Cuando un ministro citó a Samir Amín pero hizo lo contrario a sus ideas
Fue en una calurosa jornada del octubre tarijeño cuando, tras el sexto Encuentro de Economistas organizado por el Banco Central de Bolivia (BCB), desarrollado en esta ciudad, el entonces Ministro de Economía, Luis Arce Catacora, se refirió a las ideas del conocido economista Samir Amín,...



Fue en una calurosa jornada del octubre tarijeño cuando, tras el sexto Encuentro de Economistas organizado por el Banco Central de Bolivia (BCB), desarrollado en esta ciudad, el entonces Ministro de Economía, Luis Arce Catacora, se refirió a las ideas del conocido economista Samir Amín, fallecido hace una semana.
Horas antes de la mención del exministro, académicos internacionales de renombre, invitados oficialmente al evento, habían lamentado que iniciativas como el Banco del Sur –que hoy en día no es más que una anécdota- no se avancen, y que los gobiernos progresistas de la región no estén comprometidos con una verdadera integración económica y financiera.
Por ejemplo, la economista mexicana Alicia Girón observó que “realmente los intereses de estos países es que prefieren tener una mayor relación con el FMI (Fondo Monetario Internacional), el BID y el BM, que una relación entre ellos”.
A su vez, el economista argentino Julio Gambina advertía que en América Latina “tiene que despegar lo que se ha llamado la Nueva Arquitectura Financiera. Significa que los países orienten sus Reservas Internacionales Netas (RIN) para desarrollos financieros alternativos”, como la conformación de alianzas estratégicas en materia energética, de soberanía alimentaria, y autonomía productiva y financiera entre los países de la región.
El propio Gambina identificó que los principales obstáculos para avanzar en este sentido están al interior de los propios gobiernos progresistas de la región: “hay una traba, si se quiere, ideológica, de que solo hay que buscar soluciones en el marco del capitalismo. Pienso que la gran limitante es que no hay una imaginación más allá del orden capitalista, y por eso se termina subordinando a la potencialidad de hacer lo que se puede, y no imaginar que se puede ir más allá”.
La desconexión versus la estupidez
Tras concluido el segundo día del evento, El País abordó al ahora exministro Arce Catacora, quien accedió al requerimiento periodístico en tono impaciente, afirmando concordar plenamente por las ideas expuestas por Gambina y Girona, de usar los recursos económicos nacionales para fortalecer la citada nueva arquitectura financiera.
Fue entonces que Arce citó la contribución angular de Samir Amín: “Estoy totalmente de acuerdo, totalmente de acuerdo. Samir Amín ya lo planteó hace mucho tiempo atrás. Se llama el Desmontaje de la Globalización. O sea, desconectarse de esos centros financieros que son en realidad una perturbación para todos”.
Asimismo, enfatizó que “hay que fortalecer nuestras organizaciones, eso está claro. ¿Para qué vamos a financiar el déficit de los EEUU? Eso sería una estupidez. Hemos planteado hace rato eso”, refiriéndose a la idea de dejar de enviar el ahorro interno de Bolivia al imperio.
Las palabras de Arce Catacora no dejaron de sorprender, ya que hasta entonces defendía que se preste la liquidez del Tesoro General del Estado (TGE) a bancos, agencias y otras entidades de países desarrollados, al igual que lo que ocurre con las RIN y el ahorro jubilatorio.
LEA: Según el ministro Arce, sería una estupidez que Bolivia siga financiando el déficit de EEUU
¿Estaba Bolivia ante un inminente viraje en la política de administración de estos y otros recursos estatales, como las RIN? La Historia se encargaría de sepultar toda esperanza.
Amín y la desconexión
Precisamente uno de los conceptos más conocidos de Samir Amín fue el de la desconexión frente a la globalización. Este concepto fue introducido en su obra “La desconexión, hacia un sistema mundial policéntrico”, en 1988.
Amín fue parte de una generación de pensadores que surgió en el contexto de la descolonización y la irrupción de la periferia. Este contexto mundial posicionó el debate desarrollo-subdesarrollo como temática central, según recuenta Eddy Sánchez Iglesias, profesor de Geografía Política de la Universidad Complutense de Madrid y Director de la Fundación de Investigaciones Marxistas.
Justamente ese contexto y debate influyeron la propuesta teórica centro-periferia definida por Samir Amín y sus contemporáneos, desde la que se identifica los elementos característicos de este “nuevo imperialismo”.
