Señora de la Concepción, se sabe que posteriormente fue restaurada en Tarija y traslada a la Capilla de Camacho. Algunos años después, cuenta la tradición que la Virgen María se les apareció en el Itika Guasu a los chiriguanos en circunstancias de una disputa entre tribus, desde entonces, y debido a la labor evangelizadora de los religiosos, los avas acuden a Entre Ríos a rendir su devoción y mitigar el daño inferido a la casa de Dios.
De acuerdo a Juan de Dios Paz Echazú “hacia fines de 1800, La Capital Entre Ríos, contaba con una población de 843 habitantes de los cuales 95% era católica.
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Destaca de su tierra los lugares turísticos como los ríos Pajonal, Santa Ana, Salinas, Chiquiacá, Narváez, y otros que en la época de verano son concurridos por los bañistas, tanto de Entre Ríos como de la ciudad de Tarija.
Pero también Entre Ríos tiene una misteriosa historia. Fue denominado como el “pueblo de los cuatro nombres”. Los historiadores aseguran que esto proviene de sus múltiples fundaciones.
En 1616 el pueblo fue fundado como la “Ciudad de Las Vegas de la Nueva Granada”, el 3 de julio de 1872 se fundó como “Villa de San Carlos”, el 25 de agosto de 1800 como “San Luis” y “San Luis de Entre Ríos” el 10 de noviembre de 1832. Según Omar J. Garay Casal, más allá de los nombres de la fundación, el territorio que ocupa la capital y gran parte de la provincia, fue llamado por los aborígenes que la poblaron con el denominativo chiriguano: “Yuqui”.
Como provincia fue creada el 10 de noviembre de 1832 en el gobierno del Mariscal Andrés de Santa Cruz con el nombre de Provincia Salinas, años más tarde, el 3 de diciembre de 1903 en el gobierno de Ismael Montes, tomó el nombre de Provincia O’Connor.
La fe católica
La religión católica hoy predomina en el poblado y una muestra de ello es la fiesta de la Virgen de Guadalupe que se celebrará el próximo domingo, (primer domingo de octubre). Más aún otra muestra de esto son las antiguas iglesias que sostienen la fe de los entrerrianos.
“Nuestra principal iglesia, es la iglesia de San Luis, tiene mucha antigüedad y ahí hacemos las principales celebraciones religiosas”, dice Paulina Cortez de 50 años, quien charla con una vecina en las puertas de una de las tiendas que rodean la plaza central del poblado, donde se yergue la iglesia de San Luis.
Según registra la historia en 1946 inició la construcción de la iglesia principal de Entre Ríos bajo el mando del párroco Luis Villaroel. Ésta fue concluida el 2 de octubre de 1966 bajo la dirección del padre franciscano Rafael Romac. Pero existe otra iglesia, cuyas paredes conservan una gran historia. Se trata de la iglesia de la Misión de Salinas. En 1700 las misiones jesuíticas establecieron una capilla, donde vivían gran cantidad de guaraníes rebeldes que en un principio no querían saber de la religión católica.
Este templo fue construido con adobe. De sus torres cuelgan dos campanas, grabadas con las fechas de su fundición, el año 1709. Hoy, aunque la capilla fue refaccionada conserva toda su antigua magia.
En este templo, construido por los jesuitas en su misión evangelizadora, se escribieron los primeros pasajes de la historia del pueblo, por lo que la zona es un sitio muy visitado por los turistas.
El momento de la conversión
De acuerdo al escritor René Aguilera Fierro el momento de conversión de los aborígenes de Entre Ríos a la religión católica tiene su centro en lo ocurrido con la Virgen de Guadalupe.
Según Fierro, “la festividad de la Virgen de Guadalupe, se remonta a los hechos ocurridos la mañana del 16 de mayo de 1735, el R.P. Julián de Lizardi celebraba la consabida eucaristía, cuando intempestivamente el atrio de la iglesia fue avasallado por una turba de embravecidos bárbaros avas, quienes luego de sembrar el desorden, pánico y destrucción, capturaron al cura y arrastraron a la imagen de la Virgen de Nuestra Señora de la Concepción hasta la plaza, allí templaron sus arcos contra ella, fueron innumerables los flechazos que descargaron sobre la representación de la Madre de Jesús, la decapitaron, le quitaron las manos y finalmente la arrojaron en unos pajonales, mientras que al padre de Lizardi, desvestido, casi desnudo y maniatado lo llevaron hasta un lugar llamado El Pajonal”.
Agrega que allí sufrió una crisis violenta de asma bronquial, los seguidores del cacique se rehusaron soltarle, más por el contrario, desnudo fue apostado en una gran peña, allí los salvajes le infirieron 32 flechazos, cerciorados de su muerte, lo abandonaron en aquel paraje. Según Aguilera Fierro, de la imagen que fue flechada y descuartizada de la Virgen de Nuestra Señora de la Concepción, se sabe que posteriormente fue restaurada en Tarija y traslada a la Capilla de Camacho. Algunos años después, cuenta la tradición que la Virgen María se les apareció en el Itika Guasu a los chiriguanos en circunstancias de una disputa entre tribus, desde entonces, y debido a la labor evangelizadora de los religiosos, los avas acuden a Entre Ríos a rendir su devoción y mitigar el daño inferido a la casa de Dios.
De acuerdo a Juan de Dios Paz Echazú “hacia fines de 1800, La Capital Entre Ríos, contaba con una población de 843 habitantes de los cuales 95% era católica.
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