Según Amín, estos elementos eran fundamentalmente tres: 1) La doctrina del libre comercio como instrumento que permite la construcción de relaciones económicas y comerciales favorables a las metrópolis y la imposición a la periferia de un modelo de desarrollo de capitalismo desigual; 2) El militarismo, que surge como un aspecto de imposición de relaciones de imperialismo informal y como absorción del subconsumo; y 3) El racismo como discurso ideológico justificador del neocolonialismo.
Sánchez Iglesias explica que unos años después, con la crisis de los setenta del siglo XX y la generalización de las policías neoliberales en las décadas de los ochenta y noventa del siglo pasado, surge un proceso de internacionalización de las relaciones económicas, conocida como globalización.
“Entraríamos así en una segunda fase en la obra de Amín, que le convertirían en uno de los pioneros del análisis de la globalización, protagonista junto a Immnauel Wallerstein y Giovanni Arrighi del análisis de los sistema-mundo”, agrega.
Es durante esta etapa que también surgen como figuras destacadas el sociólogo estadounidense James Petras -quien entiende la globalización como la manifestación del poder de EEUU a escala global- y el geógrafo británico David Harvey, que analiza la sobreacumulación y las relaciones entre las dinámicas económicas globales con su impacto territorial, acuñando el término nuevo imperialismo.
Es entonces donde Amín produce su concepto de la desconexión frente a la globalización, citada por Arce Catacora en octubre de 2013 en Tarija.
Críticas a una izquierda capitalista
Ya en años recientes, Samir Amín advirtió que la izquierda debe abandonar las estrategias que ayuden al capitalismo a salir de su crisis.
“Hay nostálgicos que imaginan que pueden ‘hacer retroceder’ capitalismo monopolista a sus posiciones previas a 1945. Pero la historia nunca permite estas vueltas atrás. Debe abordarse al capitalismo tal y como es hoy”, dijo Amín a Ruben Ramboer, redactor en jefe del periódico Solidaire, allá por el año 2012.
Para el académico, la humanidad está en un momento histórico en el que “la izquierda radical debe ser audaz. Me refiero a la izquierda que está convencida de que el sistema capitalista debe ser superado en su esencia”.
Precisamente el presidente Evo Morales, en reiteradas oportunidades, se ha declarado convencido de que el capitalismo es la raíz de todos los males. De hecho, quizá una de los ejemplos más recientes se remite hace menos de un mes (19 de julio), cuando en su cuenta de Twitter escribió:
“Estoy convencido que el capitalismo es el peor enemigo de la vida, la #MadreTierra y las nuevas generaciones”(…).
En la misma fecha también publicó por la misma red social: “El mundo debe saber que el capitalismo solo trae desigualdad e injusticia; la paz sin justicia social es un engaño”.
Pese a esta radical retórica gubernamental, lo cierto es que en Bolivia el sistema capitalista goza de una salud inmejorable, histórica, y que los grupos oligárquicos y las empresas transnacionales están amparados por el régimen.
Una desconexión que nunca se dio
En efecto, pese a los ataques discursivos contra el “imperio”, las RIN siguen nutriendo las economías desarrolladas e imperiales. Así lo demuestra el Informe de Administración de las RIN del BCB de la gestión 2017 (último disponible hasta el momento).
En dicho documento, se informa que los 10.260,6 millones de dólares que conformaban RIN al 31 de diciembre de 2017, fueron prestados a Francia, EEUU, China, Corea del Sur, Alemania, Japón, Inglaterra, Holanda, Canadá, Australia, Suecia y Suiza. Por estos préstamos se logró acumular un retorno de apenas 1,17% durante toda esa gestión.
Bolivia también presta el dinero del TGE, usando los mismos lineamientos que se tiene para prestar las RIN. No se cuenta con información actualizada sobre los destinos del TGE en los últimos años, y menos sobre las condiciones a las cuales se prestan estos recursos. Pero informaciones de años anteriores dan cuenta que en los años 2013 y 2014 Bolivia prestó a los polémicos bancos JP Morgan y Barclays Capital montos mayores a los 100 millones de dólares a tasas de interés que no superaban el 0,2% anual.
El informe del BCB también muestra que las RIN bolivianas están más dolarizadas incluso que la canasta oficial de divisas del imperialista Fondo Monetario Internacional (FMI): dicha canasta del FMI está dolarizada en un 41,7%, mientras que las RIN de Bolivia lo están en 57,9%.
Por otra parte, mientras países como Alemania, Rusia y Turquía están en proceso de “desacoplarse” financieramente de EEUU, mediante la repatriación de sus reservas de oro, Bolivia las mantiene enteramente en bóvedas europeas.
En su Artíulo 14 parágrafo III, el Reglamento para la Administración de Reservas Internacionales del BCB dice textualmente: “El límite de inversión de oro en barras en el exterior es de 100% y la cantidad de oro en barras comprada localmente, que podrá permanecer en la bóveda del BCB será de hasta 500 kilos”. Es decir un máximo de apenas media tonelada de las 42 toneladas que tiene Bolivia.
Así, las 42 toneladas de oro pertenecientes a Bolivia están depositadas en Londres y Basilea (Suiza). El expresidente del BCB, Marcelo Zabalaga, explicó que “una vez que se ha depositado una parte en Londres y otra parte en Basilea (Suiza), el oro ya no se mueve”. El valor de ese oro es luego “invertido” (léase prestado) en bancos franceses, estadounidenses y británicos, según el ya citado informe del BCB.
El capitalismo proimperialista de Bolivia se manifiesta también en la privilegiada posición que tienen las transnacionales mineras y petroleras, así como la agroindustria ligada a Bayer-Monsanto, por mencionar solo algunos casos.
Capitalismo senil
En su entrevista con, Ruben Ramboer, Amín también indicó que el capitalismo como sistema “ha entrado en su fase senil”, y que esto se nota, entre otras cosas, porque “ya no hay empresarios creativos, sino embusteros”.
En ese sentido, Samir Amín nota que “la civilización burguesa, con su sistema de valores –el elogio de la iniciativa individual, así como la honestidad el respeto a la ley, e incluso la solidaridad a nivel nacional– está siendo reemplazado por un sistema sin valores éticos. Hay muchos signos de esta transformación: presidentes de EEUU criminales, jefes de Estado en Europa títeres, déspotas del Sur, el oscurantismo”.
Esta crisis da oportunidad a construir alternativas tanto buenas como malas. De ahí la urgencia de que la izquierda anticapitalista sea audaz.
Lamentablemente, el célebre estudioso no vivirá para ver el desenlace. Un tumor cerebral cegó su vida el 12 de agosto de 2018. Sin embargo, el economista egipcio dejó un rico legado académico disponible para quien quiera estudiar el sistema-mundo.
LEA: Entrevista a Samir Amin: “La izquierda radical debe ser más audaz“
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Horas antes de la mención del exministro, académicos internacionales de renombre, invitados oficialmente al evento, habían lamentado que iniciativas como el Banco del Sur –que hoy en día no es más que una anécdota- no se avancen, y que los gobiernos progresistas de la región no estén comprometidos con una verdadera integración económica y financiera.
Por ejemplo, la economista mexicana Alicia Girón observó que “realmente los intereses de estos países es que prefieren tener una mayor relación con el FMI (Fondo Monetario Internacional), el BID y el BM, que una relación entre ellos”.
A su vez, el economista argentino Julio Gambina advertía que en América Latina “tiene que despegar lo que se ha llamado la Nueva Arquitectura Financiera. Significa que los países orienten sus Reservas Internacionales Netas (RIN) para desarrollos financieros alternativos”, como la conformación de alianzas estratégicas en materia energética, de soberanía alimentaria, y autonomía productiva y financiera entre los países de la región.
El propio Gambina identificó que los principales obstáculos para avanzar en este sentido están al interior de los propios gobiernos progresistas de la región: “hay una traba, si se quiere, ideológica, de que solo hay que buscar soluciones en el marco del capitalismo. Pienso que la gran limitante es que no hay una imaginación más allá del orden capitalista, y por eso se termina subordinando a la potencialidad de hacer lo que se puede, y no imaginar que se puede ir más allá”.
La desconexión versus la estupidez
Tras concluido el segundo día del evento, El País abordó al ahora exministro Arce Catacora, quien accedió al requerimiento periodístico en tono impaciente, afirmando concordar plenamente por las ideas expuestas por Gambina y Girona, de usar los recursos económicos nacionales para fortalecer la citada nueva arquitectura financiera.
Fue entonces que Arce citó la contribución angular de Samir Amín: “Estoy totalmente de acuerdo, totalmente de acuerdo. Samir Amín ya lo planteó hace mucho tiempo atrás. Se llama el Desmontaje de la Globalización. O sea, desconectarse de esos centros financieros que son en realidad una perturbación para todos”.
Asimismo, enfatizó que “hay que fortalecer nuestras organizaciones, eso está claro. ¿Para qué vamos a financiar el déficit de los EEUU? Eso sería una estupidez. Hemos planteado hace rato eso”, refiriéndose a la idea de dejar de enviar el ahorro interno de Bolivia al imperio.
Las palabras de Arce Catacora no dejaron de sorprender, ya que hasta entonces defendía que se preste la liquidez del Tesoro General del Estado (TGE) a bancos, agencias y otras entidades de países desarrollados, al igual que lo que ocurre con las RIN y el ahorro jubilatorio.
LEA: Según el ministro Arce, sería una estupidez que Bolivia siga financiando el déficit de EEUU
¿Estaba Bolivia ante un inminente viraje en la política de administración de estos y otros recursos estatales, como las RIN? La Historia se encargaría de sepultar toda esperanza.
Amín y la desconexión
Precisamente uno de los conceptos más conocidos de Samir Amín fue el de la desconexión frente a la globalización. Este concepto fue introducido en su obra “La desconexión, hacia un sistema mundial policéntrico”, en 1988.
Amín fue parte de una generación de pensadores que surgió en el contexto de la descolonización y la irrupción de la periferia. Este contexto mundial posicionó el debate desarrollo-subdesarrollo como temática central, según recuenta Eddy Sánchez Iglesias, profesor de Geografía Política de la Universidad Complutense de Madrid y Director de la Fundación de Investigaciones Marxistas.
Justamente ese contexto y debate influyeron la propuesta teórica centro-periferia definida por Samir Amín y sus contemporáneos, desde la que se identifica los elementos característicos de este “nuevo imperialismo”.
Según Amín, estos elementos eran fundamentalmente tres: 1) La doctrina del libre comercio como instrumento que permite la construcción de relaciones económicas y comerciales favorables a las metrópolis y la imposición a la periferia de un modelo de desarrollo de capitalismo desigual; 2) El militarismo, que surge como un aspecto de imposición de relaciones de imperialismo informal y como absorción del subconsumo; y 3) El racismo como discurso ideológico justificador del neocolonialismo.
Sánchez Iglesias explica que unos años después, con la crisis de los setenta del siglo XX y la generalización de las policías neoliberales en las décadas de los ochenta y noventa del siglo pasado, surge un proceso de internacionalización de las relaciones económicas, conocida como globalización.
“Entraríamos así en una segunda fase en la obra de Amín, que le convertirían en uno de los pioneros del análisis de la globalización, protagonista junto a Immnauel Wallerstein y Giovanni Arrighi del análisis de los sistema-mundo”, agrega.
Es durante esta etapa que también surgen como figuras destacadas el sociólogo estadounidense James Petras -quien entiende la globalización como la manifestación del poder de EEUU a escala global- y el geógrafo británico David Harvey, que analiza la sobreacumulación y las relaciones entre las dinámicas económicas globales con su impacto territorial, acuñando el término nuevo imperialismo.
Es entonces donde Amín produce su concepto de la desconexión frente a la globalización, citada por Arce Catacora en octubre de 2013 en Tarija.
Críticas a una izquierda capitalista
Ya en años recientes, Samir Amín advirtió que la izquierda debe abandonar las estrategias que ayuden al capitalismo a salir de su crisis.
“Hay nostálgicos que imaginan que pueden ‘hacer retroceder’ capitalismo monopolista a sus posiciones previas a 1945. Pero la historia nunca permite estas vueltas atrás. Debe abordarse al capitalismo tal y como es hoy”, dijo Amín a Ruben Ramboer, redactor en jefe del periódico Solidaire, allá por el año 2012.
Para el académico, la humanidad está en un momento histórico en el que “la izquierda radical debe ser audaz. Me refiero a la izquierda que está convencida de que el sistema capitalista debe ser superado en su esencia”.
Precisamente el presidente Evo Morales, en reiteradas oportunidades, se ha declarado convencido de que el capitalismo es la raíz de todos los males. De hecho, quizá una de los ejemplos más recientes se remite hace menos de un mes (19 de julio), cuando en su cuenta de Twitter escribió:
“Estoy convencido que el capitalismo es el peor enemigo de la vida, la #MadreTierra y las nuevas generaciones”(…).
En la misma fecha también publicó por la misma red social: “El mundo debe saber que el capitalismo solo trae desigualdad e injusticia; la paz sin justicia social es un engaño”.
Pese a esta radical retórica gubernamental, lo cierto es que en Bolivia el sistema capitalista goza de una salud inmejorable, histórica, y que los grupos oligárquicos y las empresas transnacionales están amparados por el régimen.
Una desconexión que nunca se dio
En efecto, pese a los ataques discursivos contra el “imperio”, las RIN siguen nutriendo las economías desarrolladas e imperiales. Así lo demuestra el Informe de Administración de las RIN del BCB de la gestión 2017 (último disponible hasta el momento).
En dicho documento, se informa que los 10.260,6 millones de dólares que conformaban RIN al 31 de diciembre de 2017, fueron prestados a Francia, EEUU, China, Corea del Sur, Alemania, Japón, Inglaterra, Holanda, Canadá, Australia, Suecia y Suiza. Por estos préstamos se logró acumular un retorno de apenas 1,17% durante toda esa gestión.
Bolivia también presta el dinero del TGE, usando los mismos lineamientos que se tiene para prestar las RIN. No se cuenta con información actualizada sobre los destinos del TGE en los últimos años, y menos sobre las condiciones a las cuales se prestan estos recursos. Pero informaciones de años anteriores dan cuenta que en los años 2013 y 2014 Bolivia prestó a los polémicos bancos JP Morgan y Barclays Capital montos mayores a los 100 millones de dólares a tasas de interés que no superaban el 0,2% anual.
El informe del BCB también muestra que las RIN bolivianas están más dolarizadas incluso que la canasta oficial de divisas del imperialista Fondo Monetario Internacional (FMI): dicha canasta del FMI está dolarizada en un 41,7%, mientras que las RIN de Bolivia lo están en 57,9%.
Por otra parte, mientras países como Alemania, Rusia y Turquía están en proceso de “desacoplarse” financieramente de EEUU, mediante la repatriación de sus reservas de oro, Bolivia las mantiene enteramente en bóvedas europeas.
En su Artíulo 14 parágrafo III, el Reglamento para la Administración de Reservas Internacionales del BCB dice textualmente: “El límite de inversión de oro en barras en el exterior es de 100% y la cantidad de oro en barras comprada localmente, que podrá permanecer en la bóveda del BCB será de hasta 500 kilos”. Es decir un máximo de apenas media tonelada de las 42 toneladas que tiene Bolivia.
Así, las 42 toneladas de oro pertenecientes a Bolivia están depositadas en Londres y Basilea (Suiza). El expresidente del BCB, Marcelo Zabalaga, explicó que “una vez que se ha depositado una parte en Londres y otra parte en Basilea (Suiza), el oro ya no se mueve”. El valor de ese oro es luego “invertido” (léase prestado) en bancos franceses, estadounidenses y británicos, según el ya citado informe del BCB.
El capitalismo proimperialista de Bolivia se manifiesta también en la privilegiada posición que tienen las transnacionales mineras y petroleras, así como la agroindustria ligada a Bayer-Monsanto, por mencionar solo algunos casos.
Capitalismo senil
En su entrevista con, Ruben Ramboer, Amín también indicó que el capitalismo como sistema “ha entrado en su fase senil”, y que esto se nota, entre otras cosas, porque “ya no hay empresarios creativos, sino embusteros”.
En ese sentido, Samir Amín nota que “la civilización burguesa, con su sistema de valores –el elogio de la iniciativa individual, así como la honestidad el respeto a la ley, e incluso la solidaridad a nivel nacional– está siendo reemplazado por un sistema sin valores éticos. Hay muchos signos de esta transformación: presidentes de EEUU criminales, jefes de Estado en Europa títeres, déspotas del Sur, el oscurantismo”.
Esta crisis da oportunidad a construir alternativas tanto buenas como malas. De ahí la urgencia de que la izquierda anticapitalista sea audaz.
Lamentablemente, el célebre estudioso no vivirá para ver el desenlace. Un tumor cerebral cegó su vida el 12 de agosto de 2018. Sin embargo, el economista egipcio dejó un rico legado académico disponible para quien quiera estudiar el sistema-mundo.
LEA: Entrevista a Samir Amin: “La izquierda radical debe ser más audaz“
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